Suiza entregará a España el tesoro artístico de la trama Púnica a finales de junio
La Fiscalía helvética fija el 29 y 30 de junio para formalizar la devolución de las obras y estilográficas de colección que ocultaba en Ginebra el empresario David Marjaliza
Siete años después de que la Audiencia Nacional iniciara los trámites para recuperar las valiosas obras de arte que el constructor David Marjaliza, cabecilla confeso de la trama Púnica, ocultaba en un almacén de Ginebra (Suiza), las autoridades helvéticas han puesto finalmente fecha a su entrega a España. Será los próximos 29 y 30 de junio cuando los cerca de 40 cuadros, fotografías y esculturas y 200 plumas estilográficas de colección pasen a manos de la justicia e...
Siete años después de que la Audiencia Nacional iniciara los trámites para recuperar las valiosas obras de arte que el constructor David Marjaliza, cabecilla confeso de la trama Púnica, ocultaba en un almacén de Ginebra (Suiza), las autoridades helvéticas han puesto finalmente fecha a su entrega a España. Será los próximos 29 y 30 de junio cuando los cerca de 40 cuadros, fotografías y esculturas y 200 plumas estilográficas de colección pasen a manos de la justicia española, según se detalla en un documento judicial al que ha tenido acceso EL PAÍS. Valoradas en su conjunto en 15,6 millones de euros, entre las obras hay creaciones de Eduardo Chillida, Miquel Barceló, Antoni Tàpies, Manolo Valdés, el Equipo Crónica, Juan Uslé y Torres García, entre otros.
La decisión de las autoridades judiciales helvéticas ha venido acompañada de la petición de estas a la Audiencia Nacional de que un letrado del Juzgado Central de Instrucción número 6, donde se instruye el caso Púnica, se desplace esos días a Ginebra para estar presente en el acto y, así, “dar fe de los objetos y de las obras entregadas” junto a responsables de aduanas helvéticos y un representante de la empresa Natural Le Coultre S. A., propietaria del almacén donde las obras permanecen depositadas desde 2013, cuando las ocultó allí Marjaliza como parte de una maniobra de blanqueo. La Oficina de Recuperación y Gestión de Activos (ORGA), creada por el Ministerio de Justicia a finales de 2015 para administrar el embargo de bienes de personas condenadas, aún no ha decidido si enviará también a un representante al acto, según un portavoz del departamento.
La previsión es que el traslado a Madrid lo realice la empresa española SIT, especializada en la mudanza de bienes culturales y que fue la misma que Marjaliza contrató en su día para llevar los cuadros desde España a Suiza. El coste de este traslado y del almacenaje de estos años en Ginebra, cifrado en noviembre en 248.566 francos suizos (238.200 euros), se cubrirá con el saldo de una cuenta bancaria también intervenida a Marjaliza en Suiza.
Una vez en España, la ORGA será la responsable de su custodia. De hecho, desde 2016 tiene firmado un convenio con el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, de Madrid, para que este las autentifique y, posteriormente, las exponga en sus salas. No obstante, fuentes de esta institución cultural señalan que hasta después del verano, fecha en la que está previsto que terminen las obras de rehabilitación de nuevos espacios del centro como almacenes, no contará con espacio para guardarlas. Se encargará de ello el Ministerio de Cultura, detallan fuentes de este departamento, que declinan concretar en qué instalaciones lo harán “por motivos de seguridad”.
En su día, el Reina Sofía descartó dedicar una sala específica para exponer estas obras, como habían sugerido desde la Fiscalía Anticorrupción. Estas mismas fuentes recuerdan que el interés del museo no es por el conjunto de las pinturas y esculturas, sino únicamente por 18. El resto, entre ellas las cerca de 200 estilográficas de colección, serán previsiblemente subastadas, como ya se ha hecho con parte de los relojes de lujo, joyas y vehículos intervenidos en España también a Marjaliza. El dinero que se recaude servirá para cubrir parte de la millonaria cantidad que, previsiblemente, la justicia impondrá al constructor como responsabilidad civil si es condenado por el caso Púnica.
Cuando finalmente lleguen a España las obras, se pondrá fin a un largo y complejo proceso que se inició en marzo de 2015, cuando el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco, primer instructor de este sumario de corrupción, pidió a Suiza que embargase las obras de arte que Marjaliza había adquirido para blanquear parte de sus ganancias ilícitas y que tenía ocultas en los almacenes de Natural Le Coultre. Las instalaciones de esta compañía en Ginebra son el refugio de cientos de miles de bienes artísticos de inversores privados, por lo que son consideradas en el mundo del arte como un museo oculto.
En febrero del año siguiente, el juez Velasco puso en marcha los trámites para que estas regresaran a España. El magistrado contaba ya entonces con el consentimiento del propio Marjaliza, que había comenzado a colaborar con la justicia y autorizado expresamente el traslado de los bienes, sin necesidad de esperar a que hubiera una sentencia condenatoria firme. Sin embargo, la justicia suiza rechazó en un primer momento hacerlo. Alegó que los objetos artísticos no figuraban como propiedad del constructor, sino de una empresa de Singapur, Millenia Trading Pte Ltd, al frente de la cual figuraban dos ciudadanos asiáticos.
Para las autoridades suizas, esta empresa era la propietaria formal de los bienes y, por tanto, sus administradores eran los únicos que podían autorizar el envío. En realidad, Millenia Trading es propiedad del propio Marjaliza, que la creó para realizar, precisamente, una falsa operación de compraventa de arte con estos bienes para blanquear 4,2 millones de euros que tenía ocultos en Suiza y, así, poder repatriarlos a España. De nada sirvió que el constructor mostrara su disposición al retorno de las obras.
La situación se mantuvo bloqueada hasta que en abril del año pasado los representantes de la Fiscalía Anticorrupción mantuvieron una reunión con sus colegas helvéticos y con representantes de la Oficina Federal Suiza y de la embajada de este país en España, en la que estos se comprometieron a “informar favorablemente” ante la justicia de su país para que diera luz verde a la repatriación de los bienes artísticos. Posteriormente, Marjaliza compareció, primero, en la Audiencia Nacional y, más tarde, ante la Fiscalía helvética, para dar su conformidad a la repatriación y autorizar “expresamente” que a su llegada todos los objetos artísticos quedasen bajo custodia de la ORGA. El último paso se producirá dentro de unas semanas.
Las 18 obras que irán al Museo Reina Sofia
El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia ya comunicó en su día a la Oficina de Recuperación y Gestión de Activos (ORGA) que, de las obras intervenidas en Suiza a la trama Púnica solo tenía interés enincorporar 18 a sus fondos, al considerar que eran las que interesaban para la colección. Son estas:
- Juan Uslé. Dirty Sueño, 1998-1999. Vinilo, dispersión y pigmentos sobre lienzo (112x112cm).
- Günther Förg. S/título, 1996. Acrílico sobre tela. (195x 225 cm).
- Equipo Crónica. The astronaut, 1966. Pintura. (150 x 120 cm).
- Joaquín Torres García. Pintura constructiva, 1931. Óleo (53,5 x 41 cm).
- Thomas Ruff. Allianz arena, 2006. Fotografía (188 x 274 cm).
- Manolo Miralles. Personaje obscuro, 1970. Técnica mixta sobre arpillera. (130 x 197 cm).
- Antonio Saura. Fele, 1957. Óleo sobre lienzo (130 x 197 cm).
- Rafael Canogar. Pintura 69, 1960. Técnica mixta sobre lienzo (162 x 130 cm).
- Antonio Tápies. Quadriculat, 1986. Pintura (tres paneles), (195,30 x 170,5 cm).
- Antoni Tápies. Tryptique au graffitis, 1984. Pintura (195 x 390 cm).
- José Guerrero. Untitled, 1973. Pintura (198 x 152 cm).
- Miquel Barceló. Furor Penellis, 1983. Técnica mixta sobre tela (255 x197 cm).
- Luis Feito. Óleo y técnica mixta sobre tela, 1962.
- Francisco Bores. Un couche (huilr ur toilet), 1935. Oleo sobre lienzo (97x 130 cm).
- Anthony Cragg. S/T 2 columnas de bronce. Esculturas (110x41x61 cm).
- Eduardo Chillida. Óxifo-G198. Escultura (31 x 25 x 10 cm).
- Antonio Clavé. Figura y Bodegón. Pintura.
- Lucio Muñoz. Mo fin, 1988. Pintura (210 x 210 cm).