En Marea acuerda disolverse tras el derrumbe electoral del 12-J
La formación rupturista que llegó a convertirse en segunda fuerza de Galicia pone fin a su trayectoria política después de fragmentarse y arañar 2.862 votos en las autonómicas
Aquella aventura que parecía tan prometedora cuando echó a andar el proyecto en 2015 llega a su fin tras la debacle de las elecciones autonómicas del 12-J, en las que En Marea (Marea Galeguista como última marca electoral) fue expulsada del Parlamento gallego al no cosechar más que 2.862 votos, el 0,22% del total escrutado. Aquella noche aciaga, su candidato a la Xunta, el productor cinematográfico Pancho Casal, reconocía los “pésimos” resultados y hablaba ya de un “fin de ciclo”. Este sábado, en el plenario extraordinario al que fueron convocados los inscritos de En Marea para decidir su futuro, en un hotel de Teo (a las afueras de Santiago) en el que también vivieron los éxitos, las bases han acordado emprender el camino de una extinción todavía sin fecha final.
Desaparecerá como partido, pero su disolución como organización “no será inmediata” para seguir apoyando a las 40 candidaturas afines con representación en Ayuntamientos gallegos. La decisión ha sido tomada por solo 52 de los casi 3.500 censados de la formación. Los portavoces, Pancho Casal y María Chao, han explicado después del plenario que En Marea no quiere “ser un obstáculo” para que surja un “nuevo proyecto” inspirado por los mismos ideales. De tal manera que a partir de este momento “inicia los trámites” de su disolución, que se certificará cuando exista, en palabras de Casal, ese “nuevo proyecto que debería estar maduro para las próximas elecciones autonómicas”.
En Marea, el nombre bajo el que llegaron a estar coaligados Podemos, Anova, Esquerda Unida y diversas mareas municipales que gobernaron varias ciudades gallegas, toma esta decisión después de perder por el camino a los principales líderes locales, aquellos que habían logrado ilusionar a los votantes siguiendo la estela del 15-M. La formación alcanzó su pleamar nada más nacer, con los 410.000 votos en las generales de 2015 y al año siguiente logró convertirse en primer grupo de la oposición al PP en el Parlamento gallego.
La otra opción que se le planteaba a las bases era enderezar el rumbo de su programa político, fuera ya del Parlamento de Galicia, donde el Bloque Nacionalista Galego de Ana Pontón lidera ahora la oposición a Feijóo y el PSdeG-PSOE es tercer y último partido. En las pasadas elecciones autonómicas, diezmada por las fragmentaciones, En Marea concurrió como Marea Galeguista, aliada con Compromiso por Galicia y el Partido Galeguista, y no logró representación. Nada que ver con la marca que batió en su estreno de 2015, cuando consiguió seis diputados en el Congreso y dos senadores, o las autonómicas de 2016, con el magistrado Luís Villares como candidato, en que En Marea obtuvo más de 271.000 papeletas y 14 escaños.
“Irse a casa sería una posición casi indigna”, ha dicho Pancho Casal en su comparecencia de este sábado para explicar por qué han optado por una agonía lenta mientras aguardan a que surja un movimiento que sirva de relevo. “Tenemos una responsabilidad ineludible de seguir trabajando en la solución de los problemas de Galicia”, ha defendido, pero “el electorado nos castigó de una forma absolutamente merecida por toda nuestra trayectoria" y el partido como tal “no puede seguir”.
La marcha de Podemos, EU y Anova
Las diferencias entre las distintas formaciones y corrientes que convivían en el proyecto de confluencia empezaron a notarse poco después de arrancar una legislatura convulsa por las tensiones internas. La división y el cruce de declaraciones marcaron la trayectoria de En Marea, que terminó por escenificar su fragmentación a comienzos de 2019. Podemos, EU y Anova (promotores del proyecto) rompieron con el sector de Villares, y este mantuvo las siglas a nivel orgánico, pero acabó integrando el grupo mixto al estar en minoría en el grupo parlamentario.
Hoy, las dos principales corrientes en las que se bifurcó aquella En Marea de 2016 no tienen representación parlamentaria en Galicia. La otra parte se presentó a las elecciones del 12-J como Galicia en Común (Podemos, Esquerda Unida, Anova y las mareas de Santiago y A Coruña) y solo obtuvo el 3,8% de los votos con Antón Gómez-Reino como candidato a la Xunta.
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