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Las celebraciones del Eid al-Adha en un campamento de refugiados rohingya El Eid al-Adha, o la Festividad del Sacrificio, marca el final de la peregrinación del Hajj a La Meca y en conmemoración de la disposición del profeta Abraham de sacrificar a su hijo para mostrar obediencia a Dios, los musulmanes sacrifican un animal y dividen la carne en tres partes, una para la familia, otra para amigos y parientes y otra para los pobres y necesitados Desde La Meca hasta Bagdad, pasando por Jartum, los árabes musulmanes celebran su fiesta grande, en la que degüellan corderos y otros animales para recordar como el profeta Abraham ofreció su hijo primogénito a Dios y en la que nadie quiere renunciar a su ración de carne. Allison Joyce (Getty Images) Los menos pudientes dependen de las donaciones, ya que una parte importante del espíritu de la celebración es la solidaridad y según el islam cada persona que sacrifica un animal debe ofrecer un tercio a los más necesitados, un tercio a amigos y conocidos, y el tercio restante es para el consumo familiar. Allison Joyce (Getty Images) Las familias se reúnen en la casa del miembro de más edad para comer juntos la carne de los animales sacrificados y luego van al cementerio a honrar a sus muertos o visitan a amigos y familiares, y en cada encuentro se toma té con 'kleicha', una galleta típica. Allison Joyce (Getty Images) Solo en la ciudad santa de La Meca se sacrificarán hasta un millón de cabezas de ganado en un plazo de cuatro días, dentro de los rituales de la peregrinación anual o 'hach', que este año congrega a casi 2,5 millones de fieles en Arabia Saudí. Allison Joyce (Getty Images) Los musulmanes rohingyas celebran la festividad en el campo de refugiados de Cox's Bazar, en Bangladesh. Allison Joyce (Getty Images) Naciones Unidas estima que Bangladesh alberga a casi un millón de refugiados rohingyas, de los cuales más de 700.000 llegaron tras la ola represiva lanzada por las fuerzas birmanas en agosto de 2017 en el estado de Rajine. Allison Joyce (Getty Images) Esta semana, más de medio millón de refugiados rohingyas en Bangladesh han recibido documentos de identidad, en la mayoría de los casos por primera vez, gracias a un programa de registro que aspira a garantizar también el cumplimiento de los derechos más básicos para este colectivo. Allison Joyce (Getty Images) Las nuevas tarjetas, elaboradas mediante la verificación de las huellas dactilares o la información ocular, reflejan el país de origen de los beneficiarios para salvaguardar el derecho de volver a sus casas en Birmania. Allison Joyce (Getty Images) Los rohingyas han sido históricamente discriminados en Birmania, un país que no les reconoce ningún derecho y que les deja en una situación de apatridia. Allison Joyce (Getty Images)