El PP da a Junts la condición de interlocutor: “Es un partido cuya tradición y legalidad no están en duda”
Los populares, que tacharon de golpista a la formación de Puigdemont, avalan ahora negociar con ella la investidura de Feijóo y afirman que hablarán con todos los grupos salvo EH Bildu
Para el Partido Popular, negociar con Junts sí es ahora una opción. Desde finales de julio, distintos dirigentes del PP expresaron opiniones contradictorias sobre la posibilidad de negociar la investidura de Alberto Núñez Feijóo con la formación independentista catalana. El 11 de agosto la dirección zanjó el debate afirmando que esa hipótesis no estaba “sobre la mesa”. Pero hoy, ya con Feijóo ...
Para el Partido Popular, negociar con Junts sí es ahora una opción. Desde finales de julio, distintos dirigentes del PP expresaron opiniones contradictorias sobre la posibilidad de negociar la investidura de Alberto Núñez Feijóo con la formación independentista catalana. El 11 de agosto la dirección zanjó el debate afirmando que esa hipótesis no estaba “sobre la mesa”. Pero hoy, ya con Feijóo designado como candidato a la presidencia por el Rey y con la necesidad de rascar apoyos en el Congreso, Junts —que está dirigida por un prófugo, Carles Puigdemont, a quien los populares siempre han tachado de golpista— es para el PP un interlocutor legitimado. “Es un grupo parlamentario que, al igual que ERC, más allá de las acciones que cuatro personas, cinco, diez, llevaran a cabo, representa a un partido cuya tradición y legalidad no está en duda”, ha afirmado este miércoles el vicesecretario de Institucional del PP, Esteban González Pons, en una entrevista en Onda Cero. “Vamos a hablar con todos salvo con los que no han condenado el terrorismo”, ha añadido. La número dos del PP, Cuca Gamarra, ha insistido en esa misma idea: “Tenemos una línea roja que es Bildu. Y con el resto de las formaciones iremos avanzando esas conversaciones”.
El debate de investidura de Feijóo se celebrará los días 26 y 27 de septiembre. Y la secretaria general del PP ha trazado este miércoles los límites en los que se enmarcarán las negociaciones que su partido pretende iniciar el próximo lunes, y de las que no excluye a Junts. “Vamos a convocar a todas las fuerzas políticas. Tenemos una línea roja, que es Bildu. Y con el resto de las formaciones iremos avanzando esas conversaciones”, ha sostenido Gamarra en Antena 3. El coordinador general popular, Elías Bendodo, se ha mostrado algo más crítico: “Junts ha decidido hace tiempo estar fuera de la Constitución. Pero tenemos que hablar con todos”, ha puntualizado en la SER. Sobre las diferencias o no de su postura respecto a la del presidente en funciones, Pedro Sánchez, que también afirma que negociará con Junts con “el límite de la Constitución”, Carmen Fúnez, vicesecretaria de Políticas Sociales del PP, ha remarcado en La Sexta: “No tiene cabida en nuestro diálogo ni el referéndum ni la amnistía. Eso no significa que no vayamos a mantener los contactos. [Pedro Sánchez] unas veces habla de marco constitucional y otras veces habla de amnistía dentro de ese marco constitucional”, ha criticado Fúnez sin explicar qué ofrecerá el PP a los nacionalistas.
Los bandazos del PP sobre Junts se han venido sucediendo desde que a Feijóo no le salen las cuentas, con la abstención del PNV y del PSOE descartada y reiterada por sus portavoces una y otra vez. Tras garantizar Coalición Canaria (CC) por escrito, este martes, que dará su voto a Feijóo, el bloque encabezado por el líder del PP sumaría 172 síes, y el bloque en contra, 178. En esas condiciones, Feijóo no podría ser investido ni en primera vuelta ni en segunda. Y es ahí donde Junts juega un papel trascendental, pues, si el PP consigue cuatro abstenciones de la formación de Puigdemont, Feijóo gobernaría en La Moncloa.
Esta predisposición manifestada hoy sin ambages por González Pons y Gamarra a hablar con Junts choca con el argumentario del PP, que además de cargar en público contra el presidente en funciones, Pedro Sánchez, por intentar pactar con quienes “quieren romper España” —en referencia a ERC y Junts—, vilipendió a los socialistas el jueves pasado por “apoyarse en un prófugo de la Justicia” para hacerse con la presidencia de la Mesa del Congreso. La formación de Puigdemont votó a favor de la candidata del PSOE, Francina Armengol, aunque avanzó que ese apoyo no implicaba un sí automático a una eventual investidura de Sánchez.
Ante las matemáticas endiabladas para el PP, los populares nunca habían cerrado del todo la puerta a un entendimiento con Junts, pero sí habían intentado hacer circunloquios o no ser rotundos tanto en un sentido o en otro, conscientes de que tienen la llave para decantar la balanza. Esa ambigüedad provocó la incomodidad y el rechazo de su socio preferente, Vox, que descarta cualquier ecuación en la que entre Junts. Para el secretario general de los ultras, Ignacio Garriga, lo único que hay que hablar con los independentistas catalanes es que “comuniquen el día y la hora a la que llegará [Carles] Puigdemont para que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, nuestro sistema judicial, pueda acudir, detenerle y meterle en prisión”. Con estas palabras dejó meridianamente clara su postura el 11 de agosto en una entrevista en RNE, que recibió después la respuesta de Carmen Fúnez. “Es una cuestión [negociar con Junts] que ahora mismo no está sobre la mesa”, dijo. El “ahora mismo” cobra hoy más sentido.
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