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Malestar en la cúpula del PP por la decisión de Ayuso de prescindir de alcaldes casadistas para el 28-M

Feijóo ha dejado manos libres a los barones para hacer sus listas, pero algunas fuentes de la dirección resaltan el “error de quitar a alcaldes” en ejercicio

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el expresidente del Gobierno, José María Aznar, participan en un acto en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, este jueves.Foto: ANDREA COMAS | Vídeo: EFE

Una semana después del aniversario de la crisis interna que se llevó por delante al primer líder del PP elegido por primarias, Pablo Casado, su enemiga en aquella guerra, Isabel Díaz Ayuso, ha ejecutado el capítulo final de la venganza. La presidenta de la Comunidad de Madrid ha comunicado a cuatro alcaldes en ejercicio, al menos dos de ellos vinculados al casadismo ―José Luis Álvarez Ustarroz, de Majadahonda; Susana Pérez Quislant, de Pozuelo de Alarcón; junto a Jorge García, de Colmenar Viejo; y Raúl Martín, de Villaviciosa de Odón― que no repetirán como candidatos para las próximas elecciones municipales del 28 de mayo. Se trata de una decisión de calado porque son regidores en activo de municipios grandes de Madrid, y supone una réplica del seísmo interno de hace un año en el PP. Aunque Ayuso tiene toda la competencia para ejecutar estos cambios en las candidaturas al ser la presidenta regional, la cúpula de Alberto Núñez Feijóo no ha recibido su decisión con agrado. Algunas fuentes de la dirección resaltan el “error de quitar a alcaldes”. Génova no se mete en la decisión de Ayuso, pero si las elecciones fallan en esos municipios se pedirán explicaciones al PP de Madrid.

José Luis Álvarez Ustarroz, alcalde de Majadahonda, firmó su sentencia de muerte política el 29 de octubre de 2021. Aquel día, en plena guerra entre Ayuso y Casado por el control del PP de Madrid, el regidor tomó la palabra durante una junta directiva y defendió la posición de la dirección nacional: no era urgente celebrar el congreso regional que permitiría a la baronesa concentrar el poder orgánico e institucional de la región. Un año después, este jueves, Álvarez Ustarroz anunció que el partido le ha comunicado que no repetirá como candidato en las elecciones municipales del 28 de mayo. Por su parte, Susana Pérez Quislant, alcaldesa de Pozuelo desde hace ocho años, estaba señalada por su proximidad al secretario general del PP en la época de Casado, Teodoro García Egea, enemigo acérrimo de Ayuso. Mientras, Jorge García, regidor de Colmenar Viejo, se encontraba en la diana de la dirección regional desde hace meses por haber reclamado el pasado noviembre por carta al Gobierno autónomo que dotara de médico al centro de urgencias extrahospitalarias de su pueblo, reabierto sin facultativo dentro del polémico plan de Ayuso para este servicio.

Ayuso ha arrancado de raíz la herencia dejada por Casado en Madrid, una decisión que no ha caído bien en la dirección nacional del PP. “Es un gran error quitar a alcaldes. A los alcaldes nunca los puede quitar el partido; los quita el pueblo. Y si los quita el partido, lo normal es que el pueblo lo castigue”, reflexiona una fuente de la cúpula. En Génova recuerdan que Ayuso está ejerciendo “la competencia de la dirección regional” como presidenta del PP de Madrid y ahí Feijóo no tiene nada que decir, porque ha delegado a los barones la elaboración de sus listas, salvo en el caso de los 54 candidatos de capitales de provincia, donde Génova sí ha trabajado. Los barones tienen manos libres, pero Feijóo exigirá después resultados, también en el caso de Madrid. “Si falla, hablaremos”, apuntan algunas fuentes de la dirección.

“El criterio de Feijóo es decirle a los barones: tienes manga ancha, tú tomas las decisiones, pero las tomas para lo bueno y para lo malo”, recuerda otro dirigente nacional, que subraya que “Feijóo es muy resultadista”.

En principio, en Génova no creen que la decisión de Ayuso pueda hacer perder las elecciones en esos municipios, porque son plazas donde el PP está muy consolidado, y por eso entienden que la líder madrileña se ha permitido el margen de laminar a los alcaldes. “Son daños controlados donde no vas a sufrir”, estima un dirigente, que también advierte de que el movimiento con los alcaldes es un “aviso a navegantes” de la presidenta regional sobre lo que puede hacer con la lista a la Asamblea de Madrid y para el Ayuntamiento de la capital, donde ella tiene la última palabra. Por su proximidad a Casado, en el PP también han dudado sobre el futuro del actual alcalde de Las Rozas, otro municipio clave para los conservadores, aunque el regidor José de la Uz ha conseguido limar asperezas con Ayuso. En la misma tesitura se encuentra el de Boadilla del Monte, Javier Úbeda. En ambos casos, opinan fuentes del PP, su debilidad quedará demostrada en que el equipo de la líder madrileña les hará las listas, como pasará en el caso de Martínez-Almeida en la capital.

Los casadistas han recibido la escabechina interna con sorpresa, por demasiado profunda. “Lo mismo que ella pedía que no le hicieran es lo que ha hecho. Ella pidió que si tenía éxito electoral se la respetara, pero estos alcaldes ganaron y ella los ha quitado”, se queja un dirigente próximo a Casado. “Está construyendo un partido muy pequeñito, solo con sus amigos sobrevenidos”, lamentan en el casadismo.

Además de los alcaldes, Enrique López, consejero de Justicia, se ha dado de baja como afiliado del PP preparando el camino para volver a la carrera judicial ante la previsión de que Ayuso no contará con él por sus vínculos con Casado. Un destino que previsiblemente correrán, por la misma razón, otros dos consejeros (David Pérez y Carlos Izquierdo). Solo hay un superviviente entre los más significados casadistas: Antonio González Terol, exalcalde de Boadilla del Monte y exvicesecretario nacional del presidente defenestrado, ha sido elegido por la líder madrileña para intentar reconquistar el municipio de Alcorcón.

Ayuso ni perdona ni olvida el intento de Casado y de sus colaboradores de acabar con su carrera política al revelar que su hermano cobró de su Gobierno por la venta de mascarillas durante la pandemia. Una información con la que el entorno de la presidenta de Madrid asegura que fue chantajeada durante meses por el anterior presidente del partido para que renunciara a presentarse a la presidencia del PP de Madrid. Un año después, y una vez conquistado el poder interno, ha decidido ejercerlo hasta las últimas consecuencias.

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