Teodorín Obiang planeó “eliminar”a opositores en España, según un ex guardia civil que trató con el régimen ecuatoguineano
Se contrataron sicarios y marcaron los objetivos, afirma el testigo en una declaración a la Policía
Altos cargos del Gobierno de Guinea Ecuatorial planearon asesinar a miembros de la oposición en el exilio residentes en España, Alemania y Reino Unido, según ha confesado a la Policía un ex guardia civil al que ofrecieron asesorar e instruir a las fuerzas y cuerpos de seguridad del país africano. El relato de este testigo, al que ha tenido acceso EL PAÍS, asegura que el plan fue urdido presuntamente por Teodoro Nguema Obiang, Teodorín, vicepresidente del Gobierno e hijo del dictador, e iba a ser ejecutado por dos sicarios.
Francisco Javier G. C., un ex guardia civil instructor de cursos y seminarios de defensa personal y seguridad, ha declarado ante la Policía como testigo en la causa que se instruye en la Audiencia Nacional contra tres altos cargos de la cúpula de Interior de la antigua colonia española por el secuestro y torturas de cuatro opositores ecuatoguineanos residentes en Madrid.
El testigo aseguró que mantenía el contacto con altos cargos del Gobierno de Guinea Ecuatorial desde febrero de 2015, cuando Crisantos Obama Ondo, entonces representante de ese país ante la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), le ofreció contratos para asesorar e instruir a los cuerpos de seguridad de su país. Durante un encuentro en Roma le informaron del plan diseñado por Teodoro Nguema Obiang para publicar en redes sociales calumnias contra los miembros de la oposición en el exilio, y le comunicaron la orden de “eliminarlos”.
Según Francisco Javier G. C. el dirigente de Guinea Ecuatorial le mencionó expresamente como objetivos a Severo Moto Nsé, residente en Madrid y presidente del Partido del Progreso; a Carlos Abaga Ayingono, que vive en Alemania y preside la Alianza Nacional de Restauración Democrática; y a Salomón Abeso Ndong, residente en Londres y presidente de la Coalición para la Restauración Democrática de Guinea Ecuatorial (CORED). “A estos hay que eliminarlos”, asegura el ex guardia civil que le comentaron.
Posteriormente, en mayo de 2018, y tras nuevos contactos con miembros del régimen y también de la oposición, tuvo conocimiento a través de personas cercanas a la embajada de Guinea Ecuatorial en Madrid de un plan contra los opositores. Este plan consistía, según su testimonio, en la contratación de dos sicarios, uno ecuatoguineano y otro marroquí, para desplazarse a España y “ocuparse de ellos”. Este diario no ha logrado localizar a Crisantos Obama, hasta hace unas semanas embajador en Etiopía, para recabar su testimonio.
Advertencias cumplidas
El exagente ha entregado a la policía los mensajes que envió a través de Messenger a los amenazados para ponerlos sobre aviso, y ha relatado cómo advirtió del peligro a Salomón Abeso, presidente de CORED. Pocas semanas después, el 4 de octubre de 2018, dos sicarios ametrallaron a Abeso desde una motocicleta cuando salía de su casa en Londres. Su hijo resultó herido de bala. Tres años antes, en 2015, dos sicarios colombianos habían intentado asesinar en Alcorcón (Madrid) al opositor Germán Pedro Tomo y asestaron por error varias puñaladas a su hermano confundiéndole con él. “Venimos a cogeros uno por uno. No os vais a encontrar con Dios, sino con Obiang”, decían los mensajes que los opositores recibían en sus teléfonos móviles.
Semanas antes, Francisco Micha Obama, miembro muy activo de CORED, fue secuestrado en Togo junto al ciudadano italiano Fulgencio Obiang Esono, trasladado a Guinea Ecuatorial y condenado, sin ningún tipo de garantías jurídicas, por un supuesto golpe de Estado.
El 21 de diciembre del mismo 2015, el ex guardia civil Francisco Javier G. C. tuvo de nuevo conocimiento del desplazamiento de tres sicarios a España para atentar contra los opositores. El testigo ha facilitado las fotografías e identidades de los presuntos asesinos. La Policía ha recopilado varias denuncias de opositores por amenazas presentadas en España.
Estos hechos coinciden en el tiempo con el contrato de quince despachos de detectives en Madrid por un alto cargo del Gobierno de Obiang para que investigara a los miembros más activos de la oposición.
“La mano ejecutora”
La declaración de este testigo señala como protagonista de estos planes a Carmelo Ovono Obiang, Didi, de 44 años, secretario de Estado de la Presidencia y uno de los hijos del dictador. “He escuchado su nombre en varias de las conversaciones en relación con los sicarios enviados por Teodorín afirmando que Didi era el organizador de los sicarios, siendo considerado como la mano ejecutora del régimen”, afirma en su testimonio.
Didi está siendo investigado en la Audiencia Nacional, junto con otros dos altos cargos de la cúpula de Interior, por el secuestro en Sudán del Sur y torturas de cuatro opositores al régimen de Obiang. Todos residían en Madrid y viajaron Juba, la capital, mediante engaños. Uno de ellos, Julio Obama, de 61 años, falleció el pasado enero sin que se hayan aclarado las circunstancias de su muerte. Ninguno de los tres investigados se ha prestado a declarar ante el juez Santiago Pedraz y el fiscal Vicente González Mota ha solicitado al magistrado que dicte una orden de búsqueda y captura.
La Comisaría General de Información de la Policía señala en un informe remitido al juzgado que investiga la “muerte en extrañas circunstancias” de Bachirou Baba Ngolbe, quien según las víctimas del secuestro en Juba, tuvo un papel fundamental para el engaño. Los agentes sospechan que este hombre habría sido asesinado por envenenamiento en Yaundé (Camerún). Su supuesta muerte se habría producido tras hacerse público que había solicitado una gran suma de dinero a los representantes de la embajada de Guinea Ecuatorial en Camerún como contraprestación por haber ayudado a secuestrar a los cuatro opositores.
Para la Policía, todos estos hechos responden a un “plan sistemático y organizado de crímenes y secuestros” del Gobierno de Teodoro Obiang Nguema contra los miembros de la oposición en el exilio.
Investigación@elpais.es
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