10 fotosFavela Rocinha: más allá del narcoEn el estado de Río de Janeiro existen 1.018 favelas en las que se agrupa el 22% de la población. Recorremos una controlada por los señores de la droga que se dividen el dominio de los barriosJuan Luis RodRio de Janeiro - 12 feb 2019 - 08:33CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceEn el estado de Río de Janeiro existen 1.018 favelas en las que se agrupa el 22% de la población según datos del IPP de 2016 (Instituto Municipal de Urbanismo). Rocinha es una de las más grandes de Brasil, situada en la zona sur de la ciudad, donde gran parte de sus habitantes son brasileños que emigraron del noreste del país en busca de mejores oportunidades. En esta favela la densidad de población es de 48.258 habitantes por kilómetro cuadrado, nueve veces más que Madrid.En la favela la vida diaria transcurre de forma calmada a la espera de que aparezca alguna oportunidad de trabajo que permita incrementar los ingresos de la familia. La escasez de centros educativos hace que las calles sean frecuentadas por niños a cualquier hora del día, y en muchos casos son los menores quienes regentan los pequeños comercios de venta de productos alimenticios.Según el censo de 2012, en Rocinha conviven 70.557 personas que son atendidas por dos centros de salud de atención primaria y dos centros de salud con algunas especialidades. Esto significa que para enfermedades graves la población tiene que desplazarse fuera de la favela para poder ser atendido.El desempleo en Brasil afecta al 12,5% de la población (6,2 millones de personas), y Río de Janeiro es una de las regiones con más paro. Los más afectados son los jóvenes de 14 a 26 años. La carencia de centros de educación secundaria y el elevado coste del alquiler de viviendas en otros barrios de la ciudad dan como resultado la dificultad que tienen los jóvenes para formarse y abandonar la favela.La favela Rocinha, a pesar del caos de caminos estrechos que conectan todo su interior, es una de las pocas favelas que busca en el turismo una alternativa para su desarrollo ofreciendo visitas guiadas. En los últimos años se están multiplicando los espacios de venta de comida rápida, galerías de arte local, cibercafé y otros comercios que intentan modificar poco a poco el paisaje urbano de la favela. De esta manera, se abren nuevas oportunidades de empleo antes inexistentes. Entre el laberinto de callejones y edificios de varios pisos, la población de Rocinha tan sólo cuenta con dos plazas o espacios verdes para ocio público, por lo que la vida social se lleva a cabo en las puertas de las casas y los cruces de calles donde niños y mayores se reúnen a diario.Dentro de la favela la seguridad está en manos de los diferentes grupos de narcotraficantes que se dividen el control de los barrios, y la policía solo hace acto de presencia en la entrada y salida de la favela, (salvo en los operativos especiales cuando intervienen por algún motivo). Con más de 18.000 habitantes menores de 14 años, la favela Rocinha cuenta con 16 guarderías, siete escuelas de educación preescolar y tres centros de educación primaria. Para realizar los cursos de educación secundaria han de salir de la favela hacia otros barrios donde ofrecen los cursos superiores.El estado de las infraestructuras dentro de la favela es bastante precario, y la mayoría de la población tiene acceso a electricidad sin pagar, generando un decorado singular que se extiende por cada callejón.En Brasil, el 40,8% de las personas con un empleo realizan un 'trabajo informal', es decir, sin contrato, y sin contribución de impuestos para el estado, según datos del IBGE 2018 (Instituto Brasileiro de Geografía e Estatistica). Gran parte de las viviendas han sido autoconstruidas por las familias que las habitan, aprovechando al máximo el espacio disponible, y moldeando el paisaje característico de las favelas, que mientras luchan por conseguir mejorar sus condiciones de vida, cubren sus necesidades básicas.