El ‘lobby’ ultracatólico Hazte Oír presionó al PP para que votara no a prorrogar el estado de alarma

El lobby ultracatólico Hazte Oír, conocido por sus campañas contra feministas y transexuales, ha presionado al PP para que vote en contra de prorrogar el estado de alarma y boicotee la gestión de la pandemia por parte del Gobierno. Ya la semana pasada, en vísperas de la votación en el Congreso, Hazte Oír recabó más de 18.000 firmas para pedir al líder del PP, Pablo Casado, que fuera “valiente” y se posicionara “al lado de las libertades y del pueblo español”. “Usted tiene la sartén por el mango”, le emplazaba. “No desaproveche esta oportunidad. ¡Vote no a prorrogar el estado de alarma!”.

Casado mantuvo hasta última hora la incógnita sobre su voto, pero finalmente se abstuvo. “Podía haber dado un golpe de efecto diciendo que no a la bolivarización de España, pero decidió ponerse de perfil. Algo a lo que nos tiene acostumbrados, desgraciadamente”, se lamentó la organización ultra. La decepción fue mayor porque en 2018 Hazte Oír apoyó a Casado con una costosa campaña publicitaria en prensa frente a Soraya Sáenz de Santamaría y sus demás rivales en las elecciones primarias para liderar el PP.

En contra de lo que pretendían los integristas católicos, Casado no tenía la sartén por el mango. Tras recabar los votos de Ciudadanos, PNV y Coalición Canaria, la prórroga del estado de alarma estaba asegurada aunque el PP votara en contra. Pero la ruptura del primer partido de la oposición con el Gobierno en un asunto tan sensible marca un punto de no retorno y Casado ya ha adelantado que la próxima semana votará contra una nueva prórroga.

La recogida de firmas es uno de los métodos tradicionales del activismo de Hazte Oír, pero, hasta la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa, se solían referir a temas de carácter social o moral (aborto, violencia de género, movimiento LGTB, educación segregada, etcétera), mientras que ahora ha acentuado su perfil político y en este momento tiene activa una campaña para sacar a Podemos del Gobierno, además de defender al cardenal Cañizares frente a su supuesta “criminalización” por parte de la izquierda. Ni siquiera los barones del PP se libran de los ataques del catolicismo más ultramontano y el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, ha sido objeto de una furibunda campaña bajo la acusación de pretender “prohibir la comunión” en las misas durante la desescalada.

Aunque Vox intenta desmarcarse públicamente de sus retrógradas posturas en materia moral (Abascal hizo una defensa de la diversidad sexual en su último discurso en el Congreso), la identificación política del partido ultra con Hazte Oír es total. Abascal mantiene una larga amistad con Ignacio Arsuaga, presidente de la ONG, que ya en 2012 lo distinguió con su premio anual, que luego han recibido sus correligionarios Javier Ortega Smith, Francisco Serrano o Hermann Tertsch. La presidenta de Vox en Madrid, Rocío Monasterio, ha sido asidua de sus concentraciones públicas y se ha manifestado en favor de las “terapias para curar” la homosexualidad; el diputado de Vox por Sevilla Francisco José Contreras se sentaba en la anterior dirección de Hazte Oír y uno de los miembros de su actual cúpula, Agustín Rosety Cózar, es hijo del general Rosety, diputado y hombre fuerte de Vox en la provincia de Cádiz.

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