‘Caso Mediador’, otra “misión imposible” para el presidente de Canarias

Ángel Víctor Torres, presidente de Canarias y el político más curtido en la gestión de crisis en la legislatura con permiso de Pedro Sánchez, se juega la reelección dentro de 70 días obligado al más difícil todavía. Cómo limitar los daños del caso Mediador, la trama de corrupción en la que al menos cinco empresarios pagaron alrededor de 100.000 euros a la red del conseguidor Marco Antonio Navarro Tacoronte y el exdiputado del PSOE Juan Bernardo Fuentes Curbelo, para recibir, sin éxito según las investigaciones en marcha, tratos de favor del Gobierno insular. Torres, al que las encuestas internas auguraban en otoño la mayor subida de los socialistas en toda España con hasta 31 escaños, seis más que en 2019 y el doble que en 2015, tiene que combatir, con las elecciones autonómicas prácticamente encima, el daño que el escándalo de mordidas, drogas y prostitutas ha causado en la reputación del PSOE en una de las nueve comunidades que preside.

“¿Que cómo se encaran las sospechas y sombras de corrupción? Con los hechos y el ejemplo. La gente sabe distinguir entre actitudes individuales y la acción del Gobierno. Nuestra tolerancia con la corrupción es cero, y si alguien ha cometido una ilegalidad, que caiga quien tenga que caer, aquí no nos va a temblar el pulso como hemos hecho siempre. Este Gobierno actúa con transparencia y no admite actitudes corruptas”, sentenciaba el martes Torres tras un pleno monográfico en el Parlamento autonómico. El compromiso de que su Ejecutivo estaba “rastreando” en todas las consejerías en busca de posibles vínculos con la trama de corrupción y extorsión no convenció a Coalición Canaria ni al PP. “Por supuesto que no sabía nada, la oposición me quiere incriminar, pero la voluntad de Navarro Tacoronte de involucrarme les ha salido por la culata y creo que la gente lo ha percibido”, asentía camino del aeropuerto de Tenerife Norte para asistir a la primera jornada de la cumbre entre España y Portugal en Lanzarote.

“Una vez más ha intentado convertirse en una víctima como en cada uno de los problemas que ha tenido Canarias. Pobre Ángel Víctor, pobre presidente de Canarias, yo no sabía nada, me he enterado por los medios”, había ironizado poco antes Manuel Domínguez, el portavoz parlamentario y candidato del PP. “Estoy absolutamente convencido de que comparte conmigo que si en vez de ser usted soy yo el que me tomo un café con el mediador, hubiesen pedido la cabeza del presidente”, le espetó Torres, echando sal sobre las contradicciones del PP en su estrategia de desbancar al PSOE. Pese a todo, la tensión fue puntual en comparación con la crispación permanente del Congreso. Sus señorías no se cortaron ni interrumpieron. Respetaron exquisitamente cada turno de palabra. En las calles aledañas al Parlamento de Canarias tampoco hubo protestas ni muchedumbres indignadas. Canarias es la única comunidad sin cargos públicos de Vox.

El estallido del Caso Mediador es el último episodio de la saga de calamidades, como la erupción volcánica en La Palma y la presión migratoria irregular con el punto culminante de más de 2.000 personas hacinadas en el muelle de Arguineguín, que Torres ha tenido que hacer frente, además de la pandemia, casi desde el mismo momento del Pacto de las Flores. Un acuerdo a cuatro bandas que hizo posible su investidura en julio de 2019 al mando de un Gobierno de los socialistas con sus 25 diputados, Nueva Canarias (5), Podemos (4) y Agrupación Socialista Gomera (3). Una alianza inédita de 37 escaños, uno por encima de la mayoría absoluta, que mandó a Coalición Canaria (20) a la oposición, 26 años después, en minoría junto al PP (11) y Ciudadanos (2). “En primavera hay muchas alergias, vamos a ver lo que dura este Gobierno”, afirmó el secretario general de Coalición Canaria, José Miguel Barragán, augurando una ruptura que no se ha producido.

Pero la sacudida en el PSOE por el papel que desempeñaron en la trama corrupta Fuentes Curbelo, conocido popularmente como Tito Berni, y su sobrino Taishet, que fue director general de Ganadería del Ejecutivo canario hasta su cese el pasado verano, puede ser decisiva para las aspiraciones del PSOE el 28 de mayo. Un ejemplo: en Fuerteventura, la isla natal de los Fuentes Curbelo, los socialistas lograron tres de los ocho escaños, uno más que en 2015 y una marca que no lograban desde 2007. Fuentes de la dirección del PSOE canario apuntan que hace tres semanas hicieron un estudio y había un impacto negativo en Fuerteventura que podría costarles el 10% de los votos de 2019. Pero, conforme pasan los días, y sin que el caso haya ido a más —según sostienen—, ese porcentaje está bajando, aseguran. “A día de hoy no hay daños al erario público”, destacó Torres el sábado a su llegada al comité federal del PSOE.

“Si hubiéramos dudado sería lógico que acusáramos un desgaste, pero fuimos absolutamente contundentes”, interviene Nira Fierro. La secretaria de Organización de los socialistas canarios insiste en que su partido ha gestionado esta crisis “en las antípodas de lo que hace el PP”. Los dos familiares fueron suspendidos como militantes el 14 de febrero, en cuanto se conoció su participación en la red, y en solo ocho horas se forzó al exdiputado a renunciar a su acta en el Congreso, en cuanto les avisaron de su supuesta implicación en el caso Mediador. Taishet fue cesado hace casi un año por soliviantar al sector ganadero: “Unos negocios salen adelante y otros no”, dijo en una feria ganadera en plena crisis de subida de fertilizantes y otras materias primas. “Es una causa judicial que nos abochorna y se han puesto todos los medios técnicos jurídicos y humanos a disposición para actuar con toda la colaboración con la justicia”, insiste Fierro, que reitera que si hubieran tenido la más mínima sospecha no hubieran designado a Taishet candidato al Ayuntamiento de Antigua.

En el PSOE reconocen que la situación es de “empate técnico” y esperarán hasta después de Semana Santa a que “se rebaje todo el ruido” para hacer una encuesta en condiciones de la situación en cada una de las siete islas. El conseguidor que da nombre a la trama es el primero que está avivando la bronca política cuando parecía que iba a amainar: Navarro Tacoronte acudió el miércoles al pleno del Cabildo de Tenerife que debatía el caso Mediador. “Esto no es un circo, no puede intervenir”, le increpó el presidente de la corporación cuando intentó hablar. Torres subraya que ya vivió “una campaña sucia” en las anteriores elecciones, en las que Coalición Canaria le denunció por malversación y prevaricación por su gestión al frente de la Consejería de Deportes del Cabildo de Gran Canaria. El juez no apreció delito y archivó el caso en octubre de 2019.

Los socialistas se aferran al tirón de Torres, con un perfil transversal y por encima de la marca del PSOE nacional, según los datos de los que dispone su equipo. “Ha estado muy expuesto, su fortaleza es haberse mostrado como es en cada crisis. Según nuestros sondeos, la percepción que hay es que se ha arremangado ante los problemas con normalidad y con empatía. Se ha ganado el respeto y la solidaridad de gente que no es votante tradicional del PSOE”, cuenta su círculo de confianza.

“La actitud vital es clave. Yo no me amilano, la gente valora a quienes no se esconden y se esfuerzan en buscar soluciones, aunque las cosas salgan mal. Con lo último que ha pasado [el caso Mediador], muchas personas lo que me dicen es ‘otra más que le cae a usted”, afirma Torres. El presidente aparenta más años de los 57 que está a punto de cumplir. Las canas se han multiplicado y le han aparecido unas arrugas bajo los ojos que hace cuatro años no estaban. “Y ahora soy hipertenso”, medio se ríe antes de quitarse el cinturón y pasar el control del aeropuerto “como uno más” para sorpresa de los empleados de seguridad (hay días que coge cuatro vuelos). Emiliano García-Page, el presidente de Castilla-La Mancha, fue el primer dirigente del PSOE en salir en su defensa públicamente por el caso Mediador, algo que Torres destaca y le agradece.

El barón del PSOE se estrenó con un devastador incendio que arrasó 9.800 hectáreas en Gran Canaria en agosto de 2019. Un mes después un apagón dejó sin luz a toda la isla de Tenerife y sucedió la quiebra del operador de viajes británico Thomas Cook, que tenía en España su principal destino, y fue un mazazo para el turismo de las islas. La peor calima en 40 años obligó al presidente de Canarias en febrero de 2020, ni más ni menos que en el fin de semana de los carnavales, a suspenderlos y a cerrar el espacio aéreo y marítimo del archipiélago dejando incomunicadas las islas esos días. El 24 de febrero la calima daba por fin una tregua, pero Torres tendría que tomar una decisión pionera que semanas después se aplicaría en toda España: el confinamiento de un hotel con 800 huéspedes y 200 trabajadores por el positivo por covid de unos turistas italianos. “Ese fin de semana resume la legislatura”, reflexiona Torres.

Luego llegó la crisis del muelle de Arguineguín, en otoño de 2020, “con una patera arribando cada 10 minutos, como si aquello fuera Lampedusa”. Un año más tarde, la naturaleza volvió a poner a prueba sus nervios con la erupción del volcán de La Palma. “Fue agónico, teníamos de adversaria a la naturaleza”, rememora Torres, que en una de sus comparecencias se emocionó por las familias afectadas. “Me acordé de un policía local que estaba trabajando, en su puesto, pese a que había perdido su casa ayer. Me dijo que era su obligación y fue algo que me salió naturalmente”, explica.

“A este hombre le ha pasado la más gorda. Cuando no ha sido una cosa ha sido otra. Lo suyo es de misión imposible”, sostiene Elena Hernández, trabajadora de 54 años de un hotel en Lanzarote. En las elecciones votará a Torres: “No es solo que dé la cara, es que ha hecho cosas”. María González, una camarera de 40 años en Santa Cruz de Tenerife, tuerce la nariz y no votará al PSOE. “Lo de la corrupción es una vergüenza. Al final son todos iguales”, zanja. Si pierde, Torres regresará tarde o temprano a su plaza como profesor de Literatura en el instituto Domingo Rivero de Arucas (Gran Canaria, 38.369 habitantes), donde fue alcalde, a seguir dando rienda suelta a su pasión por El Quijote. “Mi puesto en la enseñanza me da una independencia y libertad que otros no tienen, pero tengo que repetir [mandato] para consolidar los cambios que hemos iniciado esta legislatura”, finaliza.