Arranca un nuevo episodio de temperaturas altas con visos de ser la ola de calor más temprana
Las noches serán tropicales en el Mediterráneo, el centro y el sur peninsular y se esperan máximas de incluso 42° en el valle del Guadalquivir y del Guadiana
Vuelve el calor de verdad cuando apenas se cumplen los primeros 10 días de verano meteorológico y después de un primer aviso infernal a mediados de mayo. Este nuevo “episodio de altas temperaturas”, como de momento lo califica la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), comienza esta misma tarde, afectará a casi toda la Península y Baleares, especialmente al cuadrante suroeste, y durará al menos hasta el martes. “Si se cumplen los pronósticos, podríamos estar ante la primera ola de calor del verano, dicho esto con cautela porque hasta que no acabe no podremos atestiguar si se han cumplido todos los requisitos”, explica Rubén del Campo, portavoz de Aemet.
Para que la Aemet lo considere ola, se deben superar ciertos umbrales de intensidad, extensión y duración: se tienen que producir temperaturas muy extremas, afectar al 10% de las estaciones y durar al menos tres días. De superar estos tres criterios, se convertiría en la más temprana que se registra en España desde que hay datos, ya que hasta ahora este dudoso honor lo ostentaba la que se produjo el 11 de junio de 1981. Al final, que acabe siendo una ola o no es un mero tecnicismo, “lo importante es que van a ser días extremadamente calurosos para estas alturas de año”, sentencia Del Campo.
El pico del episodio se producirá “entre el domingo y el lunes, cuando se pueden llegar a valores de más de 40° e incluso 42° en los valles del Guadalquivir y del Guadiana”, detalla el portavoz de Aemet. Del horno ibérico tan solo se librará el Cantábrico, donde habrá “un respiro y no se pasará de 25°”. En el resto de la Península y Baleares, los termómetros marcarán valores de más de 35°, mientras que las noches serán igualmente sofocantes. Se esperan noches tropicales, en las que los termómetros no bajan de 20°, en el Mediterráneo, mitad sur, zona centro y cuenca del Ebro”.
“Incluso es posible que se produzcan noches tórridas ―en las que la temperatura mínima es de 25° o más― en puntos aislados de Extremadura y del este de Andalucía”, advierte el meteorólogo. Dormir a tan altas temperaturas tiene efectos muy nocivos para la salud, subraya Dominic Royé, investigador y profesor en la Universidad de Santiago de Compostela, porque producen un “estrés térmico prolongado, al impedir que el cuerpo descanse y se recupere del estrés térmico sufrido por el día”. Según un estudio publicado por Royé, la mortalidad se eleva un 16% en España a mayor intensidad del calor nocturno.
Tal y como destaca Aemet en una nota informativa, la causa de este episodio es la “situación de estabilidad generalizada, que favorece la fuerte insolación, junto con la entrada de una masa de aire muy cálido procedente del norte de África”. A partir de esta tarde y durante el viernes “comenzará a formarse un centro de bajas presiones al noroeste de Marruecos que, a su vez, impulsará hacia el norte una masa de aire cálida que penetrará por el sur peninsular”, añade la nota. Este fenómeno echará madera al fuego y “dará lugar a un ascenso progresivo de las temperaturas”. Se espera que el viernes se superen los 38° en amplias zonas de los valles del Guadalquivir, Guadiana y Tajo, incluso los 40° en el primero.
“El ascenso progresivo de las temperaturas continuará durante todo el fin de semana y probablemente durante el comienzo de la semana próxima”, advierte la agencia, que apunta a que, a partir del sábado, se superarán los 38° en gran parte de la zona centro, Extremadura, norte de Andalucía y oeste de Castilla-La Mancha”. Lo más probable es que este ascenso “continúe durante el domingo y el lunes, para tender a estabilizarse a partir del martes”, concluye el comunicado.
“Ya veremos si al final acaba siendo una ola de calor, la posibilidad está encima de la mesa, pero lo grave es que es pronto y la tendencia que se observa”, destaca Del Campo. Las dos primeras olas que figuran en el estudio de Aemet sobre este fenómeno, que arranca en 1975, datan del 11 de junio de 1981 y del 13 de junio de 2017 y, hasta ahora, eran fenómenos que se concentraban en julio y agosto. “Hasta el año 2010, la frecuencia en la que ocurría una ola en junio era de una cada siete años, a partir de 2011 hemos pasado a una cada dos años”, puntualiza el portavoz de Aemet.
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