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Feijóo renuncia a recurrir al Constitucional que las menores aborten sin consentimiento paterno

“El pragmatismo puede llevar a incumplir los principios”, alertan fuentes de los sectores más duros de la derecha sobre la posición del líder del PP

Elsa García de Blas
El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, en el Forbes Summit Reinventing Spain, este jueves en Madrid.
El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, en el Forbes Summit Reinventing Spain, este jueves en Madrid.Alberto Ortega (Europa Press)

El PP quiere salir cuanto antes del atolladero del aborto. La cúpula de Alberto Núñez Feijóo trata de dar por cerrada la controversia sobre su posición titubeante sobre la interrupción voluntaria del embarazo con las palabras del líder de este miércoles reafirmando su apoyo a la ley de plazos, pero sin considerar el aborto como un derecho fundamental. “El debate está zanjado”, sostienen en la dirección popular, y por eso no abrirán nuevas carpetas a pesar de sus discrepancias con la ley que aprobó este jueves el Congreso de los Diputados, que actualiza la de José Luis Rodríguez Zapatero. Feijóo renuncia a recurrir ante el Tribunal Constitucional los puntos que el PP rechaza frontalmente de la nueva norma del Gobierno de coalición progresista, según fuentes de la dirección del partido en la sede de la madrileña calle de Génova. Así, el PP no recurrirá que las menores puedan abortar sin permiso paterno, como consagra la ley, ni tampoco que se deje de obligar a las mujeres a esperar un plazo de tres días de reflexión antes de tomar su decisión, así como la creación de un registro de objetores de conciencia para los sanitarios.

Feijóo renuncia a dar la batalla en el Constitucional, consciente también de la mayoría progresista en el tribunal, después de la derrota de su recurso contra la ley de plazos de Zapatero, que le ha obligado a rectificar la posición del partido y aceptarla. En la cúpula del PP tienen dudas de que esas tres medidas sean inconstitucionales, más allá de que políticamente las encuentren equivocadas, así que evitan un frente judicial con muchos riesgos de convertirse en un nuevo fracaso. Feijóo sí las derogará o modificará en caso de llegar al poder, afirman fuentes de su entorno directo.

El objetivo de evitar nuevos recursos es salir cuanto antes del charco del aborto, que sus competidores están aprovechando. Este jueves, durante el debate parlamentario de la nueva ley, Feijóo recibió críticas desde la izquierda y la derecha. Desde Viena, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cuestionó también su “malabarismo dialéctico” sobre este asunto. Al PP le preocupa más Vox, que reconoce que sí puede arañarle votantes por el aborto, sin la necesidad además de clarificar su modelo, como se quejan en la dirección popular. “¿Qué es lo que defiende exactamente Vox sobre el aborto? ¿Cuál es su modelo? En realidad no lo dicen y nadie se lo cuestiona”, lamenta un dirigente del núcleo. El partido de Santiago Abascal ha registrado una proposición no de ley en el Congreso que apuesta por la derogación de la ley de plazos, pero no especifica cuál sería su regulación alternativa y si esta consistiría en una prohibición total.

Desde esa indefinición, la extrema derecha sigue percutiendo al PP por el giro de Feijóo al aceptar la ley de plazos. En el debate en el Congreso, la diputada de Vox Lourdes Méndez tachó de “sadismo” que “se sancione con cárcel a quien mate una rata mientras se puede matar libremente a un niño en el seno de su madre” y criticó a Feijóo por haber “consumado su traición al decir que la sentencia del Tribunal Constitucional es correcta”.

El PP cree que ha resuelto su posición con el marco definido por Feijóo según el cual el aborto es un derecho, pero no un derecho fundamental, y ha pedido al partido que no se mueva de ahí. Pero la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, volvió a apartarse este jueves de la línea oficial. “No sé si es un derecho, hay libertad para hacerlo, pero, desde luego, no es nada para celebrar en un país con un grave problema de invierno demográfico, donde no nacen niños y donde las familias son cada vez son más pequeñas y estamos más solos”, sostuvo Ayuso, que anunció que su Gobierno pone en marcha un teléfono 012 “de apoyo a la maternidad para las mujeres embarazadas o que sean madres” porque “lo más importante es trabajar en favor de la vida”.

Ayuso sabe, igual que Feijóo, el frente que este asunto les ha abierto con los sectores más ultraconservadores de la derecha, aunque en el equipo del líder insisten en que son minoritarios. Fuentes relevantes de esos círculos de la derecha afirman, en cambio, que “hay mucha gente preocupada” por la posición del PP y que, en el caso de Feijóo, “el pragmatismo puede llevar a incumplir los principios”. “La vida es el derecho, la muerte nunca puede ser un derecho”, insisten en esos sectores que antes se referenciaban en el PP y que alertan de un “desorden social” que avanzaría supuestamente en España por la regulación del aborto o de otras cuestiones como la ley trans. En Génova son conscientes de esas voces, pero sostienen que es mucho más rentable electoralmente una posición más centrada, por eso evitarán nuevas batallas en el Tribunal Constitucional: “Ganamos mucho más por el centro”.

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Sobre la firma

Elsa García de Blas
Periodista política. Cubre la información del PP después de haber seguido los pasos de tres partidos (el PSOE, Unidas Podemos y Cs). La mayor parte de su carrera la ha desarrollado en EL PAÍS y la SER. Es licenciada en Derecho y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid y máster en periodismo de EL PAÍS. Colabora como analista en TVE.

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