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El humor, una vacuna contra el ‘virus’ del miedo

Aprendamos a reírnos de aquello que nos asusta. La risa reduce la hormona del estrés, disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares y mejora nuestro estado de ánimo

Rubén Montenegro
Rubén Montenegro

El miedo es un mal compañero de viaje. En ocasiones aparece sin razón fundamentada, pero eso no impide que nos paralice, nos debilite y nos llene de dudas. Inyectarlo es muy fácil: basta con repetir una idea y cultivar el virus. Luego aparecen la histeria y la paranoia colectiva. Hasta tal punto que es capaz de enfermar a una sociedad sana. Hay distintas fórmulas para superarlo, pero la más importante depende de nosotros. Cuando algo nos asuste, aprendamos a reírnos de ello. Si además conseguimos hacerlo de nosotros mismos, hemos ganado la batalla.

La risa es una de las mejores armas para superar la tensión, el miedo o el fracaso. Mejora nuestra química corporal, como han demostrado diversas investigaciones. El sentido del humor reduce la temida hormona del estrés, el cortisol; disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares y mejora nuestro estado de ánimo. Lo hemos sabido desde pequeños de manera inconsciente. Seguro que muchos de nosotros veíamos películas de miedo con nuestros amigos. El objetivo era “comentar la jugada”. Esta, básicamente, consistía en reírnos de las escenas que nos daban más pavor. De ese modo pasábamos el susto acompañados y con risas. Ahora también está sucediendo con la amenaza del coronavirus. En menos de un mes, una cuenta de Twitter, @CoronaVid19, ha conseguido más de 444.000 seguidores.

Este perfil se define a sí mismo como la cuenta oficinal del coronavirus (de aquella manera). Su mensaje más valorado: “estoy cerrando la gira mundial con mi representante”, con 200.000 me gusta. Le siguen frases como “¿quieres entrar en el sorteo de una baja laboral?”; “Estoy de Erasmus” o “anulo eventos por encargo”. El ingrediente principal de esta cuenta es el sentido del humor. De hecho, hay usuarios que se han referido a ello en sus tuits: si el coronavirus causa miedo, en algunos lugares nos burlamos de la situación creando @CoronaVid19. Para darle más color a sus comentarios han surgido otras cuentas que parodian enfermedades como el ébola o la viruela, aunque con muchos menos seguidores, con las que entra en conversaciones realmente absurdas y divertidas.

El éxito de la cuenta del coronavirus, por llamarla de algún modo, es un ejemplo buenísimo del vínculo profundo entre sentido del humor y miedo. Cuando más nos atemoriza algo, más necesitamos reírnos de ello. Puede parecer una locura, pero esta necesidad es realmente saludable, aunque no vale cualquier broma. El sentido del humor puede transformarse en un arma arrojadiza ante terceros cuando se apoya en el sarcasmo o en la burla. En ese caso nos reímos, pero también dañamos a otras personas, aunque sea a sus espaldas. Cuentan que eso es justamente lo que hacían los hermanos Kennedy cuando invitaban a veranear a un conocido que no les gustaba en exceso. Mostraban cortesía delante de él, pero a sus espaldas se explayaban con todo tipo de comentarios ácidos.

Posiblemente, el humor más sano sea el que nos ayuda a enfrentarnos a un miedo sin necesidad de herir a otros. ¿Qué podemos hacer para desarrollar esta habilidad y reírnos hasta de situaciones que nos paralizan? Primero, rodearnos de personas que despierten nuestro sentido del humor. Necesitamos tener amistades que nos ayuden a ver la parte amable de las cosas. A veces una llamada, una broma o un chiste se convierten en mano de santo para superar un problema o una bronca del jefe. Segundo, generar un entorno donde la risa tenga espacio. Los problemas en el trabajo, en la familia o en cualquier ámbito de la vida amargan nuestro humor. Para contrarrestarlo podemos ver vídeos cómicos, seguir cuentas graciosas en redes sociales o cualquier otra estrategia que se nos ocurra y que nos haga sonreír. No pasemos un solo día sin reírnos, aunque sea un poquito.

Por último, no debemos tomarnos las cosas tan serio. La vida es demasiado corta para vivirla con seriedad solemne. Si nos fijamos en nuestros errores o en nuestras meteduras de pata, seguro que encontramos un sinfín de situaciones para sacarles partido. Si además las comentamos en entornos amables, con amigos que las relativicen con humor, nos ayudarán a superar los problemas en menos tiempo y, de paso, a mejorar nuestra salud. La risa es una aliada que debemos llevar siempre en nuestra maleta.

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