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Filipinas, 7.000 islas de moda Surf, arrozales infinitos, playas de arena blanca abrazadas por palmeras, arrecifes increíbles para bucear y un sinfín de islotes sin turistas para sentirnos como náufragos. Los primeros 'jeepneys', el principal transporte público en muchas ciudades filipinas, así como entre centros regionales, eran todoterrenos modificados que el ejército de Estados Unidos abandonó en el país tras la II Guerra Mundial. Personalizados con detalles filipinos, lucen cromados, faros coloridos, antenas de radio, pinturas de la Virgen María o personajes de cómic. Las rutas de servicio están escritas en los laterales del vehículo. Thom Lang Las terrazas de arrozales de la región de Ifugao, declaradas patrimonio mundial, resultan increíbles todo el año, pero es mejor contemplarlas dos meses antes de la cosecha, cuando el verde es más brillante. En Batad (en la foto,) con dos siembras al año, los campos están más verdes de abril a mayo y de octubre a noviembre. Emilio Maranon III Arenales vírgenes, lagunas de aguas cristalinas, islotes rocosos… La travesía hacia el archipiélago de Bacuit, al norte de Palawan, es una experiencia irrenunciable. Un corto trayecto desde la relajada población costera de El Nido depara una mezcla brutal de imponentes acantilados calizos, playas de arena blanca (como Secret Beach, en la foto) y arrecifes de coral. Jason Langley El festival por excelencia en Filipinas es el Ati-Atihan, una especie de carnaval que se celebra en enero en la ciudad de Kalibo. Es la mayor fiesta del paísy se cree que se remontan a los días de los colonos de Borneo. Mezcla de de ritual católico, actividad social, espectáculo indígena y atracción turística, durante una semana, las calles se llenan de ambiente desde el alba hasta la puesta de sol. Ahmad Syukaery Hasta no hace tanto, la isla de Boracay era un lugar atrasado y prácticamente desconocido. Pero esta diminuta isla –siete kilómetros de largo y 500 metros en su zona más estrecha– se ha convertido en parada obligada en los circuitos de fiestas playeras del sudeste asiático. Pese a los cambios, sigue siendo más relajada que destinos como Kuta Beach o KoSamui e incluso es posible encontrar todavía lugares solitarios donde perdura el viejo espíritu de Boracay, como el extremo sur de la White Beach (en la foto), su playa de referencia. John Harper Un ambiente tranquilo y unos espectaculares rompientes convierten la isla de Siargao (en la imagen) en un destino surfero de primera. La famosa Cloud Nine es su principal reclamo, pero las olas abundan en otros puntos. Se puede disfrutar de naturaleza virgen en la tranquila aldea de Burgos, al norte, o alquilar un 'bangka' hasta las profundidades de Blue Cathedral, cueva solo asequible para expertos. J. S. Callahan Relativamente intacta y de extensión asequible para explorarla, Camiguín (en la foto) es la isla del mundo con más volcanes por kilómetro cuadrado, más de 20 conos que superan los 100 metros de altura. Al no estar contaminada por el turismo masivo (gracias, en parte, a estar separada unos 10 kilómetros de tierra firme en la bahía de Gingoog), quienes la visitan tienden a no divulgar sus maravillas. Ulrich Hollmann La reserva marina de la isla de Apo (en la foto) conforma el mayor arrecife de tipo atolón de Filipinas. Sus aguas transparentes rebosan de vida, con 285 especies de peces y 197 de corales. Es el único sitio de fácil acceso del país donde tanto buceadores como submarinistas tienen casi garantizado ver tiburones martillo, tiburones ballena o rayas gigantes. Robert Harding Si existe, está en Manila. Así se resume la oferta noctámbula de la capital de Filipinas. Desde garitos a la última en Ciudad Quezón hasta bares de música en vivo en Malate, pasando por los clubes de Makati, el flamante Resorts World o el espectáculo de drag queens del Club Mwah, todo un clásico. En cualquier visita a Bohol es imprescindible contemplar los montes de Chocolate y como a los tarseros, unos simpáticos primates de ojos saltones (en la foto). La población local sigue refiriéndose a la provincia como la República de Bohol, en alusión a su breve independencia a principios del siglo XIX. Sean White Todas las tribus de la cordillera del norte de Luzón practican rituales funerarios asombrosos, como puede verse en Sagada, con ataúdes colgantes dispuestos en precipicios rocosos sobre los tupidos valles, ya que, según establece la tradición, los espíritus de los muertos preferían estar cerca del cielo. Otro de los puntos de interés es la cueva sepulcral de Lumiang. Los ancianos applai, animistas, continúan enterrándose en las cuevas de Sagada (en la foto, la caverna de Sumaging) siempre que se lo pueden permitir. Sean White