Urkullu se pregunta por qué hay “temor” a debatir sobre el carácter plurinacional del Estado español

El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha criticado este jueves la “visión excluyente” que impide reconocer que España es un Estado plurinacional y se ha preguntado por qué hay “temor” a abrir un debate sobre el modelo territorial. “La pregunta es: ¿por qué en un Estado sólo puede haber una nación? Esta es una visión excluyente. Sería suficiente aceptar que existe una nación allá donde, además de lengua, cultura o historia, existan mayorías que así se autoperciban, en virtud también de sistemas de autogobierno singulares y reconocidos”, ha afirmado el lehendakari en el pleno de Política General del Parlamento vasco.

Urkullu ha planteado una hoja de ruta, basada en tres ejes, para reforzar y ampliar el autogobierno vasco. Esta estrategia se basa en el “cumplimiento íntegro” del Estatuto de Gernika, de 1979, la aprobación de un “nuevo estatus de autogobierno” en Euskadi y la convocatoria de una “convención constitucional” que permita “acordar el significado y el alcance del carácter plurinacional del Estado”.

El discurso político del lehendakari, el último de esta legislatura antes de las elecciones autonómicas previstas a mediados de 2024, ha girado en torno a la necesidad de abordar el debate sobre la plurinacionalidad del Estado español. Ha afirmado que “en la práctica” España es “un Estado compuesto, plurinacional de hecho, aunque no de derecho”. La Constitución de 1978, ha recordado, “diferenció entre nacionalidades y regiones, estableció distintos niveles competenciales, aceptó la bilateralidad en las relaciones financieras y tributarias de Euskadi y Navarra, e introdujo el reconocimiento de los derechos históricos de los territorios forales”.

“La diversidad del Estado es una realidad”, según Urkullu, quien ha lamentado que haya “voces constituyentes” que se resisten a debatir sobre un nuevo modelo territorial, pese a que la Ley Fundamental “reservó la denominación de nacionalidad para las comunidades históricas” que tenían un modelo de autogobierno previo a la Constitución del 78. “No sé qué temor puede generar este debate”, ha dicho.

Urkullu se ha referido a su propuesta de “convención constitucional”, avanzada el 31 de agosto en un artículo publicado en EL PAÍS, para resolver esta cuestión. No ha ofrecido ningún detalle novedoso sobre su plan anunciado hace dos semanas en el inicio del curso político en el País Vasco. Ha destacado que esta iniciativa es “una invitación a modernizar y mejorar el funcionamiento del marco institucional por la vía del pacto”. La convención constitucional —Urkullu lo plantea como una fórmula para reconocer la plurinacionalidad del Estado y la mejora del autogobierno de Euskadi y el resto de comunidades históricas, como Cataluña y Galicia sin reformar la Constitución— es “una propuesta constructiva y abierta, formulada el año 2018 y que puede encontrar ahora un escenario propicio para su desarrollo”.

El denominado plan Urkullu “no preestablece un resultado final”, ha advertido, sino que pone sobre la mesa un procedimiento dirigido a “la búsqueda del consenso en ámbitos de especial trascendencia política, como es el debate del modelo territorial del Estado”.

El lehendakari ha denunciado los ataques que está recibiendo el autogobierno vasco por la “seria erosión competencial” que suponen la “invasión de competencias” del Ejecutivo español, “la hegemonía normativa estatal” en materias que corresponden a la administración vasca y la “cada vez más restrictiva” jurisprudencia del Tribunal Constitucional.

En el ámbito parlamentario vasco, Urkullu ha invitado a todas las fuerzas políticas a avanzar en el logro de consensos que permitan alumbrar “un nuevo estatus de autogobierno”, aunque se ha reconocido que la cercanía de los comicios vascos hacen difícil lograr un acuerdo político durante la presente legislatura.

El mandatario vasco también lamentado el “cuestionamiento” de algunos tribunales que ha echado abajo decisiones administrativas sobre el euskera y ha pedido al Estado que no obstaculice la “participación institucionalizada” de Euskadi en la Unión Europea.

Sobre su gestión al frente del Ejecutivo autónomo, ha hecho autocrítica: “No me duelen prendas en reconocer con visión crítica los ámbitos necesitados de reforma y mejora”, sobre todo en la Sanidad y la Educación vascas. Así, se ha comprometido a recuperar en seis meses las cifras de lista de espera previas a la pandemia. En la Atención Primaria, ha anunciado que la consejería de Salud tratará de bajar de las 48 horas de espera y elevar la presencialidad del 61% actual al 70%.