14 fotosLa difícil convivencia de rohingyas y sus anfitrionesEn 2017 más de 700.000 perseguidos por el gobierno de Myanmar llegaron de la noche a la mañana a una región del este de Bangladés. Los problemas comienzan a hacerse evidentes tres años despuésEl PaísCox´s Bazar - 04 abr 2019 - 00:00CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceLos bangladesíes de la región de Cox’s Bazar, donde casi un millón de rohingyas llegaron huyendo de una sanguinaria limpieza étnica a manos del ejército birmano, denuncian tres años después que la situación es insostenible. Esta es una imagen de una de las colinas deforestadas que flanquean el campo de refugiados rohingya de Kutupalong-Balukhali.Las cifras hablan por sí solas: en muy poco tiempo, esta parte de región recibió un número aproximadamente igual a su población total. En la foto, una niña rohingya pasea por el campo de Kutupalong-Balukhali, con su hermano pequeño en brazos.Jóvenes en el campo de Jamtoli se lavan y recogen agua en uno de los pocos puntos de agua potable habilitados en el campo; la escasez de agua es una de las mayores preocupaciones de la población local.La situación es especialmente preocupante en un contexto económico como el que condiciona Bangladés, donde el 30% de la población ya vive bajo el umbral de la pobreza. En la foto, un campo de legumbres de la población local, con una colina del campo de refugiados de Jamtoli al fondo.Un joven rohingya del campo de refugiados de Jamtoli, trabajando como obrero en la nueva carretera que ha de conectar Bangladesh y Myanmar; al fondo, tras el bosque, a pocos kilómetros, se encuentra Myanmar.Una brigada de trabajo con jóvenes rohingya y bangladesí, trabajando en la nueva carretera que tiene que conectar Bangladés y Myanmar.La tala de árboles es una de las consecuencias más visibles de esta mala gestión. Se calcula que desde agosto de 2017 el número de árboles que se han cortado supera ya los dos millones. Imagen interna del campo de refugiados rohingya de Kutupalong-Balukhali. En la actualidad, es el mayor campo de refugiados del mundo, además de la zona más densamente poblada del mundo.Puente a la salida del bloque 8 del campo de Kutupalong-Balukhali, con las colinas deforestadas al fondo.Jóvenes rohingya corretean al salir de la escuela, a través de campos de la población local en los alrededores del campo de refugiados de Jamtoli.Un joven Rohingya lleva a su hermana de vuelta a casa al atardecer, después del toque de queda, en el campo de refugiados de Jamtoli.Jafaralam Hoque, un campesino bangladesí a quien el gobierno le incautó sus tierras, sin previo aviso, para construir parte del campo de refugiados para los rohingyas. No es un caso ailsado. El gobierno utilizó esta práctica con muchos agricultores, que han acabado perdiendo sus tierras y ahora sobreviven como pueden.Un grupo de refugiados cargan bidones comprados en un mercado local.Niños rohingya en Jamtoli juegan con restos de tuberías habilitadas para canalizar aguas fecales fuera del campo. La quema constante de madera, sumado a la deforestación y a la mayor afluencia de personas y sobretodo vehículos, ha provocado que la calidad del aire también se haya visto afectada.Un tuc-tuc circulando por la nueva carretera que unirá Bangladés con Birmania; la carretera está construida con una parte de trabajadores rohingya del campo de refugiados.