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Sánchez emplaza a Feijóo a que exija la dimisión de Mazón

El líder del PP responsabiliza al presidente de la dana: “Sabía lo que iba a pasar y se quedó de brazos cruzados”

Declaraciones de Sánchez y Feijóo en el CongresoFoto: Claudio Álvarez
Xosé Hermida

El Gobierno llegó este miércoles al Congreso anunciando tono bajo y propósito de evitar rifirrafes en la primera comparecencia parlamentaria de Pedro Sánchez sobre la catástrofe valenciana. El presidente se atuvo a ese guion en su discurso inicial, en el que detalló un nuevo plan de ayudas a los damnificados que, unido al ya vigente, sumará 16.600 millones de euros. Faltaba por ver qué haría la oposición. Y Alberto Núñez Feijóo tardó apenas unos segundos en mostrar sus intenciones: una feroz crítica al Gobierno, al que culpabilizó de todo lo ocurrido, sin ni siquiera una leve referencia a la gestión de la Generalitat Valenciana. Ahí se esfumó cualquier atisbo de expectativa para impedir que, una vez más, el envite acabase a garrotazos mientras miles de ciudadanos aún se debaten en medio del lodo. En su réplica, Sánchez abandonó todas las cautelas que había mantenido en las últimas semanas respecto al presidente valenciano, el popular Carlos Mazón, y exigió a Feijóo que lo haga dimitir.

El PP ha adoptado un patrón argumentativo que va aplicando a diversos temas, siempre con la misma frase: “Usted lo sabía y lo tapó todo”. La muletilla comenzó con Sánchez y el caso Koldo, se lanzó luego contra Yolanda Díaz tras las acusaciones de agresión sexual a Íñigo Errejón y este miércoles Feijóo lo adaptó para descargar en Sánchez toda la culpa de las consecuencias de las riadas: “Usted sabía lo que iba a pasar y se quedó de brazos esperando”.

El líder del PP subió a la tribuna de oradores, esbozó unas rápidas palabras de condolencia a las víctimas y enseguida hizo restallar el látigo. “La política no ha respondido como debería”, sentenció. El ambiguo término “la política” solo incluía a Sánchez. Del discurso de Feijóo desaparecieron por completo Mazón y la Generalitat valenciana. Su furor dialéctico se dirigió contra un Ejecutivo central “cubierto de toda la peste de la mentira y la corrupción”, al que llegó a imputar “prevaricación por omisión”, y de nuevo contra la Aemet y la Confederación Hidrográfica, en este caso exhibiendo datos como mínimo inexactos. Al mismo tiempo que obviaba cualquier responsabilidad de su partido, reconvino a Sánchez: “Usted solo culpa a los demás. ¡Qué falta de humanidad!”. Luego se colocó en el papel de presidente para relatar qué habría hecho él, un ejercicio que le sirvió a la nueva portavoz de Sumar, Verónica Martínez Barbero, para recordarle: “Pues el PP ya tenía ahora un Gobierno: el de Valencia”. “Sea valiente, pida su dimisión”, remató Barbero.

Sánchez se había centrado en explicar las acciones de su Gobierno en el discurso inicial, en el que se brindó a comparecer ante una comisión parlamentaria de investigación. Sobre el presidente valenciano, siguió, como en las últimas semanas, citándolo de forma indirecta, sin pronunciar su nombre: “No falló el sistema [como había dicho Mazón], fallaron algunas personas que no entendieron su responsabilidad”.

Tras escuchar al líder de la oposición, cayeron las cautelas. Sánchez comenzó reprochando a Feijóo que no citase ni una vez la emergencia climática y equiparó sus ataques a la agencia meteorológica con el negacionismo de la extrema derecha. Como el líder del PP había porfiado en echarle en cara que no declarase la emergencia nacional, lo que equivale a retirar el mando al Gobierno valenciano, el líder socialista ya entró de frente con Mazón: “Usted no ha criticado ni una sola de sus decisiones y me pide a mí que lo aparte. Si tan mal lo ha hecho, ¿por qué no le pide que dimita?”. Feijóo no paraba de ojear papeles y Sánchez lo conminó: “Míreme a la cara, aunque solo sea un segundo”. El presidente fue aún más claro cuando la diputada de Compromís Àgueda Micó lo emplazó a negociar una moción de censura en las Cortes Valencianas. Sánchez insistió en la idea de convencer al PP de instaurar un Gobierno técnico y recalcó: “A ver si podemos entre todos desplazar al principal responsable de la catástrofe”.

El hemiciclo había sido testigo la víspera de cómo el diputado de Vox Manuel Mariscal proclamaba que los vencedores de la Guerra Civil trajeron la “reconciliación nacional”. A diferencia de ese benéfico Franco, Vox denuncia que el presidente actual dirige el país con “crueldad y sadismo”. Fueron palabras de su líder, Santiago Abascal, quien, por encima de diagnósticos científicos, arrojó su teoría sobre el responsable último del diluvio apocalíptico que anegó Valencia: el “fanatismo climático y ecologista”. Sánchez le saltó a la yugular: “Usted no es un patriota, es un traidor a la patria”. En auxilio de Abascal acudió Feijóo: “Es una broma macabra que le llame traidor a la patria cuando usted es presidente gracias a los seis votos de Bildu”.

Feijóo, en cambio, no encontró socorro en nadie más, acaso mínimamente en el diputado de UPN Alberto Catalán, quien también dirigió las culpas a Sánchez. Gabriel Rufián, de ERC, preguntó al líder del PP: “¿Cómo puede defender lo que hizo -o no hizo- Mazón y a la vez pedir que el Gobierno asuma las competencias?”. El presidente valenciano “no debería continuar ni un minuto más”, convino Míriam Nogueras, de Junts. “La culpa parece que es de todos menos de quien era responsable de gestionar la situación”, terció Mertxe Aizpurua, de EH Bildu. Por el PNV, Aitor Esteban no solo rechazó la gestión de los dirigentes populares, sino que, fuera del tema a debate, arremetió contra Feijóo por conceder credibilidad a las acusaciones del empresario corrupto Víctor de Aldama: “No esperó ni un día para dar por válidas las acusaciones de un delincuente”. Ione Belarra, de Podemos, soliviantó a la bancada popular al tachar su discurso de “asqueroso” y “lleno de mentiras”. Néstor Rego, del BNG, cargó contra el “centralismo” de la derecha y Cristina Valido, de Coalición Canaria, aun sin citar a nadie, lamentó que se hubiesen pronunciado discursos “tóxicos y oportunistas”. El socialista Patxi López fue directo a por Feijóo: “Usted es un peligro para España”.

También hubo críticas al Gobierno central, siempre en un volumen mucho más bajo. La más incisiva fue Micó, de Compromís, quien reivindicó el lema “solo el pueblo salva al pueblo”, pese a su apropiación por la ultraderecha, como reacción de una ciudadanía que se sintió abandonada. “¿Dónde estaban los servicios públicos, la maquinaria, los Ejércitos...? Estaban esperando el permiso de Mazón”, se contestó. Y acto seguido reprochó a Sánchez: “Usted dejó a Mazón cuando había demostrado su negligencia y su incompetencia”.

Fuera del tema de discusión, la cita parlamentaria confirmó hasta qué punto se han agudizado las contradicciones entre los socios del Gobierno. Mientras los grupos de izquierda, empezando por Sumar, insistían con prorrogar el impuesto a las energéticas, Aitor Esteban ratificaba sus reticencias y advertía: “Si algunos grupos quieren imponer su agenda a los demás, el PNV se va a plantar”.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.
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