![Oficinas de las Torres de la Castellana y sede de BBVA en Las Tablas](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/UAF3SXL4GBC2ROJ6ZKDQM7IEXQ.jpg?auth=efad703f4ff6986e3f79329fe3b041c9dbefffb5ea0b7f6e384a2a5118a04ef3&width=414)
Grumos de oscuridad
Lo que usted, amable lector, tiene ante los ojos ahora mismo es la foto de un edificio de oficinas de Madrid, aunque podría pasar por una sucesión de fotogramas de la película de la existencia
Lo que usted, amable lector, tiene ante los ojos ahora mismo es la foto de un edificio de oficinas de Madrid, aunque podría pasar por una sucesión de fotogramas de la película de la existencia. Me gusta por eso, porque me recuerda que las biografías se pueden editar y de hecho se editan cuando se las contamos a los otros. Disponemos de distintas versiones: la que le endilgamos al taxista, pobre, durante una carrera de veinte minutos; la que le referimos al amado o a la amada en la cama, tras el primer encuentro sexual, o la que desplegamos frente al compañero de asiento, en el avión, a lo largo de un viaje transatlántico. Luego está el “montaje del director”, que es la versión reservada para nosotros mismos y en la que no hemos podido eliminar las secuencias que nos hicieron daño y que nos da vergüenza visitar de nuevo, aunque no dejamos de hacerlo para ver si, a base de proyectarla, se desgaste esa emoción masoquista o autodestructiva.
Me gusta pensar que el movimiento, en la vida, ha sido una ilusión, como en el cine, producto de la velocidad a la que se pasaban las imágenes. Me complace imaginar que la vida ha tenido también mucho de sueño, de ahí que en la imagen, pese a su realismo, solo apreciemos sombras, perfiles de gente que trabaja o destrabaja o habla, perfiles de escritorios u ordenadores, manchas, en fin, porque la vida es asimismo la caverna de Platón. Creemos ver la realidad, movernos entre objetos y personas auténticas cuando, con suerte, apenas vislumbramos grumos de confusión. Si accediéramos al escenario auténtico, nos deslumbraría su luz.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
![Juan José Millás](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fea967556-8767-4b47-8dfb-f1cf582d4f9c.png?auth=af40f9fdaff853e65f3aa200f24bbe5d955c1b6f78bf691891df8a017b17b3f1&width=100&height=100&smart=true)