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Aznar niega todo en el juicio sobre la caja b del PP

El expresidente del Gobierno, en su primera declaración como testigo ante un tribunal, rechaza la existencia de esa contabilidad y los testimonios que la señalan

José María Aznar, durante su declaración como testigo en el juicio por la caja B del PP, este miércoles. En vídeo, algunos extractos de su intervención. Foto: AUDIENCIA NACIONAL / EFE

José María Aznar, líder del PP durante 14 años y presidente del Gobierno durante ocho, ha testificado este miércoles en el juicio de la caja b del PP que celebra la Audiencia Nacional desde el pasado febrero. Durante poco más de una hora, el exdirigente popular ha negado cualquier conocimiento sobre la contabilidad paralela de su partido que una sentencia judicial firme ya ha dado por acreditada; los supuestos sobresueldos a cargos de la formación conservadora durante su mandato, que reflejan los papeles de Bárcenas; o los pagos en negro que varios perceptores ya han admitido en la vista. Según ha repetido, él nunca se ocupó de asuntos económicos y nunca “autorizó” ninguna de las operaciones bajo sospecha. “No entraba dentro de mis responsabilidades”.

—¿Usted percibió algo? —le ha preguntado directamente una de las acusaciones nada más comenzar su interrogatorio, pasadas las 16.00.

—Yo no recibí ninguna cantidad [irregular]. Todas las que recibí fue por transferencia y lo declaré a Hacienda. Jamás recibí ningún sobresueldo.

“No sé lo que han hecho los demás, ni me importa. Ni sé lo que hicieron mis sucesores, ni me interesa”, ha continuado Aznar, que comparecía por primera vez como testigo ante un tribunal. El antiguo responsable de finanzas del partido Luis Bárcenas siempre ha evitado señalar directamente a este expresidente. Nunca ha pronunciado su nombre como perceptor de sobresueldos —como sí ha hecho, en cambio, con Mariano Rajoy y todos los ex secretarios generales del partido—. Aunque el extesorero sí ha afirmado que todas las cúpulas del PP estaban al tanto de sus maniobras ilegales. Aznar lideró el partido conservador entre 1990 y 2004: son 14 de los 19 años en los que funcionó la caja b.

Pero de todo eso, según ha repetido Aznar, no sabe nada. Ni siquiera de los pagos que recibió durante meses Calixto Ayesa, consejero navarro de Salud a principios de los noventa, que admitió antes de morir. De hecho, según confirmó este martes el exparlamentario popular Jaime Ignacio del Burgo, él mismo se dedicó a recoger las cantidades periódicas en la sede del PP —reflejadas en la contabilidad paralela— que después entregaba a Ayesa. Del Burgo calificó ese dinero como una “compensación económica” que el propio Aznar aprobó para el consejero con el objetivo de ayudarlo, ya que para ocupar el cargo público tenía que dejar su trabajo de médico —lo que reducía sus ingresos— y arrastraba además una deuda de su etapa en UCD.

—¿Usted no dio instrucciones para pagar esa compensación a Calixto Ayesa?

—Yo no he dado autorización a nadie para dar una compensación a nadie. Yo no podía hacerlo porque no tenía competencias. Del Burgo es una persona muy inteligente, que ha prestado muchos servicios a España y Navarra. […] Aunque Jaime Ignacio del Burgo puede recordar algún contenido de la reunión que yo no recuerdo.

Ataviado con chaqueta y corbata azul, gafas y mascarilla blanca, Aznar ha comparecido por videoconferencia desde el despacho de su casa. Con un tono duro y contundente, el expresidente del Gobierno se ha lanzado a la ofensiva inmediatamente contra las acusaciones populares. Desde un primer momento, en línea con su carácter, ha querido marcar territorio. “¿Usted representa a Carmen Ninet y Cristina Moreno? Todas ellas diputadas socialistas en las Cortes Valencianas”, ha replicado a uno de los letrados. “Sí, sí… Ya sé que usted ha sido abogado del PSOE en la Asamblea de Madrid, en el Parlamento Europeo y en el Ayuntamiento de Madrid”, le ha dicho a otro. “¿Usted es Gonzalo Boye, abogado de Carles Puigdemont?”, ha espetado a un tercero. Palabras que han obligado al presidente del tribunal, el magistrado José Antonio Mora, a intervenir para pararle los pies: “No es necesario que usted haga ese comentario. Esas cuestiones aquí no interesan”.

Las acusaciones populares se han esforzado para tratar de sacar al antiguo líder popular del guion marcado, pero no ha habido forma. “¿Usted percibió algo?”, ha preguntado uno de los letrados. “¿Es posible que existiera una estructura paralela que escapase al resto de miembros del partido?”, ha remachado un segundo, con un tono irónico. “Me puede preguntar 500 veces la misma pregunta, que mi respuesta va a ser siempre la misma”, ha respondido el expresidente, sarcástico, cuando el interrogatorio apenas llevaba 15 minutos.

—¿Las siglas J. M., que aparecen en los papeles de Bárcenas, son de usted? —ha inquirido una de las acusaciones.

—No señor, no he recibido ninguna cantidad. Esas anotaciones no tienen fundamento.

Aznar, a quien no ha preguntado ni la Fiscalía ni la Abogacía del Estado, ha devuelto todas las bolas. “No era inspector de cajas fuertes”, ha despejado cuando le interrogaban sobre las cajas fuertes existentes en la sede de la calle Génova. También, ha aprovechado la cita para defender su gestión al frente del Gobierno de España. Incluso, a su ministro Jaume Matas y posterior presidente de Baleares, condenado en el caso Nóos: “Fue un buen presidente en las islas Baleares”.

Desde que estalló el escándalo en 2013, cuando EL PAÍS publicó los papeles de Bárcenas, el expresidente Aznar siempre ha negado cualquier conocimiento sobre una caja b que funcionó, al menos, desde 1990 a 2008, según la investigación. “Pero yo no he conocido semejantes cosas”, afirmó hace apenas unas semanas en una entrevista en La Sexta: “Que algunas personas puedan haber cometido alguna acción irregular, es posible”, continuó. “Pero que eso se extienda como una causa general a todo el PP, me parece injusto e inaceptable”, defendió a su partido.

Sus palabras suenan ahora algo más suaves que las pronunciadas en septiembre de 2018, cuando se mostró mucho más contundente durante la comisión de investigación abierta el Congreso sobre la financiación irregular del PP: “Sobre la supuesta caja b del PP, mientras usted no demuestre su existencia —y no está demostrada su existencia— yo digo que no existe ninguna caja b del Partido Popular, lo afirmo”. Entonces, el Tribunal Supremo aún no había confirmado la sentencia de la Audiencia Nacional sobre la trama principal de Gürtel, conocida como Época I, donde se describe “una dinámica de corrupción institucional” dentro de la formación.

—¿Después de esa sentencia del Supremo sigue pensando que no existía una contabilidad paralela? —le ha insistido José Mariano Benítez de Lugo, letrado de una de las acusaciones populares.

—No he conocido ninguna contabilidad paralela en el PP. Solo he conocido la contabilidad oficial del PP que se remitía al Tribunal de Cuentas —, ha reiterado Aznar por enésima vez.

La sede del PP de La Rioja

Otros seis testigos han desfilado este miércoles ante el tribunal antes de la declaración de Aznar. Entre otros, Carlos Cuevas, actual vicesecretario del PP de La Rioja y exsecretario de los populares en la región, y Ana Elvira Martínez, entonces gerente del partido autonómico. Ambos han comparecido para explicar una de las operaciones que se puso bajo sospecha durante la instrucción: la compra y rehabilitación, en 2008, de dos locales en Logroño por 1,5 millones de euros para ampliar la sede de la formación conservadora. En la caja b consta una entrada de dinero de 200.000 euros fechada el 28 de mayo de ese año y que presuntamente habría entregado el PP de La Rioja.

Las acusaciones creen que este apunte puede desvelar una maniobra de blanqueo de cantidades en negro que habría obtenido el partido regional a través de donaciones no declaradas. Según su tesis, el PP de La Rioja necesitaba dinero limpio para la adquisición de los locales y, por ello, aportó ese importe a la caja b que, apenas unos días después, el PP nacional le devolvió a través de otra transferencia de 200.000 euros, que consta en la contabilidad oficial. Pero Cuevas ha negado irregularidades. “Es falso […] Nada de lo que usted ha dicho tiene que ver con la realidad”, ha insistido a uno de los abogados, aunque ha admitido que en aquella época contactó con el entonces tesorero nacional, Álvaro Lapuerta, ya fallecido, para que les “ayudaran” a financiar la operación inmobiliaria. Pese a ello, el vicesecretario autonómico ha recalcado que la entrega de dinero que registró Bárcenas no se produjo.

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