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Macarena Olona: “Sigo mi camino y tengo que encontrar la fórmula”

La exdirigente de Vox desmiente las informaciones sobre sus problemas de salud: “Si no estoy en Vox no es por voluntad propia y estoy recuperada físicamente, en fuerte y en pie”

En la parte inferior de la foto, Santiago Abascal, Macarena Olona e Iván Espinosa de los Monteros, durante un pleno del Congreso.
En la parte inferior de la foto, Santiago Abascal, Macarena Olona e Iván Espinosa de los Monteros, durante un pleno del Congreso.Andrea Comas
Javier Casqueiro

A Macarena Olona (Alicante, 43 años), de paso unas horas por Madrid camino de Murcia para dar allí este viernes una conferencia tras un viaje relámpago a Panamá para promocionar el arte sacro andaluz, le han llegado las informaciones y especulaciones lanzadas desde algunas instancias de Vox sobre que aún no está bien de salud. Lo desmiente en declaraciones a EL PAÍS: “La única diferencia entre hoy y el 31 de julio, cuando anuncié que dejaba Andalucía, es que hoy todos los españoles saben que si no estoy en Vox no es precisamente por mi voluntad y la única gran diferencia con entonces es que hoy estoy totalmente recuperada físicamente, fuerte y en pie”. Reconoce que ha perdido 12 kilos, que sigue en tratamiento médico por el problema de tiroides que le hizo retirarse en julio de la política y dejar su recién estrenado escaño en el Parlamento andaluz, pero avanza que este viernes, en Murcia, reafirmará que no abandona a sus adeptos pese a la ruptura con Vox: “Sigo mi camino, soy una persona muy cabal y que lo tiene todo muy pensado, lo único que me falta es encontrar la fórmula para seguir”.

En algunas de sus encendidas intervenciones ante el pleno del Congreso o en comisiones, Macarena Olona no tenía ningún rubor en reconocer circunstancias personales y hasta carencias afectivas del pasado, como cuando explicó lo sola y engañada que se sintió durante años en el sofá de su pequeño apartamento cuando destinó muchas horas y días de su vida para preparar la oposición de abogada del Estado. Llegó incluso a relatar en el Hemiciclo su visión sobre cómo la agenda del empoderamiento feminista había postergado durante lustros su decisión de tener un hijo, que tomó finalmente hace solo tres años. O contó en entrevistas los problemas familiares con su padre, que falleció en marzo.

En julio, cuando ya había alquilado una vivienda en Sevilla y encontrado una plaza escolar para su hijo, se le detectó la enfermedad de tiroides, empezó a perder peso y anunció que dejaba la política. Luego, en verano, los síntomas mejoraron, la medicación controló la enfermedad, y convocó a través de las redes sociales a sus seguidores para que la acompañaran en una serie de etapas del camino de Santiago. Las completó.

En sus declaraciones a los medios, sin embargo, jugaba con las medias intenciones y daba a entender su disposición a retomar la política estatal tras la frustrada y corta experiencia andaluza. Hablaba siempre de reencontrarse con Santiago Abascal, líder máximo de Vox, para hacer ese camino juntos. En Vox no se quisieron dar por muy aludidos. Fuentes cercanas a la exdiputada señalan que desde aquella renuncia de julio ningún responsable nacional de Vox se ha puesto en contacto directo con ella y solo mantuvo un encuentro con Iván Espinosa de los Monteros. En las declaraciones públicas sí que le deseaban su recuperación.

Fuentes de la dirección de Vox sí han comentado, con preocupación, que tras la deriva que constataron en las exposiciones de Olona en los últimos meses, y específicamente este verano, habían consultado con varios expertos y especialistas médicos sobre hasta qué punto la enfermedad de tiroides que se le había diagnosticado podría haber afectado o provocado otras consecuencias en su salud. A ella le han llegado esos comentarios y niega que esté padeciendo ninguna secuela.

Macarena Olona ya no milita en Vox desde que pidió la baja el pasado 16 de agosto, no tanto porque fuese obligatorio dejar de militar en un partido político para reincorporarse como abogada del Estado en algún destino de la Administración como porque ella quería “mantener apariencia de neutralidad”, según fuentes conocedoras de esa decisión.

Olona participó la semana pasada en una conferencia en la Universidad de Granada, que acabó con enfrentamientos en la puerta entre partidarios y detractores, con intervención de los cuerpos de seguridad ante los intentos de distintos opositores para bloquear el acceso de la exdirigente de Vox al recinto. Este viernes tiene en su agenda una cita similar en la Universidad de Murcia. Olona quiere acudir para hablar del asunto previsto en el orden del día, los estados de alarma y su constitucionalidad, y también para dar algunas explicaciones sobre los acontecimientos de estos días.

La exdirigente de Vox está especialmente sorprendida por la virulencia de ataques recibidos por algunos medios de comunicación, periodistas y articulistas ultraconservadores desde que pidió la entrevista con Abascal para definir su futuro y el de su partido. Pero también por la actitud de los principales líderes de Vox, con el propio Santiago Abascal a la cabeza, que, tras las manifestaciones de este jueves de Iván Espinosa de los Monteros, infiere que ya no la recibirá en la entrevista bilateral que le había pedido.

Pidió una excedencia profesional hasta diciembre en su puesto de nivel 30 para alguna vacante en la Abogacía del Estado, pero aún no sabe a qué se dedicará en el futuro. Sí está decidida a no perder el contacto con sus fans, según personas de su entorno.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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