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Correa señala al expresidente Camps como la vía de entrada de su red corrupta Gürtel en la Comunidad Valenciana

El exdirigente del PP se encara con el líder de la trama tras su declaración y abandona la Audiencia Nacional al grito de “hijo de puta”

J. J. Gálvez
San Fernando de Henares -
Francisco Correa, durante su declaración de este martes en el juicio del 'caso Gürtel' sobre la rama valenciana.
Francisco Correa, durante su declaración de este martes en el juicio del 'caso Gürtel' sobre la rama valenciana.

Los peores augurios para Francisco Camps se han cumplido. El juicio contra el expresidente valenciano por su implicación en el caso Gürtel se ha adentrado este martes en el interrogatorio de los primeros acusados. El turno de declaraciones ha comenzado con Francisco Correa, líder de la trama, que ha señalado a Camps como el introductor de la red corrupta en la Comunidad Valenciana, gracias a la buena relación que el jefe del Gobierno regional mantenía con uno de los subordinados del cabecilla de Gürtel, Álvaro Pérez, alias El Bigotes. Una versión que ha ratificado después el número dos de la trama y ex secretario de Organización de los populares en Galicia, Pablo Crespo. Este testimonio ha adquirido tal relevancia que el expresidente valenciano se ha encarado con Correa en el vestíbulo del edificio.

La Fiscalía Anticorrupción pide una pena de dos años y medio de cárcel para Camps por delitos de prevaricación y fraude. El ministerio público y el juez instructor José de la Mata mantienen que el presidente intervino para amañar contratos en favor de las empresas de Correa, concediéndole así adjudicaciones de la feria de turismo Fitur 2009, “como venía haciendo desde 2005”. Sin embargo, el ex alto cargo, que trata de volver a la primera línea de la política, niega todas las imputaciones y repite que lo persiguen para “destruir” su “trabajo como presidente de la Generalitat”, obviando todas las sentencias que ya han considerado probada la corrupción que anidó en la Administración y en la formación que él encabezó.

—¿En aquella época conoció a Camps? —ha preguntado la fiscal a Correa a los pocos minutos de comenzar su interrogatorio.

—Creo que a Camps lo conocí en la famosa boda de la hija del presidente José María Aznar. He coincidido con él dos o tres veces —ha contestado el líder de la trama.

Con esas palabras, el empresario corrupto ha dado el pistoletazo de salida a una narración que siempre acababa en el Palau de la Generalitat, sede de la presidencia autonómica. “A raíz del cambio de Aznar por Mariano Rajoy, rompimos relaciones con Génova. Y, como Álvaro Pérez tenía una muy buena relación con Camps, yo decidí abrir una oficina en Valencia”, ha relatado Correa. “¿Recuerda haber hablado con el presidente?”, le ha insistido entonces Anticorrupción. “Creo que sí, le dije que se iba a llevar a Álvaro”, ha contestado el procesado, que ha descrito también cómo la trama corrupta desembarcó en la Comunidad: “Inicialmente, la relación la tuvo Álvaro con Paco Camps. A partir de ahí, Paco Camps le fue presentando a otros miembros del Gobierno del PP y a otros miembros de la Administración”.

“Yo le insistía a Álvaro para que hablara con Camps, para que le diera más trabajo. Y yo creo que lo hizo porque le dio trabajo. Imagino que a través de Camps es como vino lo del Papa, [una adjudicación irregular concedida durante la visita de Benedicto XVI en junio de 2006 a Valencia], y lo de Fitur”, ha proseguido Correa, condenado ya a 105 años y siete meses de cárcel por otras líneas de investigación del caso Gürtel: “Camps sabía que Álvaro llevaba todas las campañas en Madrid del PP, y este también le comunicó a Camps que habíamos roto relaciones con Génova”.

Francisco Correa, a su llegada al juicio en la Audiencia Nacional, el 23 de enero.
Francisco Correa, a su llegada al juicio en la Audiencia Nacional, el 23 de enero.JUAN BARBOSA

La instrucción ha acreditado que El Bigotes mantenía una fluida y cercana relación con el entonces presidente de la Generalitat. En un audio se escucha cómo Camps se refiere cariñosamente a Álvaro Pérez como “amiguito del alma” y llega a decirle: “Te quiero un huevo”. Durante su declaración, Correa ha subrayado esos vínculos: “Yo le planteé a Álvaro que abriéramos una oficina allí para que trabajáramos con el partido en Valencia para, poco a poco, introducirnos y conseguir contratos de la Administración”. “Yo presionaba a Álvaro para que intentáramos tener contratos de la Generalitat. Álvaro tenía que contactar con Paco Camps o con los consejeros”, ha apostillado el cabecilla de Gürtel, que ha destacado igualmente cómo la trama anidó en el seno de la formación conservadora: “Éramos un brazo del PP”.

Pablo Crespo, quien fuera número dos de Correa y condenado a 86 años de cárcel por otras líneas de investigación de Gürtel, ha confirmado después al tribunal esa versión: “Álvaro Pérez tenía relación con determinados dirigentes regionales. Conocía a Camps. El señor Pérez me lo decía a mí, que tenía una relación muy estrecha con Camps, que había química”. Antes del juicio, tanto Correa como Crespo y El Bigotes, han presentado un escrito de confesión y han señalado al expresidente valenciano. Ricardo Costa, ex secretario general del PP valenciano, ya afirmó también que Camps conocía y participaba de las irregularidades.

Estas declaraciones complican la defensa del exdirigente del PP. Y él, consciente de ello, se ha encarado con Correa al finalizar la sesión de este martes. “Es un hijo de puta”, ha dicho Camps mientras bajaba las escaleras del edificio, según testigos presenciales. Según el entorno del líder de Gürtel, el expresidente se ha dirigido a él, lo ha insultado —“mentiroso, hijo de puta, me estáis jodiendo la vida”— y le ha dicho que nunca se habían visto y que él no era amigo de El Bigotes; a lo que el empresario habría respondido que una persona no le dice a alguien que no conoce que le quiere “un huevo”. Según el entorno de Camps, simplemente le ha recriminado que no se conocían.

El expresidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps, atendía a los medios ante la Audiencia Nacional, el lunes.
El expresidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps, atendía a los medios ante la Audiencia Nacional, el lunes.Alejandro Martínez Vélez (Europa Press)

La fiscal: “No hay pactos obscenos”

La fiscal Concepción Nicolás tampoco ha desaprovechado su intervención de este martes y se ha lanzado al contraataque contra Camps, quien el lunes acusó a Anticorrupción de perseguirlo de forma “feroz” y de alcanzar “pactos secretos y obscenos” con otros acusados para conseguir condenarlo. “No hay pactos obscenos. Nada es ilegal ni clandestino. [El acuerdo de conformidad] es un instrumento legal y reconocido por la jurisprudencia”, ha incidido la representante del ministerio público, que ha remachado: “Lo hemos hecho de forma transparente […]. Y, sobre aquellos que realicen una declaración veraz y que resulte corroborada por todos los elementos periféricos, el fiscal valorará si son merecedores de las atenuantes”.

Los dardos se han sucedido sin parar. “[Las conformidades] no vinculan al tribunal. Y bien lo sabe quien fue absuelto del caso de los trajes, pese a que existían dos conformidades”, ha dicho Nicolás en referencia al expresidente autonómico. La fiscal también ha negado, como alegó la defensa del político, que los delitos que se le atribuyen al popular hayan prescrito, o que se hayan vulnerado sus derechos fundamentales en el proceso, o que ya hayan sido juzgados y descartados en otra causa.

Además de Camps, en el banquillo se sientan otras 25 personas (otros dos procesados ya fallecieron). Entre ellos, tres consejeros de su Ejecutivo y una decena de técnicos de la Administración valenciana, además de los principales miembros de la trama corrupta: Francisco Correa, Pablo Crespo y Álvaro Pérez.

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Sobre la firma

J. J. Gálvez
Redactor de Tribunales de la sección de Nacional de EL PAÍS, donde trabaja desde 2014 y donde también ha cubierto información sobre Inmigración y Política. Antes ha escrito en medios como Diario de Sevilla, Europa Sur, Diario de Cádiz o ADN.es.

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