Lista de espera para repetir la boda 50 años después: “Igual para esta ocasión me cambio el color del vestido de novia”

Lola y Pepe se casaron en Cantoria en 1969 y en 2019. Sus hijos decidieron hacerles un regalo especial para sus bodas de oro: la recreación con todo lujo de detalles de su enlace 50 años atrás. Andrés Carrillo se encargó de tomar las instantáneas de la segunda ceremonia y, pasada la pandemia —en la que otros matrimonios del pueblo no pudieron celebrar ese aniversario―, se le ocurrió que el resto de parejas podrían rememorar ese momento o incluso cambiarlo, eligiendo el lugar en el que les hubiera gustado casarse o la ropa con la que darse el sí quiero. Así surgió la iniciativa Porque 50 años no es nada, impulsada a través de Guadalinfo, la red de centros de competencias digitales de la Junta de Andalucía que él coordina en el municipio almeriense de 3.547 habitantes, y que desde que se anunció el día 13 ya cuenta con 60 cónyuges que esperan para repetir su unión.

“Siempre tenía en mente la celebración que les organizaron sus hijos a Lola y Pepe, hasta el cura estaba compinchado, y pensé que sería bonito poder repetirlo con otros matrimonios del pueblo y hacerle un homenaje a esa generación que ha hecho tanto por nosotros y que, además, siguen unidos tanto tiempo después”, explica Carrillo. Lo que no podía imaginar es que, casi una semana después de lanzar la propuesta, iba a tener hasta lista de espera.

El único requisito para participar es que los matrimonios lleven 45 años casados, siete menos que los que Inés Piñero, de 73 años, lleva con Domingo, que tiene 78. Ambos celebraron su boda en 1969 en la iglesia de Nuestra Señora del Carmen de Cantoria. “Estamos a la cola para volver a hacernos la foto. En cuanto me lo dijo Ángel ni me lo pensé”, explica. Ella es la presidenta de la asociación de mayores del municipio y trabaja estrechamente con Carrillo y Guadalinfo en todas las actividades que realiza para la sección de envejecimiento activo. “Todo lo que hace es un éxito. Aquí la mayoría somos mayores, pero muy dinámicos, y cuando moví esta iniciativa por nuestras redes sociales enseguida se apuntaron”, explica.

Piñero se ha planteado si cambiar el color del vestido que llevó el día de su boda para la foto que vaya a tomarse 52 años después. “El traje que llevé lo usó mi hija para un carnaval y además ya no me cabe, pero mi hijo es representante de una firma de ropa de novia en Madrid así que lo mismo le pido ayuda”, bromea. De lo que no tiene duda es de que Domingo irá de punta en blanco, porque, como dice: “Es muy coqueto”. Carrillo explica que se da la opción de “recrear la ceremonia, o de organizar la que siempre quisieron tener, porque en aquellos años era más complicado, como casarse en la playa…”.

Como Inés y Domingo, ya hay 60 parejas esperando a recrear su foto de boda. Algunas viven en el extranjero y han pedido tiempo para poder desplazarse hasta Cantoria y prepararlo todo con calma. “Este es un pueblo de 3.000 personas y el 40% son mayores, así que es importante montarles actividades para que se ilusionen”, señala Carrillo, que también es cantoriano y conoce perfectamente la idiosincrasia de la localidad, donde la cercanía de Cosentino, la fábrica de mármol, ha servido de imán en los últimos para que los más jóvenes no emigren.

El Ayuntamiento regalará a todos los participantes una copia de la foto en tamaño A3. “Es una iniciativa muy bonita. Tenemos muy buena coordinación con Guadalinfo que está muy involucrado con las actividades para nuestros mayores”, explica su concejal de Cultura, Pilar Gómez. Las instantáneas serán expuestas después en el salón de la Asociación de Mayores de Cantoria.

La relación de los vecinos de Cantoria con la fotografía viene de lejos, gracias, en buena medida, a las iniciativas que Carrillo lanza a través de Guadalinfo, donde lleva como coordinador 15 años. “Hemos ido haciendo actividades, como la de poner en las esquinas del pueblo fotos antiguas de la misma zona o en las verjas de las casas paneles ilustrando cómo eran hace décadas, para que los vecinos paseen y descubran el antes y el después”, señala Carrillo. Una idea que en 2021 se trasladó a sus propios habitantes, a quienes se les propuso que se acercaran con fotos antiguas para recrearlas de manera meticulosa, como ahora en el caso de las bodas de oro, pero con la única diferencia del poso de los años. Se hicieron 120 fotografías que siguen expuestas en la casa de la cultura.

La propuesta formaba parte del empeño del Ayuntamiento por recuperar imágenes del municipio y empezar a llenar el vacío visual y documental que se abrió tras la Guerra Civil, cuando el Consistorio tuvo que vender su archivo fotográfico para sanear las arcas municipales. “La fotografía aquí tira mucho, más que grabarse en vídeo, y les gusta mucho recopilar instantáneas de sus vidas”, indica Carrillo, mientras trata de organizar el trabajo que se le viene encima.