Sánchez presenta la España ideal de los próximos 30 años
El documento de 100 expertos aspira a modernizar el país para alcanzar a los líderes del mundo en bienestar y conocimiento. El presidente propone “un gran diálogo nacional” para acordar un proyecto de país
A Pedro Sánchez, como suele repetir, le quedan 32 meses de mandato, pero su equipo ha promovido un documento, elaborado por más de 100 expertos de distintas disciplinas y sensibilidades ideológicas, que imagina la España ideal de 2050 y plantea qué habría que hacer para convertir al país en uno de los mejores del mundo en conocimiento y bienestar. El documento, de 675 páginas, ha sido presentado por el presidente como un trabajo que no es del Gobierno ―los expertos han trabajado con total libertad aunque coordinados por la oficina de prospectiva, que dirige Diego Rubio y depende directamente de Iván Redondo, el jefe de Gabinete de Sánchez― sino que pretende ser de todo el país y además se abre ahora a que participen todos los demás partidos, comunidades autónomas, ayuntamientos, sindicatos, empresarios, ONG, universidades y todo aquel que tenga algo que decir sobre la España del futuro. En un momento de máxima polarización política, según ha admitido el presidente, Sánchez intenta crear una “conversación nacional” sobre los grandes desafíos de España en la que cree que es posible encontrar un diagnóstico y unas recetas comunes como se ha logrado en este texto, que ha tenido que ser suavizado mucho en algunos puntos precisamente para encontrar un mínimo común entre expertos de sensibilidades muy diferentes y también para no contradecir abiertamente el acuerdo de Gobierno PSOE-Unidas Podemos que marca la línea estratégica del Ejecutivo y tiene puntos claros en pensiones, fiscalidad o reforma laboral, asuntos que se abordan en este texto.
La clave de bóveda de las conclusiones del texto está en la educación, que debe ser claramente reformada para lograr los resultados que alcanzar los mejores países en el informe PISA 20 puntos y también para aumentar 23 puntos el porcentaje de españoles que tienen estudios superiores a los básicos, según señala el texto. Pero el documento habla de todos los aspectos de transformación de un país con importantes carencias, en especial en creación de empleo, en cualificación de sus trabajadores, en vivienda, en innovación, en desigualdad, en pobreza, en educación, en sanidad, que la crisis de la covid ha agudizado. Hay ideas generales y objetivos ambiciosos pero también propuestas muy concretas, como lograr las 35 horas laborales a la semana -según el texto España está ahora mismo en 37,7 de media y plantea reducirlo una hora cada década hasta las 35 en 2050- o cuestiones medioambientales como prohibir los vuelos en trayectos que puedan realizarse en menos de 2,5 horas en tren, como sucede ahora mismo entre Madrid y Valencia, por ejemplo. Una de las partes más detalladas es precisamente la fiscalidad verde, en la que España va muy atrasada, y donde se plantea por ejemplo que los coches paguen impuestos por su uso real y no por la compra o la matriculación como ahora.
El texto detalla muchas propuestas de fiscalidad de todo tipo con el objetivo de lograr que España llegue a la media europea, que tiene ocho puntos más de presión fiscal. Para lograrlo habría que reducir la economía sumergida del 20% actual al 10% del PIB. El plan plantea iniciativas muy novedosas que están en discusión en los países más avanzados como una “herencia pública universal” que sería una dotación para que todos los jóvenes pudieran adquirir su primera vivienda, crear un negocio o completar su formación, y así lograr una igualdad real de oportunidades. El plan analiza con mucho detalle el proceso de envejecimiento en España, que llevará a tener en 2050 uno de cada tres ciudadanos con más de 65 años. Por cada persona mayor de esa edad, hoy hay 3,4 ciudadanos trabajando, pero en 2050 habrá solo 1,7. Por eso se plantea que habrá que facilitar que la gente trabaje más años, incetivar la inmigración legal y potencia la atracción de talento internacional.
Este es el documento con los 50 objetivos del plan España 2050 presentado este jueves por el Gobierno. Si no puede leerlo pinche aquí.
Sánchez compara la situación actual con la de 1977, cuando tras las primeras elecciones, la generación que entonces estaba al frente del país se preguntó cómo sería la España democrática de hoy, es decir, cuando pasaran más de 40 años. “¿Tiene sentido hoy hablar de la España que tendremos dentro de 30 años? El mismo sentido que tenía para la generación de la Transición hablar de la España democrática”, explica el presidente. “Necesitamos una nueva visión de España más allá de las urgencias. Necesitamos una visión que sea ambiciosa pero también realista. Que nos inspire, que nos cohesione, con la meta común que es alcanzar cumbres de progreso impensables hace 30 años”, insiste.
“España iniciará un gran diálogo social sobre su futuro. Este es un proyecto de Estado y todo el mundo debe participar. Haremos un debate donde tengan lugar todas las ideas. Queremos alcanzar la visión de una nueva España, que nos ilusione, que nos cohesione, y nos permita pensar en el futuro con mayor ambición y optimismo. Hay quien cree que es imposible por la polarización. No es cierto. Este trabajo demuestra que el debate académico está muy lejos de la crispación. Y que podemos pensar entre todos una España mejor para el futuro”, ha insistido el presidente ante unos 400 invitados, entre ellos muchos empresarios pero también representantes de ONG y redactores del documento, sobre todo académicos. El texto ha recibido el apoyo expreso de la Comisión Europea, ya que uno de sus vicepresidentes, el de Relaciones Interinstitucionales, Maros Sefcovic, ha participado en la presentación y ha aplaudido la iniciativa.
“Un centenar de investigadores han trabajado durante casi un año con total independencia sin cobrar un céntimo, movidos por su amor al país. Un estudio que pone al servicio de la sociedad española todo su conocimiento, con un diagnóstico riguroso sobre los desafíos de España”, ha explicado el presidente. Los objetivos posibles de esa España ideal son claros: “Podríamos estar en la vanguardia educativa, podríamos lograr una España sostenible, con el 100% de residuos reciclados, con niveles de productividad similares a otros países, que distribuya mejor las oportunidades laborales por todo el territorio. Con un Estado del bienestar robusto capaz de mitigar la desigualdad social, que reduzca los niveles de pobreza a la mitad. Una España mucho más eficiente, más digital, más verde, más justa. Esa España es realmente posible aunque pueda parecer imposible. Porque se puede alcanzar todo lo que se puede medir”, ha sostenido Sánchez, en un discurso radicalmente optimista que contrasta con el ambiente político que se vive cada semana en el Congreso de los Diputados. De hecho el documento tiene un epílogo, “redescubrir el optimismo”, que da idea de la distancia entre el texto y los debates políticos del día a día.
Baste citar un ejemplo de propuestas que contiene el documento: “Introducir la protección y ampliación del bienestar ciudadano como objetivo explícito y fundamental en el diseño, ejecución y evaluación de todas las políticas públicas. Un paso decisivo en esta dirección sería establecer un ‘Presupuesto del bienestar”, en la línea de lo que ha hecho recientemente Nueva Zelanda. “Varios países (Alemania, Austria, Reino Unido y Nueva Zelanda) han empezado a desarrollar métricas y nuevas herramientas para cuantificar y hacer un seguimiento más minucioso del bienestar de sus habitantes. España debe hacer lo propio, ampliando la disponibilidad de datos y series longitudinales asociados al bienestar, y creando un cuadro de mando de seguimiento que se actualice de forma periódica, con el fin de disponer de un sistema de cuentas nacionales de bienestar que complemente las métricas tradicionales de PIB y renta nacional”, señala.
Ni el documento ni el propio Sánchez ocultan los graves problemas de la España actual. Pero confían en poder resolverlos además con un impulso de la ola política internacional, dominada por el giro estratégico de EE UU tras la elección de Joe Biden. “Este país tiene dificultades para crear empleo para los jóvenes, tenemos déficits formativos. La juventud tiene dificultades de acceso a la vivienda, tenemos niveles de pobreza inasumible. Son problemas muy serios, que se han agravado por el covid-19. Ahora es el momento de afrontar esos problemas. El mundo está cambiando. Se está configurando una nueva forma de entender el futuro. Queremos decirle al mundo que queremos hacer de las próximas décadas una historia de éxito. Este estudio demuestra que es posible lograrlo”, ha rematado Sánchez.
El presidente, que ya ha recibido críticas por organizar este trabajo desde La Moncloa y sin dar entrada a otros partidos o instituciones, insiste en que unos de los problemas de España es que le cuesta reconocer sus propios méritos. “Este trabajo es ejemplar y pionero a nivel europeo. Uno de los defectos de nuestro país es que nos cuesta mucho reconocer los méritos de nuestro país. Muy pocos países tienen algo tan ambicioso como España 2050”, ha asegurado. En cualquier caso, el documento ahora se abre a todas las demás instituciones, en ese diálogo nacional que Sánchez quiere impulsar y que, al menos en el mundo político, parece completamente inviable ahora, cuando ni siquiera hay conversaciones para algo tan básico como renovar el Poder Judicial, el Tribunal Constitucional o el defensor del Pueblo.
Como muestra, baste la primera reacción de Pablo Casado, líder del PP, antes la presentación del documento España 2050: “Un país que ha sufrido 125.000 muertos, tres millones y medio de contagios, seis millones de desempleados, con un 40% de jóvenes en paro, no puede aguantar el insulto de que se esté hablando de lo que va a pasar dentro de 30 años. Que es muy importante, pero si resolvemos los problemas de hoy. No puede querer a España quien insulta a los españoles, su inteligencia, sus dificultades, sus problemas. La España real necesita soluciones reales e inmediatas”, aseguró, informa Elsa García de Blas.
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