El Congreso aprueba retomar la mesa de diálogo sobre Cataluña tras las elecciones catalanas
El 53% de la Cámara apoya la propuesta de ERC de convocar este órgano tras el 14-F, frente al ‘no’ del centroderecha y la abstención de Junts y la CUP
El Congreso de los Diputados dibujó este jueves la correlación de fuerzas ante la posible apertura de una negociación política formal y sin condiciones previas con el independentismo catalán. La apoyan toda la izquierda y los nacionalismos vasco, gallego y valenciano, además de la gran impulsora de la iniciativa, ERC, con el respaldo del PDeCAT, el partido de Artur Mas. Entre todos sumaron 187 votos, el 53% de la Cámara. Lo rechaza de forma furibunda el centroderecha, con algunas incorporaciones puntuales de los regionalistas, 155 votos en total, el 43%. Y el independentismo duro, Junts y la CUP, desdeñan la iniciativa por considerarla una mera operación propagandística: ambos se abstuvieron.
La pandemia ha dejado en punto muerto desde hace un año la Mesa de Diálogo y Negociación entre el Gobierno y la Generalitat, la gran apuesta estratégica de Esquerra, a la que ya se había sumado con muchos recelos el expresidente Quim Torra. El grupo republicano optó por revitalizar la iniciativa en plena campaña de las elecciones autonómicas con una moción en el Congreso para comprometer al Gobierno a resucitar la Mesa en cuanto haya un nuevo Ejecutivo en Cataluña. PSOE y Unidas Podemos aceptaron de inmediato. Y otorgaron así un triunfo a ERC en su pugna por liderar el independentismo con una opción más pactista frente a la unilateralidad que defiende a machamartillo el grupo de Carles Puigdemont.
En la exposición de motivos de la moción, ERC señala que su propósito es plantear dos cuestiones centrales en la Mesa: autodeterminación y amnistía para los condenados. Del otro lado, el Gobierno insiste en que cualquier solución tiene que ceñirse a los límites constitucionales y que puede haber indultos individuales a los líderes del procés, pero en ningún caso una amnistía general. Para PP, Vox y Ciudadanos, el mero hecho de que el Ejecutivo se siente a hablar cuando los independentistas anuncian que plantearán esas reivindicaciones constituye una rendición. Al rechazo se sumó Coalición Canaria y un aliado habitual del Gobierno, el Partido Regionalista Cántabro (PRC), que ya se opuso por motivos parecidos a la última investidura de Pedro Sánchez. Nueva Canarias y Teruel Existe sumaron dos abstenciones más a las seis de Junts y la CUP.
El futuro de la Mesa, en todo caso, está supeditado al desenlace del 14-F. La diputada de ERC Montse Bassa ya dejó caer durante el debate de la moción que ese instrumento de diálogo solo funcionará si su partido sale vencedor de las urnas. La actitud de Junts, cuya candidata, Laura Borràs, dice que todo esto no es más que una “operación de márketing”, parece confirmar esa impresión.
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