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Un verano de eventos climáticos extraordinarios La meteorología siempre ha provocado grandes desastres, pero la excepcionalidad de algunos de los últimos sucesos concuerda con las advertencias realizadas por los científicos sobre el calentamiento del planeta Lluvias torrenciales en Alemania. Dos personas sacan lodo de una casa en la ciudad de Dernau, el 22 de julio. Las fuertes lluvias que azotaron la semana pasada el oeste de Alemania, desencadenando graves inundaciones, enormes daños materiales y causando más de 170 muertos, han sido clasificadas por expertos como un "suceso único en este siglo". El Servicio Meteorológico Alemán (DWD) publicó el pasado jueves su clasificación climatológica, según la cual un número inusualmente alto de estaciones de medición aportaron datos extremos de la región de Renania-Palatinado y Renania del Norte-Westfalia. Enrique Müller (Berlín) CHRISTOF STACHE (AFP) El humo cruzo de costa a costa. La costa este de Estados Unidos vivió esta semana un fenómeno extraordinario, que demostraba el desastre climático al que se enfrenta el país: el humo de los devastadores incendios de la costa oeste cruzó todo el país hasta llegar a ciudades como Nueva York o Filadelfia. A lo largo de todo Estados Unidos, las autoridades fueron emitiendo alertas de seguridad por la mala calidad del aire, cargado de humos y cenizas, arrastrados por el viento desde California y Oregon. “Lo que estamos viendo es la convergencia de varias columnas de humo”, señaló a 'The New York Times' Nancy French, experta en incendios de la Universidad de Michigan. En la imagen, el cielo de Nueva York cubierto por el humo de los incendios de la costa oeste, el 20 de julio.Lokman Vural Elibol (GETTY) Merkel: "Necesitaremos fuerza de resistencia". El balance final de la tragedia aún no se ha hecho público, pero cada día que pasa los daños en las infraestructuras son cada vez más evidentes: carreteras destruidas, vías férreas, puentes, antenas de telefonía móvil, líneas de electricidad, gas y agua potable. En Renania del Norte-Westfalia y Renania-Palatinado siete líneas ferroviarias regionales resultaron tan dañadas por las inundaciones que tendrán que ser reconstruidas o ampliamente renovadas. La canciller de Alemania, Angela Merkel, que ya ha visitado dos pequeñas ciudades en la zona afectada, sostuvo pasado el jueves, que será necesaria "mucha resistencia" para hacer frente a los daños causados por las tormentas. "Necesitaremos fuerza de resistencia para reparar todo este daño", aseguró. En la imagen, residentes de Bad Muenstereifel limpian las calles tras las inundaciones, el 20 de julio. Enrique Müller (Berlín) SASCHA STEINBACH (EFE) Fuego sin precedentes en Siberia. Siberia lleva días ardiendo. Los feroces incendios forestales que arrasan el norte de Rusia apenas dan descanso y van camino de alcanzar otro triste récord por tercer verano consecutivo. En Sajá-Yakutia, uno de los territorios más fríos y la región más afectada, la temporada más seca de los últimos 150 años ha contribuido a alimentar los más de 300 fuegos que han calcinado ya 1,6 millones de hectáreas. Los incendios de este julio en la región “no tienen precedentes”, según recalcó el diputado Fedot Tumusov. En la imagen, un voluntario lucha contra el fuego en Yakutia, en el extremo Este de Rusia el 17 de julio. María Sahuquillo (Yakutsk) Ivan Nikiforov (AP) Incendios con récord de calor en Siberia. El Ejército ha enviado varios aviones y helicópteros y más de 6.000 personas luchan contra el fuego, que ha liberado a la atmósfera un sofocante humo que obligó la semana pasada a cerrar el aeropuerto de la capital regional, Yakutsk, durante varios días. Los ambientalistas aseguran que la mayoría de los incendios son provocados —incluso para encubrir pruebas de tala y explotación ilegal— o derivados de negligencias, pero alertan de que el calentamiento en esta región del noreste del país juega un papel determinante. En Saja-Yakutia, que en invierno alcanza hasta -60º se han registrado este mes 39º en varias zonas; y otras han batido su propio récord de calor. En la imagen, una vista aérea de un bosque en Saja, también conocida como Yakutia, en el lejano oriente de Rusia, el 18 de julio de 2021. María Sahuquillo (Yakutsk) AP Calor extremo en Canadá. Una ola de calor sin precedentes golpeó a Canadá durante los últimos días de junio y los primeros de julio. Columbia Británica fue la provincia más afectada (las autoridades citan más de 800 decesos), aunque la canícula fue desplazándose hacia el este, mostrando su furia también en Alberta, Saskatchewan, Manitoba y el noroeste de Ontario. El consumo de energía eléctrica se disparó, al igual que las llamadas a los servicios de emergencia. Los expertos explican que la subida de los termómetros se debió a la alta presión estática, dando lugar a un fenómeno conocido como “cúpula de calor”. Centenares de marcas de temperaturas fueron superadas en un país poco acostumbrado a convivir con el calor extremo. En la imagen, varias personas hacen cola para acceder a una ambulancia adaptada, en Calgary el 30 de junio. Jaime Porras Ferreyra (Montreal) Jeff McIntosh (AP) Fuego en Columbia Británica. El calor dejó un terreno propicio para la propagación de las llamas. Los incendios forestales han arrasado miles de hectáreas, especialmente en Columbia Británica, Manitoba y Ontario. En la imagen, una vista área de cómo ha quedado la localidad de Lytton, donde se registró el récord nacional de temperatura: 49,6 grados, el 29 de junio. El calor, el fuego y la sequía han impactado también de lleno en la producción agrícola (cerezas, colza, manzanas, cebada). Ganaderos y recolectores de marisco calculan pérdidas millonarias. El ministerio de Medio Ambiente de Canadá ha indicado “la necesidad de preparar mejor a los canadienses para adaptarse a los efectos del cambio climático”. Jaime Porras Ferreyra (Montreal) Darryl Dyck (AP) Diluvio en China. Unas lluvias “nunca vistas en 5.000 años”. Así ha descrito el propio Ministerio de Gestión de Desastres Naturales las catastróficas lluvias, de dimensiones casi bíblicas, que se han precipitado esta semana sobre la provincia de Henan, en el centro de China. En tres días llovió tanto como en todo un año; en lo peor del aguacero, entre martes y miércoles, en Zhengzhou, la capital de provincia y de 12,6 millones de habitantes, cayó el 86% de la media anual. Con la cuenca del río Amarillo desbordada, presas y embalses amenazando reventar y las calles de Zhengzhou convertidas en torrentes embarrados, al menos 51 personas murieron en las inundaciones resultantes, incluida en una línea de metro donde los ocupantes de un tren se vieron atrapados por el agua turbia que les llegaba a la altura del pecho. Más de 3 millones se vieron afectadas. El transporte aéreo y por ferrocarril quedó cancelado. Las autopistas, bloqueadas. Muchas carreteras secundarias, inutilizadas por las aguas o la rotura de puentes. En la imagen, la gente observa vehículos destrozados tras las fuertes lluvias, en Zhengzhou el 22 de julio de 2021. Macarena Vidal Liy (Pekín) Noel Celis (AFP) Desastres que van más allá. Las inundaciones en la China interior durante el verano no son raras. Durante milenios, las crecidas del Yangtzé o del río Amarillo fueron tan necesarias como temidas; al tiempo que fertilizaban los campos de una China abrumadamente rural, también destruía las viviendas y pertenencias de los campesinos. La urbanización y la construcción de presas pareció domarlos. Pero de manera creciente, este tipo de desastres meteorológicos parece ir a más: el año pasado, el desbordamiento del Yangtzé provocó las peores inundaciones desde 1998. La agencia meteorológica china ha atribuido las lluvias de esta semana a las corrientes de viento y la aproximación del tifón Infa, que desplazaron hacia Henan una gran cantidad de vapor de agua que se condensó en sus montañas. En la imagen, el personal de emergencia traslada a vecinos de Xinxiang por una calle inundada, el 23 de julio. Macarena Vidal Liy (Pekín) AFP El incendio más grande de EE UU. El Bootleg es el incendio más grande de Estados Unidos. El gigantesco fuego, de más de 160.000 hectáreas, está consumiendo el sur del Estado de Oregón, en la costa oeste del país. Los bomberos solo han logrado contener un 40% del incendio, que comenzó el 6 de julio. El fuego avanza alimentado por las altas temperaturas de un verano especialmente cálido y por la sequía en la zona, una de las peores en décadas. Las condiciones de este año han desatado todas las alarmas, pues se cree que 2021 puede tener más incendios forestales que el año pasado, que ya registró números récord. En la imagen, un avión cisterna lanza agua sobre el fuego de Grandview, cerca de Sisters, Oregón el 11 de julio. Luis Pablo Beauregard (Los Ángeles) AFP California se enfrenta a una de las peores sequías de su historia. Además de los incendios forestales y las olas de calor que se suceden, el agua se ha convertido en un bien cada vez más escaso. El gobernador del Estado, Gavin Newsom pidió a principios de julio a los ciudadanos que redujesen el consumo de agua en los hogares un 15% el consumo de agua. Con una población de 40 millones de habitantes, California es una de las principales economías del mundo y mantiene una producción agrícola esencial en EEUU. “Para responder a este reto debemos todos poner de nuestra parte mientras el Estado construye un sistema de aguas más resiliente”, señaló Newsom. En la imagen, vista aérea del lago Oroville el 22 de julio en Paradise, California.JUSTIN SULLIVAN (GETTY) Fuego hasta otoño o invierno. El Bootleg amenaza con unirse a otros fuegos activos en la región. Algunos especialistas creen que, por su monumental tamaño, el incendio estará activo durante meses hasta que se extinga en otoño o hasta que empiece el invierno. Dos campamentos, el de Paisley y el de Silverlake, coordinan los trabajos de combate para limitarlo con más de 2.300 personas que se han sumado a las tareas de extinción. El incendio avanza por una zona rural despoblada, pero rica en biodiversidad. En la imagen, una cuadrilla de bomberos camina para enfrentar al incendio en el sur de Oregón, el 19 de julio. Luis Pablo Beauregard (Los Ángeles) AP