Pedro Sánchez anima a las empresas a defender la democracia y subir los sueldos
El presidente vuelve al Instituto de la Empresa Familiar para defender la economía de mercado pero también la redistribución del Estado
Pedro Sánchez quiere implicar las empresas en la defensa de la democracia y del modelo del Estado del bienestar y de un mundo basado en reglas en el momento de mayor ascenso de la ultraderecha en Europa desde los años treinta y cuando Donald Trump tiene muchas posibilidades de volver a la Casa Blanca. Sánchez, un político que ha tenido tensiones importantes con el mundo empresarial español, se ha reivindicado en la clausura de la asamblea anual del Instituto de la Empresa Familiar como un economista socialdemócrata que respeta la economía de mercado, que está dispuesto a apoyar a las empresas, pero también reivindica el papel del Estado para redistribuir la riqueza.
Mientras el argentino Javier Milei, cuyas políticas ultraliberales son reivindicadas por algunos sectores de la derecha española y apoyadas por multimillonarios libertarios como Elon Musk, asegura que Sánchez conduce a España “a la pobreza y la muerte”, el presidente ha recordado ante los empresarios las buenas cifras económicas españolas y les ha pedido que usen “la bonanza actual” de su cuenta de resultados para reinvertir e innovar pero también para subir los salarios de sus trabajadores. Y sobre todo, que se impliquen en defender la democracia y el modelo actual frente a los ultras, porque ese modelo europeo también es fundamental para las empresas, que en la visión de Sánchez también son hijas de la democracia. Es un asunto que el presidente ya había planteado ante la CEOE, y parece evidente que está buscando la complicidad de las empresas frente a la ultraderecha y también para que le ayuden a rebajar el clima político.
Después de cinco años de ausencia en este foro del Instituto de la Empresa Familiar, que en otras ocasiones ha sido crítico con políticas del Gobierno de coalición y que tiene entre sus miembros destacados a Rafael del Pino, presidente de Ferrovial, uno de los empresarios con el que más directamente ha chocado el presidente por su decisión de trasladar su compañía a Países Bajos, Sánchez ha acudido al Teatro Real para tratar de reconciliarse con este mundo empresarial y dibujar un panorama político en el que, después de la tempestad, debería llegar la calma que siempre favorecer a las empresas, también en Cataluña, a la que ha hecho mención.
Pero sobre todo el presidente tenía como objetivo lanzar ese mensaje de reconciliación, de reconocimiento de las empresas y pedirles que sean conscientes de que ellas también se juegan mucho en la lucha para defender la democracia frente a la ultraderecha y los gobiernos totalitarios de varios países del mundo que la ponen en riesgo.
“Las empresas sois imprescindibles para el crecimiento, el bienestar y la estabilidad de un país. Creáis empleo, innovación, oportunidades en todo el territorio”, les ha reconocido Sánchez para añadir una petición: “Pero las empresas sois también producto de la democracia. Sois el resultado de un orden internacional basado en reglas, que ahora se está poniendo en cuestión por potencias no menores. Sois producto de un Estado del bienestar que garantiza algo muy importante que es la igualdad de oportunidades. Y porque garantizáis la dignidad laboral, sentáis las bases de una prosperidad inclusiva. Hoy os quiero pedir que os impliquéis en sostener este modelo, que sigáis elevando el poder adquisitivo de los trabajadores, que frenemos entre todos la crisis climática, que defendamos entre todos la democracia, el único sistema capaz de aunar justicia social con libertades civiles y crecimiento económica. Lo que gustaría pediros es que nos ayudéis a mejorar la vida de la gente”, ha rematado el presidente.
Sánchez, en tono siempre amable, les ha recordado implícitamente que las cosas están yendo muy bien para la mayoría de las empresas, seguramente para todas las que estaban allí representadas, y les ha pedido que suban los sueldos de sus trabajadores para redistribuir esa riqueza. “Os pido que aprovechéis la bonanza actual de vuestra cuenta de resultados para invertir en vuestro fututo como empresas y nuestro futuro como país, también para fortalecer las bases de nuestra sociedad, os animo a mejorar condiciones laborales y salariales de los trabajadores. Necesitamos más innovación, mejor formación, mejores salarios, flexibilizar horarios. Muchas empresas lo están haciendo ya”, ha rematado.
El líder del PSOE, en plena campaña electoral y cuando la oposición en ocasiones asocia sus políticas al comunismo, insiste ante los empresarios en presentarse como un hombre moderado con una política económica que, pese a tener tintes socialdemócratas, ha permitido que los empresarios españoles ganen más dinero que nunca, pero sin que eso haya perjudicado la creación de empleo, con un récord alcanzado esta semana de 21 millones de cotizantes a la Seguridad Social.
“Creo en la economía social de mercado. Creo que necesitamos un Estado fuerte para contribuir a la redistribución de la riqueza, que garantice igualdad de oportunidades, pero también necesitamos un mercado próspero. El Gobierno será vuestro aliado”, ha concluido para agradar a un público no especialmente próximo, aunque el nuevo presidente del Instituto de Empresa Familiar, Ignacio Rivera, de la familia fundadora de Estrella de Galicia, agradeció mucho al presidente que haya vuelto —no acudía desde 2018— y reivindicó precisamente lo que más reclama el presidente en el Congreso: serenar la política. “Es un placer que esté con nosotros, señor presidente, las empresas familiares necesitamos un clima político sosegado, una democracia de calidad, este marco de convivencia que tanto nos ha costado conseguir. Nos ofrecemos a ayudarle a hacer más grande nuestro gran país, España”, le dijo Rivera.
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