Un vendedor de puzles: "Nunca había visto nada igual. Somos el nuevo papel higiénico"
Ya pasó en la crisis financiera de 2008. Cuando las cosas se tuercen, los españoles juntamos piezas
Que Bill Gates haya afirmado que siempre tiene, en vacaciones, un par de puzles sobre la mesa, es solo una inspiración más. Los estudios llevan años refrendando los beneficios del acto de resolver rompecabezas, que van del refuerzo de las habilidades espaciales al desarrollo de valores de colaboración y cooperación (cuando se hacen en grupo). Los puzles se emplean en terapias para combatir la demencia y aportan algo de calma en situaciones de estrés. En España, desde que Pedro Sánchez anunció el estado de alarma por la Covid-19, hace ya casi tres semanas, se venden como rosquillas. Javier Buzón, gerente de uno de los principales e-commerce del sector, Casa del Puzzle, con nave física en Sevilla, nos atiende por teléfono entre paquete y paquete. "Esto es increíble". A su alrededor, miles de cajas dispuestas para ser enviadas a los hogares de los confinados, pues el comercio online continúa operativo tras las últimas restricciones. "Aquí caben 40.000 puzles. Ahora estamos al 50%. Hemos limitado los pedidos diarios para seguir prestando un servicio de calidad", comenta Buzón, cuyo ordenador destellea cada 31 minutos (de media) con un nuevo pedido de cualquier rincón del país. Y las tablets, en el cajón y sin batería.
- P. ¿Habíais vendido tanto alguna vez?
- R. Jamás. En 12 años que llevo en la tienda, nunca había visto nada igual. Estamos recibiendo entre 400 y 450 pedidos al día, muchos de hasta cinco puzles. Habíamos llegado a picos de 350 algún día concreto de la Navidad, cuando se va acabando el plazo para comprar los regalos. ¡¿Pero esto…?! Y no es un día suelto, ni dos: lleva pasando durante más de dos semanas y de forma sostenida. Somos el nuevo papel higiénico.
- P. ¿Cómo dais abasto?
- R. Trabajando de sol a sombra. Solo somos tres personas. Yo me dedicaba a la gerencia, pero ahora también recibo pedidos y preparo envíos. En otras épocas del año somos más. Pero marzo y abril, históricamente, son meses malísimos para el puzle, porque empieza el buen tiempo y la gente prefiere salir a la calle. Bueno… prefería.
- P. O sea, que os hacéis de oro mientras el resto se hunde. ¿Cómo se lleva eso?
- R. Ya nos pasó con la crisis de 2008, que también vendimos un montón. También sabemos que tenemos bastantes clientes con problemas de ansiedad. Ahora, los sentimientos son encontrados. Estamos obteniendo un beneficio económico notable. Pero no soy capaz de sentir alegría ante la situación. Por otro lado, no cambiaría nada que nosotros no vendiéramos. Espero estar llevando algo de distracción adonde más se necesita. Los puzles guardan historias muy emocionantes.
- P. Cuéntame alguna.
- R. Una vez me llamó un padre para hacerme un pedido para su hijo, que tendría cinco o seis años. Eran de Navarra. Y el niño tenía cáncer: se estaba sometiendo a una quimioterapia y quería un puzle para las tardes de hospital. Al recibirlo me llamó el propio niño para agradecerlo. Lloré. A eso me refiero: quizás estemos llegando a lugares en los que de verdad nos necesitan. Pero, vaya, que hay de todo: hace poco un cliente escribió a la media hora de hacer un pedido, para anularlo, porque se había arrepentido al ser un producto no esencial. Y hay quien nos insulta por seguir funcionando. Entiendo las reticencias. Si me dicen que hay que cerrar, me parecería perfecto.
- P. ¿Cómo hacéis los repartos?
- R. Con todas las medidas de seguridad. Contratamos un servicio de mensajería externo. Pero sabemos que dejan los paquetes en la puerta, no cogen dinero y van protegidos. Nosotros, habitualmente, vendíamos contra reembolso. Ahora no es posible: hay que pagar online.
- P. ¿Cuáles son los tamaños más vendidos?
- R. Para adultos, que son los que nosotros más vendemos, de unas 1.000 piezas. Pero hay uno de 42.000, que se llama La vuelta al mundo, y está agotado.
- P. ¡¿42.000?!
Sí, recrea todos los edificios emblemáticos del mundo. Mide 7 metros de ancho por 2 de alto. Es un top ventas.
- R. ¿Y alguna temática preferida para tiempos de pandemia?
No, las de siempre. Incluso gente que pide uno y si está agotado, te dice que le envíes el que tú quieras. De obras de arte, ciudades, animales…
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.