Jorge Suquet: el hombre que llamó al Rey porque iba a interpretarlo
Ha estudiado interpretación en Nueva York, pero siempre le ha cegado más el sol de España que el brillo de Hollywood. Acaba de estrenar ‘Elisa y Marcela’, con Isabel Coixet
Jorge Suquet ha elegido para esta entrevista la cafetería del Museo del Romanticismo de Madrid, un escenario casi obvio para un actor que va peinado igual que Lord Byron. Y algo de romántico debe tener Suquet, un tipo que le escribió dos cartas a Isabel Coixet tras ver Mi vida sin mí y que ha acabado trabajando con ella en La librería y Elisa y Marcela (que se acaba de estrenar en las salas y llega el 7 de junio a Netflix). También escribió a Juan Carlos I para reunirse con él porque iba a interpretarlo en Sofía, una miniserie de Antena 3, pero la Casa del Rey declinó amablemente la propuesta: la agenda del todavía monarca, pretextaba, estaba demasiado apretada.
Suquet (Madrid, 1980) ya contaba con ello, pero no iba a dejar de intentarlo. “Aquello fue un flashazo de insensatez, de inocencia y un poco de descaro”, recuerda mientras bebe, por supuesto, un té. “A ver si ese hombre era tan campechano como dicen”. Anda que si llega a aceptar, ¿qué le habría preguntado? “Que cuánto de lo que ha hecho ha sido decisión suya y cuánto idea de otros”.
"Cuando interpretas a un mal hombre no puedes juzgarlo porque él no se ve a sí mismo como un villano, tienes que empatizar y justificarlo aunque moralmente sea complicado”
Cuando escribió a Coixet, Jorge vivía en Nueva York. Cursaba interpretación por el día, trabajaba de camarero por la noche y no dormía casi nunca. “Una vez me echaron de un casting porque dijeron que buscaban latinos, no daneses. Incluso conocí a un actor [Zachary Quinto] que estaba en una serie que lo petaba [Héroes] y me invitó a ir a Los Ángeles. Pero yo tenía mucha curiosidad por lo que se estaba haciendo en España. Tuve que tomar una decisión que pudo cambiarme la vida”, recuerda. Por si acaso, mantiene un agente en Londres y otro en Los Ángeles.
Esta inquietud geográfica le ha llevado a trabajar con Ridley Scott, pero el rodaje de Exodus, dioses y reyes (2014) acabó siendo “un disparate”. “Me da pena decirlo”, reconoce, “mi prueba había sido para un agricultor que perdía a su familia, pero al llegar me esquilaron las piernas y nadie sabía nada de ningún agricultor. Solo traté con Ridley Scott para la prueba de vestuario: abrieron la cortinilla de su caseta y cuando fui a entrar me dijo: ‘No, ahí estás bien’. Luego quien me dirigió fue el asistente de director. Rodé un día, sin guion. Tenía que gritar con un montón de andaluces vestidos de soldados egipcios detrás, todos esquilados y con rímel”.
Quizá no es el mejor momento para sacar el tema de La mula (2013) o quizá sea el momento perfecto para arrancar la tirita de golpe, ya que estamos. “Joder, es que tengo una carrerita de experiencias fallidas…”. Este drama sobre la guerra civil española acabó con dos guerras: una entre el director, Michael Radford, y la productora, Alejandra Frade, y otra la que enfrentó a esta con el Ministerio de Cultura, al que acusó de censura. Tardaría cuatro años en estrenarse, y de aquella manera. “Fue una pena. Una puta pena. La película iba a ir a Cannes. Cinco días antes de terminar el rodaje hubo un desacuerdo entre Radford y Frade, que se plantó con un notario por una cuestión de derechos, así que él cogió los negativos y se marchó. La peli se montó con los dailies [grabaciones provisionales] y todo el rato estás viendo la peli que podría haber sido. Estábamos todos muy entusiasmados, me deprime mucho el tema”.
Jorge Suquet cree que su vida es una búsqueda constante y, aunque no tenga muy claro de qué, va a disfrutar de la expedición. De momento ha encontrado dos villanos de Netflix. Suquet avisa que no puede contar mucho sobre Elisa y Marcela, solo que él interpreta a un homófobo (que en la España de 1901 tampoco es decir mucho) que se opone a la relación de las protagonistas. “Trabajar con Isabel Coixet siempre es un gusto. En el rodaje de La librería se inundó el set y ahí nadie pegó un grito”, admira, aclarando que nunca llegó a enviar aquellas dos cartas. No le hizo falta.
En Brigada Costa del Sol, que emitirá primero Telecinco y después Netflix, hace de uno de los primeros espabilados que vieron negocio en importar hachís de Marruecos durante la Transición. “Mira que he hecho de hijos de puta, pero este es el que más he gozado. Un profesor me dijo que cuando interpretas a un mal hombre no puedes juzgarlo porque él no se ve a sí mismo como un villano, tienes que empatizar e incluso justificarlo aunque moralmente sea complicado”, explica el actor. Las decisiones difíciles no le han detenido nunca, no va a empezar ahora.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.