Se venden coches de la Púnica. Razón: Audiencia Nacional
El juez Velasco accede a la petición de Marjaliza y subastará los dos vehículos intervenidos a éste que ahora usa la Guardia Civil
Un Mercedes Benz 350S y un Mini Cooper. Estos serán los dos primeros vehículos intervenidos a los presuntos integrantes de la trama Púnica que serán subastados por orden judicial. El titular del Juzgado Central de Instrucción 6, Eloy Velasco, ha dictado una providencia por la que accede a la petición que recientemente le había hecho uno de los principales implicados, el constructor David Marjaliza, de proceder a la venta de los automóviles que se le intervinieron tras su detención para que el dinero que se obtenga de ellos pueda servir para pagar la previsibles multas y responsabilidades civiles a las que sea condenado. Hasta ahora, ambos coches eran usados por los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) en sus desplazamientos oficiales con autorización del magistrado.
Era precisamente ese uso por parte de la Guardia Civil lo que llevó a Marjaliza a reclamar en dos ocasiones que dichos vehículos fueran subastados. El socio de Francisco Granados y ahora colaborador de la Justicia señalaba en sendos escritos que presentó en enero y abril en la Audiencia Nacional que "como es notorio, el continuado uso por parte de la fuerza actuante de dichos vehículos acelera su depreciación", señalaba en ambos escritos, que a continuación destacan que "si por el Juzgado se considerase que la subasta no producirá réditos suficientes para compensar su coste", se le entreguen a él como depositario.
Finalmente, el juez Velasco ha decidido que se subasten y que el dinero que se obtenga se destine a cubrir las resposabilidades económicas de Marjaliza. Como paso previo, le ha pedido al constructor que detalle quiénes son los titulares formales de ambos vehículos -uno figura a nombre de una de sus empresas y el otro al de su mujer, Adela Cubas, también imputada- y proponga una precio de salida y la casa de subastas que se debe encargar de la venta. Para esto último, el ahora colaborador de la Justicia ha propuesto en un escrito que ha remitido este jueves a Subastacar, mientras que respecto al valor actual de sus automóviles ha preferido no manifestarse ya que "desconoce su estado actual" tras su utilización por la Guardia Civil.
Marjaliza ya ha conseguido que se subasten otros bienes que se le intervinieron. En concreto, los relojes de lujo, joyas y una estilográfica de colección que guardaba, muchos de ellos en sus envoltorios originales, en sus oficinas para hacer regalos. En este caso, fue el propio juez Velasco el que en noviembre de 2014 tomó la iniciativa al considerar que su juzgado no disponía "de lugar adecuado" para guardarlos. Se inició en aquel momento un largo proceso en el que el propio Marjaliza tuvo una participación activa, que incluyó la elección de una casa de subastas.
En la primera de estas ventas al mejor postor, celebrada los días 2 y 4 de febrero de 2016, se vendieron 68 de estos objetos, entre ellos una pluma Master of Urbino dedicada al pintor italiano Rafael de la que sólo había cuatro unidades en el mundo. Su precio de remate fue de 18.000 euros. En total, en aquella puja se recaudaron 80.085 euros, de los que pasaron al juzgado 71.363 euros tras descontarse el 9% de comisión de la casa de subastas y el IVA. Una segunda venta tuvo lugar el 20 y 21 de septiembre pasados, en la que se colocaron una pluma y seis relojes. Con ella se lograron otros 23.650 euros.
Al constructor también se le intervino en un depósito franco de la ciudad suiza de Ginebra un tesoro artístico que la Guardia Civil ha valorado en 15,6 millones de euros. Se trata de 28 cuadros, cinco fotografías, cuatro esculturas y 185 plumas estilográfricas que Marjaliza sacó de España en el verano de 2013 para simular una operación de compraventa de obras con la que blanquear 4,2 millones de euros que quería repatriar desde Singapur. Entre las obras había cuadros de Eduardo Chillida, Miquel Barceló y Antoni Tàpies. La Audiencia Nacional solicitó hace meses a las autoridades de Berna que fueran repatriadas y, de hecho, ha llegado a un acuerdo con el Museo Reina Sofía, de Madrid, para que parte de ellas sea expuesta en la pinacoteca y, de este modo, reducir el coste de su caro almacenaje. Suiza aún no ha respondido, según confirman fuentes jurídicas.
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