Claves para ayudar a los afectados por los terremotos de Turquía y Siria: cómo elegir las organizaciones y qué necesitan

Los terremotos que han afectado al sur de Turquía y al norte de Siria han conmocionado a la opinión púbica. Las víctimas mortales de los seísmos ya son más de 11.100. Las autoridades turcas han informado de que al menos 8.574 personas han muerto, mientras que en Siria hay alrededor de 2.500 fallecidos (1.280 en las zonas en manos de los rebeldes y 1.250 en los territorios controlados por el Gobierno). Numerosos países han enviado su apoyo y equipos de búsqueda, entre ellos 13 miembros de la Unión Europea, España entre ellos. Además, varias ONG están contribuyendo en la zona. Las donaciones particulares son muy importantes para aminorar el impacto de la catástrofe. Sin embargo, igual de fundamental es hacerlo de una manera efectiva y segura. Esta son las claves para que la ayuda a Turquía y Siria sea útil y correcta, según los expertos.

Dirigirse a los canales oficiales

En primer lugar, para que la ayuda sea efectiva, debe asegurarse que llegue al lugar donde es necesaria. Para esto, es muy importante un estudio preliminar a la hora de escoger la organización a través de la cual se pretende canalizar la ayuda. En la página web de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid) aparecen todas las organizaciones acreditadas por el Ministerio de Asuntos Exteriores de España, “una referencia de las más profesionales”, según Camille Nussbaum, coordinador ejecutivo del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH). En la misma línea incide Marisa Pulido, miembro del Comité de Emergencia, una organización que agrupa a varias ONG que están en el terreno (Oxfam Intermon, World Vision, Educo, Médicos del Mundo y Plan Internacional), que advierte de que a la hora de hacer donaciones económicas es muy importante hacerlo con las organizaciones acreditadas. “Nuestra organización solo recauda donaciones monetarias y van siempre destinadas a lo más urgente que nos remiten las ONG que están en el terreno. Es totalmente seguro porque cada unas de estas organizaciones hace públicas sus cuentas anuales. Cuando alguien lo hace enseguida recibe una acreditación bancaria que le indica a dónde ha ido a parar su dinero”, dice. También es necesario tener en cuenta la neutralidad de la organización desde el punto de vista de la financiación.

Las organizaciones deben estar en el terreno

Es muy importante colaborar con organizaciones que estén sobre el terreno. El principio de proporcionalidad y neutralidad en el reparto de las ayudas es fundamental, y ese criterio solo lo pueden garantizar aquellas asociaciones que conocen a la comunidad damnificada, según afirman los expertos. En la página web de la Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo aparecen todas aquellas ONG que están operando en Turquía y Siria. Igual de importante también es consultar la experiencia y la antigüedad que tengan en la zona esas organizaciones, así como su hoja de servicios. Esta situación es fundamental en el caso de la ayuda médica, tal y como recalca Médicos Sin Fronteras, que avisa de la necesidad de conocer la estructura sanitaria del país y saber de sus necesidades. “Nosotros estamos preparados para aportar de toda la ayuda necesaria en Turquía, así como de todas las necesidades más urgentes”, asegura David Monllau, director de captación de recursos en Médicos Sin Fronteras España. Desde esta organización, además, señalan la disparidad que hay entre Turquía y Siria a la hora de recibir donaciones y apoyo internacional, y recuerdan que su organización ya estaba en el norte de Siria desde hace muchos años, por lo que están muy bien integrados en esa zona.

La ayuda debe responder a una demanda concreta

Ante una catástrofe humanitaria como la de Turquía y Siria, resulta habitual reaccionar de manera súbita. Sin embargo, es más efectivo documentarse antes de hacer cualquier contribución para tener claro qué es lo que más se necesita. En este caso, es necesario dirigirse a los canales oficiales, tanto de los gobiernos como de las organizaciones privadas sin ánimo de lucro y preguntar por las necesidades más urgentes. La ayuda debe ser siempre una respuesta a la demanda de los damnificados. Además, para que llegue lo mejor y más rápido posible, es muy importante que las donaciones se hagan a través de las asociaciones de profesionales, comenta María Alcázar, directora de Cooperación Internacional de Cruz Roja. Lo más importante, además, es que los productos donados estén estandarizados según los criterios internacionales. “Muchas veces, la gente, con su mejor intención, nos manda cosas. Y recibimos el mensaje de los que están en el territorio de que no mandemos aquello que no nos han pedido”, comenta Alcázar.

Las contribuciones monetarias son más eficaces

Casi todas las organizaciones consultadas responden que las contribuciones financieras siempre son más eficaces que otro tipo de apoyos, como pueden ser los alimentos, la ropa u otro tipo de material de primera necesidad. Tal y como reconocen todas las ONG consultadas, lo más complicado siempre es la logística, cómo organizar y distribuir la ayuda. Cuanto más pesados y dispares sean los objetos donados, más difícil será organizar y distribuir las aportaciones. “Las donaciones monetarias, a veces, son mucho más efectivas para que sean los propios damnificados los que puedan decidir”, sostiene Nussbaum. En la misma línea se muestra Alcázar. “Las principales tareas ahora mismo en Turquía y Siria son la ayuda en búsqueda y rescate, y atender a las necesidades básicas de los supervivientes. Y para ello, lo más eficaz es hacerlo con aportaciones económicas a las organizaciones que más confianza despierten a la ciudadanía”, sostiene Alcázar.

Consulte aquí organizaciones presentes en Turquía y Siria: Acción contra el Hambre, Cáritas, Ciemen, Cruz Roja España, Educo, Entreculturas, Farmamundi, Jóvenes y desarrollo, Manos Unidas, Médicos del Mundo, Médicos Sin Fronteras, ONG Rescate Internacional, Oxfam Intermon, Plan Internacional, Save the Children, Sed, UNICEF y World Vision