El gobernador de Puerto Rico encuadra en la “libertad de expresión” el derribo de la estatua de Juan Ponce de León
El alcalde de San Juan califica de “vandalismo” el ataque al monumento, en protesta por la visita de Felipe VI
El gobernador de Puerto Rico, Pedro Pierluisi, ha encuadrado este lunes en “la libertad de expresión” el derribo de la estatua de Juan Ponce de León, el conquistador y primer gobernador de la isla caribeña bajo la Corona española. El ataque al monumento se produjo pocas horas antes de la llegada de Felipe VI para conmemorar el 500 aniversario de la fundación de San Juan, capital y principal ciudad de Puerto Rico, y fue reivindicado por las autodenominadas Fuerzas Libertarias de Borikén, nombre con el que llamaban a la isla los indígenas taínos antes de la colonización española, en protesta por la visita del rey de España.
El gobernador y el alcalde de San Juan, Miguel Romero, acudieron al aeropuerto internacional Luis Muñoz Marín para recibir al monarca. El alcalde, que fue quien invitó en noviembre pasado a Felipe VI a visitar su ciudad, se mostró menos comprensivo con el ataque al monumento y aseguró que “la libertad de expresión se protege; lo que no se protege es el vandalismo”.
Los servicios municipales han procedido a una reparación urgente y provisional de la escultura y la han vuelto a instalar en su pedestal en la plaza de San José, en el casco histórico de San Juan, por donde está previsto que pasee este martes el rey Felipe VI. En Estados Unidos se desató una ola de furia iconoclasta tras la muerte del afroamericano George Floyd, en mayo del 2020, que arrasó con numerosas estatuas de militares confederados, padres de la Patria que fueron esclavistas e incluso misioneros como fray Junípero Serra o descubridores como Cristóbal Colón, pero hasta ahora no había llegado a Puerto Rico. Se da la circunstancia de que el monumento al también descubridor de Florida se hizo con el bronce de los cañones capturados a los ingleses que atacaron la isla en 1797.
Tanto Perluisi como Romero pertenecen al Partido Nuevo Progresista, que aboga por la incorporación de Puerto Rico a Estados Unidos como el Estado número 51 de la Unión, abandonando su actual estatus de Estado libre asociado. Esta fue la opción ganadora en el referéndum de 2017 y en el de 2020, aunque no tiene carácter vinculante y depende de que el Congreso de Estados Unidos acepte tramitar la adhesión. La opción independentista es, por el contrario, marginal y en la consulta de 2017 solo obtuvo un 1,5% de los sufragios. Perluisi ha subrayado, tras recibir al Rey, que en el proceso de incorporación de Puerto Rico a Estados Unidos “la herencia cultural hispana y el idioma español no son negociables”.
El viaje del Rey a Puerto Rico ha coincido con el anuncio de la “interrupción de la relación matrimonial” entre Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin. La Casa Real no ha hecho ningún comentario al respecto. Pese al parentesco, la hermana de Felipe VI ya no pertenece a la institución de la Familia Real, aunque sí a la familia del Rey, y el Monarca le retiró el título del Ducado de Palma en 2015.
Esta es la segunda visita de Felipe VI a este Estado libre asociado de Estados Unidos desde que en 2014 asumió la jefatura del Estado, ya que presidió en 2016 con la reina Letizia la inauguración del VII Congreso de la Lengua Española. Esta vez el Rey viaja acompañado por la ministra de Comercio, Industria y Turismo, Reyes Maroto, y por la secretaria de Estado de Asuntos Exteriores y Globales, Ángeles Moreno.
El Gobierno de Washington ha estado representado por el secretario de la Navy, Carlos del Toro, que ha acudido a San Juan para dar la bienvenida al Rey en nombre del presidente Joe Biden. Del Toro, nacido en Cuba, es uno de los más destacados representantes de la comunidad hispana en la Administración demócrata. España es especialmente cuidadosa con la soberanía estadounidense de Puerto Rico: a la visita han acudido el embajador en Washington, Santiago Cabanas, y, como se ha mencionado, la secretaria de Estado de Asuntos Exteriores (de la que depende Estados Unidos y no el de Iberoamérica).
La visita del Rey tiene un claro cariz cultural y económico. Tras presidir el lunes por la noche una recepción a representantes de la comunidad española, con unos 8.000 miembros, Felipe VI inaugurará este martes un foro empresarial con presencia de empresarios españoles (entre ellos, el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi) y costarricenses. La reestructuración de la deuda de Puerto Rico, de unos 70.000 millones de dólares, recientemente aprobada, permite que la Administración puertorriqueña pueda volver a los mercados para financiarse y abre nuevas expectativas de negocio. Además, el Rey visitará sendas exposiciones sobre el legado de Pau Casals y de Juan Ramón Jiménez, dos de las mayores figuras del exilio cultural español. Tanto el violonchelista y autor del himno de las Naciones Unidas como el premio Nobel de Literatura murieron en San Juan.
El miércoles, tras concluir su visita a Puerto Rico, Felipe VI viajará a Honduras para asistir a la toma de posesión de la nueva presidenta, Xiomara Castro, primera mujer que asume la presidencia del país. En Tegucigalpa, el Rey estará acompañado por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y coincidirá, entre otros mandatarios, con la vicepresidenta de EE UU, Kamala Harris.
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