Sánchez y Scholz abordarán la conexión gasística de la Península durante una cumbre en Madrid en octubre
España confía en el respaldo alemán para superar las resistencias de la Comisión Europea y Francia
El avance hacia un mercado energético de la UE y la conexión de la península Ibérica a la red gasística europea serán ejes centrales de la cumbre hispano-alemana, que se celebrará en octubre en Madrid después de siete años, según fuentes gubernamentales. El canciller alemán, Olaf Scholz, que ya visitó La Moncloa en enero y acudió en junio a la Cumbre de la OTAN en Madrid, regresará en octubre a la capital española al frente de una nutrida representación de su Gobierno tricolor (socialdemócratas, liberales y verdes) para copresidir con Sánchez una cumbre que no se repetía desde que su antecesora, Angela Merkel, recibió a Mariano Rajoy en Berlín en agosto de 2015.
Fuentes de La Moncloa no han aclarado si Scholz avisó a Sánchez antes de defender, el jueves, la construcción de un gasoducto que uniría España y Portugal con Europa Central y sería “decisivo” para aliviar la dependencia del gas ruso de países como Alemania, expuestos al chantaje del presidente ruso, Vladímir Putin, de cerrar en cualquier momento el grifo. En todo caso, el asunto había sido abordado hace meses por responsables de ambos gobiernos y el espaldarazo germano al proyecto ha sido acogido con satisfacción en Madrid. En marzo, tras la invasión de Ucrania por Rusia, Sánchez planteó al presidente francés, Emmanuel Macron, y a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, la recuperación del proyecto MidCat, a través del Pirineo catalán, que duplicaría la capacidad de exportación de gas a Europa.
Con seis plantas regasificadoras de GNL (Gas Natural Licuado) operativas, España tiene el 40% de la capacidad de regasificación y un tercio de la de almacenamiento de la UE, por lo que Sánchez defiende que la Península podría convertirse en un gran nudo que recibiera gas de buques metaneros procedentes de Estados Unidos, África o el golfo Pérsico y de los gasoductos que la unen con Argelia (siempre que la actual crisis diplomática no acabe incidiendo en el suministro de combustible) para distribuirlo al resto de Europa, dejando de ser como ahora una isla energética que está muy lejos de alcanzar los objetivos de interconexión fijados por la UE: 10% en 2020 y 15% en 2030.
La culminación de la obra, advierten fuentes gubernamentales, dependerá de que la UE asuma su financiación y agilice los trámites para ponerla en marcha. El MidCat estaba incluido en la lista de Proyectos de Interés Común de la UE desde 2013, pero decayó en 2019, ante la oposición de grupos ecologistas y el alto coste de una obra que contradecía la decisión europea de avanzar hacia el abandono de los combustibles fósiles.
Para convencer a la Comisión Europea de que retome el proyecto y le dé trámite urgente, el Gobierno español alega que el tubo no solo trasportaría gas, sino que en el futuro sería la vía de suministro de hidrógeno verde, generado por energías renovables bajas en emisiones y compatible con los objetivos europeos contra el calentamiento global.
Aunque la principal batalla se libra en Bruselas, el Gobierno español no oculta que el apoyo de Berlín supone un espaldarazo muy importante para sus aspiraciones, especialmente ante Francia, un país que ha apostado por la energía nuclear y que nunca ha mostrado interés en ampliar las conexiones energéticas con sus vecinos al sur de los Pirineos.
El respaldo de Scholz al gasoducto con la península Ibérica llega en plena luna de miel entre Alemania y España. En octubre no solo se celebrará la cumbre hispano-germana, sino que los Reyes harán una visita de Estado a Berlín y se desplazarán a Fráncfort para recorrer la feria del libro, donde España es este año invitado de honor. La presidencia de turno de la UE, que España ostentará en el segundo semestre de 2023, acrecienta el interés de Berlín por buscar un eje con Madrid. Para impulsar las relaciones entre los dos países europeos más importantes con gobernante socialdemócrata, Alemania ha enviado por vez primera a una mujer como embajadora a Madrid: la diplomática Maria Gosse.
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