Mohamed VI pide a Sánchez que acuda a Marruecos para sellar la reconciliación

Mohamed VI quiere sellar su reconciliación con España y la apertura de una “nueva etapa” en las relaciones bilaterales al más alto nivel, con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en persona. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha cancelado a última hora la visita que tenía previsto realizar este viernes a Marruecos, la primera de un miembro del Gobierno español desde que hace 10 meses se desencadenó la crisis diplomática entre los dos países. El argumento para cancelar su viaje es que acompañará al propio Sánchez en la visita oficial que este hará a Rabat “en fechas muy próximas”, según el comunicado de la Casa Real marroquí.

La cancelación del viaje del ministro se ha conocido después de que el propio Sánchez haya hablado telefónicamente con Mohamed VI, quien le ha expresado su “alta valoración” del contenido de la carta que el presidente español le dirigió el pasado 14 de marzo. En la misiva, por vez primera España se decantaba por el plan marroquí de autonomía como la fórmula “más seria, realista y creíble” para resolver el conflicto en la antigua colonia española, con preferencia sobre el referéndum de autodeterminación.

En la conversación, el monarca alauí ha invitado a Sánchez a visitar Marruecos “en los muy próximos días”, lo que ha desencadenado la suspensión del viaje de Albares y ha obligado a cancelar, ya a primera hora de la tarde, un encuentro con una treintena de empresarios españoles y marroquíes y una recepción multitudinaria en la residencia del embajador, a la que habían sido invitadas 1.700 personas, actos ambos programados para este viernes con motivo de la visita del ministro de Exteriores a Rabat.

Aunque aún no se ha anunciado la fecha del viaje del presidente del Gobierno, las fuentes consultadas apuntan a que con toda probabilidad será la semana próxima. Este fin de semana comienza el Ramadán, por lo que Sánchez podría asistir como invitado de Mohamed VI a la celebración del iftar, la cena de ruptura del ayuno con que concluye cada jornada durante el mes sagrado de los musulmanes.

El propio Sánchez, a través de un tuit, ha informado de su conversación con Mohamed VI, con quien ha acordado lanzar una “hoja de ruta que consolida la nueva etapa entre dos países”, a los que ha calificado de “vecinos” y “socios estratégicos”. Sánchez ha añadido en su tuit que la nueva relación estará basada “en la transparencia, el respeto mutuo y el cumplimiento de los acuerdos”.

Por su parte, la Casa Real alauí ha subrayado que la nueva etapa de las relaciones hispano-marroquíes se fundamentará “en el respeto mutuo, la confianza recíproca, la consulta permanente y la cooperación franca y leal”. En este contexto, añade, “los diferentes ministros y responsables de ambos países son conminados a poner en marcha acciones concretas en el marco de una hoja de ruta ambiciosa que aborde todos los ámbitos de la asociación y que integre todas las cuestiones de interés común”.

El Gobierno español ha publicado poco después una nota en términos muy parecidos a los de la marroquí, pero en ella se añade algo que no está en el texto de Rabat, y que para España es muy relevante. Además del respeto mutuo y la comunicación permanente, el español incluye “el cumplimiento de los acuerdos firmados por ambas partes, así como la abstención de toda acción unilateral para [...] evitar futuras crisis entre ambos países”. España condenó la entrada irregular de más de 10.000 marroquíes en Ceuta en mayo del año pasado y encontró la solidaridad de la Unión Europea. Y considera que se trató de una “acción unilateral” que no se puede repetir. Sánchez, según La Moncloa, ha informado a Felipe VI de la conversación con el rey marroquí.

Desgaste político

El Ejecutivo está sufriendo un desgaste político importante por la decisión de conceder a la pripuesta de Marruecos ese calificativo de “más seria”, que supone dejar de lado otras opciones y acabar con la neutralidad que mantenía España. Nadie en el Congreso lo apoya, sus socios rechazan el giro y la oposición también, como se vio este miércoles en el debate con el propio Sánchez.

Sin embargo, el sector socialista del Ejecutivo y los que han gestionado esta salida de la crisis, en especial Sánchez y Albares, están convencidos de que el tiempo acabará dándoles la razón porque España, dicen, no se puede permitir estar en crisis grave con un vecino tan estratégico como Marruecos, un país que ha demostrado que en cualquier momento puede levantar la mano y forzar un asalto a Ceuta o Melilla de miles de personas, como ocurrió en mayo pasado, además de permitir que otros miles salgan en patera hacia Canarias.

Sánchez y su equipo insisten en que en Ceuta, en Melilla y en Canarias el apoyo a este acuerdo con Marruecos es total y creen que poco a poco también en el resto de España se asumirá que era la mejor opción. El gran problema colateral que ha creado el acuerdo es de Argelia, que ha retirado a su embajador como reacción. No obstante, en el Ejecutivo insisten en que las relaciones con los argelinos son buenas y no creen que la tensión vaya más allá de este episodio, por lo que el suministro de gas, la cuestión estratégica más relevante con el otro vecino del sur, está absolutamente garantizado y la idea es que crezca. Aun así, las críticas van a seguir y en el Congreso varios grupos, incluido Unidas Podemos, socio de la coalición, están preparando iniciativas contra el giro de Sánchez que pueden significar una derrota parlamentaria del PSOE en este asunto si no logra pactar una transaccional para evitar perder.