España negocia una operación triangular con países del Este para entregar armas a Ucrania
El coste del armamento español donado ya al Gobierno de Kiev asciende a 30 millones
Los seis aviones A400M del Ejército del Aire que en las dos últimas semanas han volado a Polonia no son los únicos que transportarán armamento español para Kiev. Desde países del este de Europa, como República Checa o Estonia, también van a llegar cargamentos con armas de fabricación española. Según ha podido saber EL PAÍS de fuentes gubernamentales, el Ejecutivo negocia una operación triangular con países clientes de la industria española de Defensa para que donen a Ucrania material que tienen en sus arsenales a cambio de que el suministrador reponga lo antes posible sus existencias. Así se a...
Los seis aviones A400M del Ejército del Aire que en las dos últimas semanas han volado a Polonia no son los únicos que transportarán armamento español para Kiev. Desde países del este de Europa, como República Checa o Estonia, también van a llegar cargamentos con armas de fabricación española. Según ha podido saber EL PAÍS de fuentes gubernamentales, el Ejecutivo negocia una operación triangular con países clientes de la industria española de Defensa para que donen a Ucrania material que tienen en sus arsenales a cambio de que el suministrador reponga lo antes posible sus existencias. Así se acelera la entrega y se evita tener que esperar hasta completar la fabricación.
Desde que el presidente Pedro Sánchez anunciara, el pasado día 2, que España entregaría “material militar ofensivo a la resistencia ucraniana”, España ha donado armamento letal por valor de unos 30 millones de euros, según fuentes gubernamentales, y está pendiente la entrega de equipos por otros 15 millones. Se trata de armamento que se caracteriza por su movilidad (casi siempre de uso individual) y que no requiere especial instrucción o adiestramiento. A ello se suman equipos de protección por otros tres millones, por lo que la ayuda directa al Ministerio de Defensa ucranio se acercará finalmente a los 50 millones de euros. Además, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, anunció este miércoles en Varsovia (Polonia) una ayuda humanitaria “sin precedentes” de 31 millones de euros, de los que 23 irán a Ucrania y el resto a los países vecinos que, como Polonia y Moldavia, han recibido mayor número de refugiados.
El domingo 27 de febrero salieron de la base de Torrejón de Ardoz (Madrid) los dos primeros vuelos con 20 toneladas de material defensivo (5.000 cascos balísticos, chalecos antifragmentos y equipos de protección NBQ —Nuclear Bacteriológica y Química—). Después de que el Gobierno aceptara suministrar material ofensivo (armamento letal), los días 4 y 5 de marzo partieron desde la base aérea de Los Llanos (Albacete) dos aviones con 1.370 lanzagranadas C-90, ametralladoras ligeras y 700.000 cartuchos.
Pese a la división que el envío de armamento provocó en el seno del Gobierno, la ministra de Defensa, Margarita Robles, reiteró en el Congreso que “dentro de las disponibilidades [de España], si Ucrania lo necesita, enviaremos el material que tengamos y que pueda ayudar a esa defensa heroica que están haciendo los ucranianos”. El 12 y 13 de marzo partían desde Los Llanos otros dos aviones A400M con armamento.
Aunque no se ha informado de su carga, unas diez toneladas por vuelo, se trataba también de armas ligeras. Tampoco se ha revelado, por razones de seguridad, su destino, aunque la mayoría de los vuelos internacionales —más de 20 países suministran material militar a Kiev—, utilizan el aeropuerto de Rzesów-Jasionka, a 90 kilómetros de la frontera ucrania, donde EE UU ha desplegado una batería antimisiles Patriot para prevenir un hipotético ataque ruso. Moscú bombardeó el pasado domingo una base en Yavoriv (Ucrania), a solo 25 kilómetros de la frontera polaca, donde se almacenaba parte del armamento proporcionado por los países de a OTAN.
Armamento en perfecto estado
Frente a las críticas por el supuesto mal estado del material entregado por España (las ametralladoras Ameli fueron sustituidas en el Ejército español hace una década), Robles ha defendido que el armamento se encuentra en perfecto estado de funcionamiento y en su mayor parte sin estrenar. La selección, aducen las fuentes consultadas, se ha hecho teniendo en cuenta las circunstancias a las que se enfrenta la resistencia ucrania: no se han mandado, por ejemplo, lanzagranadas antibúnker, pero sí contracarro.
Una vez agotadas las disponibilidades de las Fuerzas Armadas, el siguiente paso es recurrir a la industria militar. El problema, según las fuentes consultadas, es que las empresas no fabrican ya para almacenar; es decir, que la cadena de montaje solo se pone en marcha cuando hay un pedido. Además, el proceso burocrático para autorizar la exportación de armamento es muy riguroso y la concesión del permiso se demora meses. Varias empresas han pedido a la Junta Interministerial Reguladora del Comercio de Material de Defensa y Doble Uso (JIMMDU) que se agilicen los trámites, a pesar de que Ucrania es un país en conflicto y hasta ahora (es una de las cosas que han cambiado tras la invasión rusa) estaba prohibida la exportación de equipos militares a países en guerra.
El proceso se simplifica notablemente si lo que se hace es desviar hacia Ucrania material ya fabricado, pues en ese caso solo se necesita expedir un nuevo certificado de último destino. Así lo ha acordado España con algunos de los clientes de su industria militar. Estonia, por ejemplo, encargó recientemente un pedido de casi 6.000 lanzagranadas C-90 de la firma española Instalaza, como continuidad de un contrato firmado en 2018 por 30 millones. Las empresas españolas se encargarán de fabricar nuevos lotes para reponer lo antes posible el material donado a Ucrania y se beneficiarán así, indirectamente, de las entregas.
Esa ayuda debería financiarse con el llamado Peace Facility, el fondo habilitado por la UE para apoyar militarmente a Kiev. Inicialmente estaba dotado con 450 millones para armamento letal y 50 para equipos de protección, pero los líderes europeos acordaron el viernes en Versalles (Francia) doblar su volumen, hasta los 1.000 millones. España es el cuarto contribuyente, con un 10% del total.
Además, España acogerá a 20.000 refugiados ucranios procedentes de Polonia y otros 1.000 de Moldavia, según anunció este miércoles el ministro Albares.
La flota de la OTAN, fuera del mar Negro
La ministra de Defensa, Margarita Robles, visitará este viernes en Creta (Grecia) a los tres buques españoles integrados en las flotas permanentes de la OTAN: la fragata Blas de Lezo, el Buque de Acción Marítima (BAM) Meteoro y el cazaminas Sella. La fragata forma parte de la agrupación de escoltas, mientras que el Meteoro es el buque de mando de la flota contraminas, de la que forma parte el Sella.
Las dos flotas tenían previsto entrar en el mar Negro durante el mes de abril, pero la OTAN ha renunciado a ello para evitar un incidente indeseado con los aviones y buques rusos que navegan por su espacio aéreo y sus aguas, lo que podría implicar a la Alianza Atlántica en la guerra de Ucrania.
Por otra parte, la ministra de Defensa anunció este jueves que la Sanidad Militar empezará a vacunar hoy en Pozuelo de Alarcón (Madrid) a los refugiados ucranios llegados a España.