Cómo afrontar el posparto en tiempos del coronavirus
El puerperio es uno de los momentos más vulnerables para la mujer y el aislamiento puede agravar el riesgo de sufrir una depresión posparto
A pesar de haber nacido dos semanas antes del estado de alarma decretado por el coronavirus, Mario recibió menos visitas de las esperadas en su casa de Cartagena (Murcia). Alba Niño, su madre, explica que tras el parto "ya comenzaba a hablarse del tema en los medios y la gente tenía miedo". Su estreno en la maternidad fue fácil, pero tras tantos días sin poder salir han comenzado a aflorar inseguridades. "Empiezo a ver errores donde antes no creía que los tenía, a tener dudas constantes y a sentirme bastante sola".
Ahora, en pleno confinamiento, atravesar las primeras semanas de posparto en aislamiento está siendo una experiencia dura. "Las expectativas que te creas desde luego no se corresponden con lo que está sucediendo". Los menos de cincuenta metros cuadrados con una sola habitación en los que vive con su pareja y el bebé tampoco ayudan. "No sé cuántas veces recorro la casa al día... Estar en un espacio tan pequeño lo hace más difícil aún", lamenta. "Se suma a que soy bastante familiar, y aunque hagamos videollamadas, el contacto no existe. Echo de menos un abrazo de mi madre y que me diga que esté tranquila, que lo estoy haciendo bien", dice Alba, enfermera de urgencias y cuya hermana también espera la llegada de un bebé en los próximos días.
El posparto es uno de los momentos más vulnerables emocionalmente para una mujer, y la soledad que impone el confinamiento puede agravar la situación. Según Ibone Olza, psiquiatra infantil y perinatal y directora del Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal, las madres recientes necesitan, "además de la pareja, la compañía y ayuda de otras madres expertas: la propia madre, las tías o abuelas, y las amigas, especialmente con hijos pequeños". La falta de una red de sostén puede dificultarlo todo, especialmente para las primerizas, que suelen tener muchas más dudas y necesitan apoyo extra en el inicio de la lactancia, indica Olza. "La soledad es un factor de riesgo para la depresión materna en el posparto, un momento en el que la mujer debe estar bien acompañada".
Según explica la psiquiatra perinatal del Hospital Clínic de Barcelona Alba Roca, cualquier mujer puede padecer una depresión posparto, aun sin enfermedades previas, ya que el propio hecho de convertirse en madre supone un factor de riesgo. El estado de alarma, además, sitúa a algunas madres en escenarios desfavorables, como hogares con poco apoyo familiar, parejas violentas, al cuidado de otros hijos menores o tras partos difíciles como respuesta a los nuevos protocolos hospitalarios. "Hay hospitales españoles que no están permitiendo a las parturientas contar con un acompañante y que separan a madres y bebés, lo que puede influir en un mayor riesgo de depresión", expresa Roca, que coordina el Hospital de Día Madre-Bebé del Clínic, un centro único en el Estado que trata a madres con problemas mentales durante el año siguiente al parto. "Todas las opciones que en una situación normal aconsejamos para prevenir y sobrellevar una depresión están ahora muy limitadas. A las madres a las que estamos haciendo seguimiento les recomendamos que busquen espacios para el cuidado de su salud. Les mandamos vídeos, audios y hacemos grupos online. Aconsejamos mucho contacto con amigas, familiares y otras mujeres que estén en una situación similar. Hay que crearse una tribu aunque sea con videollamadas".
Buscar grupos de apoyo virtuales es una de las principales vías para hacer más llevaderos estos días para las mujeres puérperas. Según la psicóloga perinatal Iliana Paris, que desde hace semanas participa en una red de asesoramiento voluntario, "las mujeres en posparto necesitan rodearse de otras mujeres que estén pasando por el mismo momento vital, por lo que en diversas redes están surgiendo grupos de crianza que aportan algún tipo de apoyo en estas situaciones". Desde su experiencia ha comprobado que muchas madres están viéndose desbordadas al no poder contar con sus familiares, salir a pasear con su bebé o realizar visitas al pediatra con normalidad. Además, tienen miedo a ponerse enfermas o a que lo hagan sus bebés, y esa inquietud empeora si la pareja tiene que salir a trabajar.
Para prevenir los problemas emocionales que puedan sufrir las madres estos días, el Hospital Clínic ha creado el programa 'Apoyo a las maternidades', un teléfono de consulta en el que las mujeres que acaban de parir pueden consultar sus síntomas a profesionales, para valorar si requieren de atención psicológica, según detalla la jefa de la unidad de Salud Mental Perinatal del hospital, Lluïsa Garcia. "No sabemos si va a haber más depresiones posparto, pero de lo que estoy segura es de que va a haber una menor detección, lo que se une al ya habitual infradiagnóstico". García cifra en el 20% los trastornos mentales posparto que reciben tratamiento. "Las pacientes saben detectar otras enfermedades y dar la alerta. Lo vemos con el coronavirus: todos hemos aprendido que la fiebre y la tos son síntomas. Pero con la depresión posparto no ocurre lo mismo", ya que las señales de alarma suelen ocultarse o relativizarse. "Muchas madres que deberían pedir ayuda pueden ahora pensar que es normal sentirse así de solas, tristes y desbordadas, por lo que habrá menos autodetección". Roca lamenta que la salud mental sea la gran abandonada, y más en este momento. "Las madres continúan quedando un poco olvidadas. Que las embarazadas no sean, por suerte, especial población de riesgo para el coronavirus, no quiere decir que el virus no tenga un gran impacto en sus vidas". A pesar de ello, García subraya que las mujeres hacen "un esfuerzo meritorio en estas condiciones intentando controlar el miedo y la angustia que puedan sentir para centrarse en lo importante, y que estos no condicionen el recibimiento de sus hijos.
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