Cómo viajar a Tailandia con niños: planes para disfrutar al máximo
Templos dorados, mercados flotantes, playas idílicas y deliciosa comida callejera hacen del exótico país asiático un destino perfecto para familias
Tailandia nos ha robado varias veces el corazón viajando en pareja, por muchos motivos, pero su belleza y el hecho de que el presupuesto necesario para conocerla es más que aceptable, son dos de los principales. Así que cuando llegaron los niños nos dijimos: “Tendríamos que volver a Tailandia con ellos, ¿no?”. Y van ya dos viajes (esperamos que los primeros de una larga lista) a este bonito país con nuestros dos hijos.
Si estáis planeando un viaje en familia a este exótico destino del sureste de Asia, aquí van una serie de consejos prácticos y una lista de lugares que deberíais visitar.
Algo que siempre funciona, independientemente del destino del viaje, es hablar a los peques sobre el país que vamos a visitar. Intentamos darles a conocer su cultura, enseñarles cuál es la comida típica de allí y qué lugares van a visitar. Esto hace que los niños vivan con ilusión los preparativos del viaje, y Tailandia tiene una cultura tan diferente a la nuestra que da para muchas horas de charla.
Seguridad y transporte
Sin ninguna duda, viajar a este país con niños pequeños es del todo seguro. Tailandia es un país en el que no hace falta extremar las precauciones más que si viajásemos a cualquier país europeo.
A la hora de moverse entre ciudades o incluso en el interior de las mismas, hay muchas opciones de transporte, aunque hay que tener presente que no se aplican las mismas medidas de seguridad vial que en España. Las sillas infantiles para vehículos muchas veces brillan por su ausencia. En Tailandia abundan los tuk-tuk, que no tienen sistema de anclaje Isofix (obligatorio en España) ni nada que se le parezca.
Como en cualquier viaje al extranjero, sobre todo fuera de Europa, es imprescindible contratar un buen seguro con cobertura sanitaria potente. En lo referente a vacunas, ante cualquier duda lo mejor es acudir al Centro de Vacunación Internacional de vuestra ciudad, llevar vuestra cartilla de vacunación y comentar con ellos el itinerario exacto de vuestro viaje. Entonces os dirán si necesitáis o no vacunas extras para viajar con seguridad a cualquiera de los destinos que tengáis en mente.
Los niños y la comida tailandesa
Tailandia es el paraíso del street food. Comer en un puesto callejero en Tailandia es realmente barato (alrededor de un euro o menos) y por lo general, seguro (hay mucho movimiento). La comida es muy sabrosa y suele estar basada en el arroz. El pollo es otro de sus fuertes, y también encontraréis pescados de la zona. El pad thai, a base de fideos con verduras, carne, pescado o verduras es uno de los platos más famosos del país.
Tanto en los restaurantes como en los numerosos puestos callejeros (donde también veréis insectos, cocinados o no), las opciones de cocina internacional como la pizza no suelen faltar. Si no os gusta el picante, preguntad si la comida es mild (suave), spicy (picante) o hot spicy (muy picante). Como en cualquier lugar del mundo, encontraréis supermercados con todo tipo de opciones. Las frutas locales como el mangostán, el rambután o los lichis son deliciosas.
Las visitas más divertidas
Bangkok es la puerta de entrada al país, donde llegan casi todos los vuelos internacionales. A orillas del río Chao Phraya se suceden templos, estupas y budas dorados. El más espectacular es el Wat Phra Kaew o Gran Palacio Real, un complejo con un centenar de edificios repartidos por 95 hectáreas, entre ellos el templo del Buda Esmeralda. No lejos de allí está el Wat Pho, con un enorme y dorado buda reclinado de 46 metros de largo y 15 de alto.
Dar un paseo en barca por sus canales, subir a alguno de las azoteas de sus rascacielos para ver la inmensidad de la ciudad, dar un paseo por alguno de sus barrios más característicos, como Chinatown, o perderse por los múltiples mercados de la ciudad son también buenos planes. Ahora bien, ¿cómo hacerlo? Las distancias a veces son largas y los puntos no siempre están bien comunicados por metro, así que una alternativa es un recorrido con un tuk-tuk (importante negociar antes el precio) o contratar una visita turística guiada por los puntos más importantes de la ciudad (hay varias empresas que ofrecen rutas en español).
Fuera de la capital, y resumiendo mucho (nuestro mapa de Tailandia os puede ayudar un poco), podemos dividir el país en dos, el norte y las playas del sur. La primera cuenta con las ciudades de Ayutthaya, Chiang Mai y Chiang Rai, la zona del famoso puente sobre el río Kwai e incluso el caudaloso río Mekong y muchos más lugares interesantes que dan para una ruta completa por el país recorriendo sus templos y su cultura. Las carreteras no son precisamente autopistas, así que si vais con niños (y más si son de mareo fácil) quizá merezca la pena contratar un transporte entre ciudades y tours específicos en cada una de ellas.
También en esta parte de Tailandia abunda la promoción de parques que prometen ver de cerca a los elefantes en su hábitat. Os recomendamos que, con esto, vayáis con cuidado y si os interesa, indaguéis si realmente son los santuarios de elefantes que dicen ser y en los que se practica el turismo responsable con los animales, o una simple atracción turística donde estos son maltratados.
Todos a la playa
El otro gran atractivo que atrae a millones de turistas a Tailandia son sus playas, al sur, tanto por sus aguas cristalinas como por las posibilidades de hacer buceo a muy buen precio. Por supuesto, dependerá de la edad y circunstancias de cada niño y familia en general hacer este tipo de actividad.
Hay varias zonas de playa muy famosas en Tailandia. Pukhet es la más turística y masificada. Si queréis algo más de tranquilidad, Krabi puede ser una buena alternativa, a igual que Ko Tao o Ko Samui. También se puede contratar una excursión en barca por las islas cercanas.
Más información en nuestra videoguía de Tailandia.
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