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‘Apps’ contra la violencia machista: ni problema ni solución

La tecnología se ofrece para prevenir el acoso y las agresiones a las mujeres en el Reino Unido.

Una joven camina junto al último mural de la artista irlandesa Emmalene en el centro de Dublín en marzo de 2021. La inscripción dice: "¿Cuándo podré caminar sola por la noche y sentirme segura?".
Una joven camina junto al último mural de la artista irlandesa Emmalene en el centro de Dublín en marzo de 2021. La inscripción dice: "¿Cuándo podré caminar sola por la noche y sentirme segura?".NurPhoto (Getty Images) (NurPhoto via Getty Images)

Rutas libres de criminales, botones de emergencia, alertas a contactos en caso de ataque y grabaciones para tener pruebas. En el Reino Unido, donde los asesinatos de Sara Everard (33 años) y Sabina Nessa (28) han vuelto a poner la violencia machista en el centro del debate público, triunfa toda una artillería de aplicaciones para llegar sana y salva a casa. La tecnología se ofrece como salvavidas y muchas mujeres se sienten, móvil en mano, algo más protegidas. Pero quizás esto no sea más que una tirita, una nueva forma revestida con la pátina de la innovación, de llevar las llaves entre los dedos. En el Reino Unido, el 90% de las mujeres han sufrido acoso sexual en público, según una encuesta de 2021 de YouGov ONU Mujeres.

La app Hollie Guard comparte tu ubicación y grabaciones de vídeo y audio con tus contactos preseleccionados. Con Where You At, tus amigos verán tu ubicación exacta dentro del local nocturno incluso cuando no haya señal. Los navegadores WalkSafe y Safe and the City utilizan los datos de la policía para evitar que camines por callejones oscuros. El reloj Epowar, un proyecto de la Universidad de Bath, mide el movimiento corporal para detectar si el usuario está en peligro. BSafe, SafeUP…, la lista es larga.

Tras el asesinato de Everard, WalkSafe tuvo más de medio millón de descargas y en los últimos seis meses su botón de emergencia ha sido pulsado más de 20.000 veces. La creadora de la aplicación, Emma Kay, reconoce que esta no es la solución definitiva a la violencia, pero enfatiza: “Hasta que estos problemas sociales cambien desde el punto de vista de la legislación o la educación, a muchas personas les reconforta saber que hay una herramienta que les ayuda a estar más seguras”.

Entre los críticos de estas aplicaciones preocupa el uso final de los datos y el sesgo racista que pueden tener la policía y los ciudadanos a la hora de marcar ciertas zonas como peligrosas. Varias organizaciones feministas reprueban que estos métodos parezcan centrar la responsabilidad de la violencia machista en la mujer. En octubre, en respuesta al respaldo del Gobierno a una aplicación que consiste en enviar un mensaje con la hora estimada de viaje para comprobar después si el usuario ha llegado a casa y, en caso contrario, alertar a la policía, la vicepresidenta del Partido Laborista, Angela Rayner, sentenció: “En lugar de seguir los movimientos de las mujeres mientras hacemos nuestras vidas, ¿qué tal si el Gobierno aborda la violencia masculina?”.

Para Maya Tutton, cofundadora de Our Streets Now, una plataforma para la criminalización del abuso sexual en la calle, el problema de estas aplicaciones es que no son preventivas: “Tenemos que dejar de ser reactivos y cortoplacistas para abordar realmente la raíz del problema, empezando por la educación y las leyes”. El verdugo sigue siendo la violencia masculina. Mientras, estos parches tecnológicos “están ahí para quien lo necesite”, sugiere Kay.

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