Cae la banda que asaltaba vestuarios para robar a futbolistas aficionados durante los partidos

La secuencia se repetía cada vez que los jugadores de fútbol, aficionados o federados de categorías inferiores, salían del vestuario rumbo al campo a jugársela. Al regresar a la caseta, descubrían que les habían robado el teléfono móvil, el dinero u objetos de valor que guardaban allí. Una denuncia conjunta de 12 hurtos en La Puebla de Montalbán (Toledo) ha permitido la detención de cuatro personas por sustraer al menos 123 terminales valorados en unos 60.000 euros en nueve provincias. La Guardia Civil ha trazado una intervención conjunta, llamada Operación Rox23, contra una banda que cubría cientos de kilómetros diarios para seleccionar bien qué instalaciones asaltar tanto entre semana como en partidos de sábado o domingo.

Los arrestados, tres hombres y una mujer, aprovechaban los entrenamientos para acceder a los vestuarios, donde rara vez había alguien durante esas sesiones, para llevarse cualquier aparato tecnológico o elemento de valor. “Tras conseguir su botín abandonaban el campo de fútbol de manera disimulada, no dándose cuenta los jugadores del robo hasta que terminaban de entrenar o disputar el partido”, señala la Guardia Civil en un comunicado, en el que inciden en que no les importaba actuar con equipos aficionados o con las categorías inferiores de clubes como el Real Valladolid, Atlético de Madrid o el CD Alcorcón.

Las autoridades tienen constancia del robo de al menos 123 teléfonos móviles, pero no descartan que el grupo criminal se hubiera hecho con más celulares. Los detenidos, de entre 22 y 38 años, tienen tras de sí golpes en las provincias de Toledo, Salamanca, Burgos, Ávila, Valladolid, Guadalajara, Madrid, Ciudad Real y Cuenca. Cuando fueron arrestados se recuperaron 40 móviles y 6.500 euros en efectivo. El Equipo Roca de la Guardia Civil de Torrijos culminó la investigación tras “cientos de entrevistas con víctimas y testigos para poder relacionar los delitos”.

A estas cuatro personas se las acusa de al menos 123 delitos contra el patrimonio. La Guardia Civil ha destacado la gran movilidad de la banda, pues “realizaba cientos de kilómetros al día para elegir los complejos deportivos en los que robaban tanto en entrenamientos de los días laborables como en partidos de fin de semana”. Esta clase de instalaciones suelen contar con un amplio número de vestuarios por donde rotan cientos de personas al día y que en largas fases de la jornada se encuentran vacíos, escasamente vigilados y sin grandes medidas de seguridad, de ahí que episodios como este o sustracciones de toda índole sean relativamente frecuentes mientras los jugadores de todas las edades juegan o entrenan en los campos. Este contexto propiciaba que los implicados, una vez habían cogido todo lo que les interesaba de los vestuarios, pudieran abandonar el lugar “con disimulo”.

Uno de los casos recientes donde estas sustracciones se hicieron especialmente notables fue en mayo en un encuentro entre el Juvenil B del Real Valladolid en su visita al abulense CD Zona Norte. Los pucelanos ganaban 0-4 al descanso cuando, al regresar a la caseta, descubrieron que los ladrones habían reventado la puerta de su vestuario y habían arramplado con todos los móviles, carteras y objetos de valor del equipo, así como las llaves de los coches del cuerpo técnico. El encuentro fue suspendido y se denunciaron los hechos ante la Policía Nacional antes de que la expedición visitante regresara a Valladolid sin sus dispositivos móviles y sin documentación.