Desokupa y Vox usan un asesinato en Madrid para alimentar bulos xenófobos contra los migrantes

En los calabozos de la Jefatura Superior de Policía de Madrid hay dos detenidos, un hombre español de 58 años y una mujer española de edad similar, desde primera hora de la tarde del martes. “Han confesado que acuchillaron a la mujer de la tienda de ropa de la plaza de Tirso de Molina”, cuando entraron a robar el lunes a mediodía, señalan fuentes policiales. “Al parecer, intentaron inmovilizarla, tratando de meterla en el probador, pero ella se resistió”, detallan. Él, madrileño con un largo historial de robos con violencia, le asestó presuntamente cuatro puñaladas en el cuello. Ella es su pareja, lo acompañaba en el atraco, y es, como él, madrileña de nacimiento y con antecedentes penales. El caso ha sido resuelto en 24 horas. Sin embargo, el portavoz de la empresa Desokupa, dedicada al desalojo forzoso y a amenazar a inquilinos morosos, y el líder de Vox, Santiago Abascal, no han perdido el tiempo. Ese breve lapso, lo han utilizado para propagar en redes sociales especulaciones y falsas informaciones que acusaban a inmigrantes “magrebíes” o “argelinos” de ser los presuntos autores del crimen, basándose en la supuesta versión de un testigo. La Fiscalía General del Estado estudia si puede haber un posible delito de odio en la difusión de esas noticias falsas y esos bulos que señalan, falsamente, a colectivos de migrantes.

La cuenta de Instagram de Desokupa se hizo eco del mensaje de otro usuario, damian_kuma, que sobre la fotografía de la tienda de la víctima, de 61 años, colocaba los siguientes mensajes: “Hoy un argelino ha apuñalado a la dueña de este establecimiento. Ella ha fallecido”. Y otro, más abajo: “Espero que se quemen contenedores y se asalten los lugares de acogida de argelinos que hay en el barrio, así como que la prensa y @susanagriso hablen de ello”. El mensaje ya no puede verse en la cuenta porque está programada para que desaparezca a las 24 horas, pero sí se han difundido pantallazos del mismo, denunciando la mentira.

Por su parte, el líder de Vox, Santiago Abascal, comentaba al respecto del crimen en su cuenta de Twitter: “Ni Sánchez ni su vicepresidenta se acordarán de esta mujer. No habrá minutos de silencio, ni portadas, ni programas especiales… Solo Vox se acuerda de que hay españoles que están sufriendo el disparate migratorio avalado por todos los partidos”. E introducía un enlace de una información de La Gaceta de la Iberosfera que este medio tituló: “Una mujer de 61 años, asesinada a puñaladas en el centro de Madrid por un magrebí, según los testigos”. Preguntado por su tuit, en una entrevista en Telecinco, Abascal respondió la noche del lunes: “La verdad es que parece una equivocación haciéndose eco de una información que incluye un error”, aunque no había publicado ninguna enmienda a su mensaje en Twitter y lo mantuvo en sus redes.

Los dos detenidos por el asesinato son politoxicómanos, según fuentes policiales, y eran habituales transeúntes de la plaza de Tirso de Molina. De hecho, fueron detenidos en las proximidades, en la calle de Atocha, apenas 24 horas después de cometer el crimen. Ese corto espacio de tiempo fue usado tanto por el portavoz de Desokupa como por el líder de Vox para reproducir y propagar infundios que apuntaban a presuntos autores por su origen migratorio.

El artículo 510 del Código Penal, al que se refiere la Fiscalía, estipula: “Serán castigados con una pena de prisión de uno a cuatro años y multa de seis a 12 meses quienes públicamente fomenten, promuevan o inciten directa o indirectamente al odio, hostilidad, discriminación o violencia contra un grupo, una parte del mismo o contra una persona determinada por razón de su pertenencia a aquel, por motivos racistas, antisemitas, antigitanos u otros referentes a la ideología, religión o creencias, situación familiar, la pertenencia de sus miembros a una etnia, raza o nación, su origen nacional, su sexo, orientación o identidad sexual, por razones de género, aporofobia, enfermedad o discapacidad”. También, continúa el texto legal, quienes “distribuyan, difundan o vendan escritos o cualquier otra clase de material o soportes que por su contenido sean idóneos” para el fomento, la promoción y la incitación al “odio, hostilidad, discriminación o violencia”.