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Daniel Sancho agota el plazo para recurrir su condena por el asesinato de Edwin Arrieta

El recluso, que cumple seis meses en una cárcel tailandesa, define el ambiente de la prisión de Surat Thani como “seguro y sano”

Daniel Sancho es arrestado por la policía tailandesa en agosto de 2023
Daniel Sancho es arrestado por la policía tailandesa en agosto de 2023SOMKEAT RUKSAMAN (EFE)

La defensa de Daniel Sancho, condenado a cadena perpetua por asesinar al cirujano colombiano Edwin Arrieta, apura las horas para presentar el recurso ante la justicia tailandesa, cuyo plazo termina este viernes. Después de seis meses en la prisión de Surat Thani, el presidiario califica de “seguro y sano” el ambiente masificado de la cárcel de máxima seguridad tailandesa, donde conviven más de 5.000 presos con condenas de entre 15 años y la pena de muerte.

En una visita a la prisión el pasado 21 de febrero, Sancho describe a EFE la atmósfera del centro como “opresiva”, por culpa del ruido continuo: los gritos, la megafonía y las televisiones en el pasillo no dejan de escucharse en la celda que comparte actualmente con 16 presos y en la que se duerme en el suelo sobre mantas. Pese a esto, destaca que el ambiente es “sano”, como muestra su aspecto saludable.

También remarca que en su prisión no hay “drogas, tabaco o violencia” y que “nunca se ha sentido amenazado”. Pone en valor la presencia constante de “muchos guardias” y explica que los reos “saben que el buen comportamiento les va a ayudar”. La presencia de más de 5.000 presos, según cifras del Departamento de Correccionales tailandés, hace que la cárcel sufra de masificación. No obstante, Sancho la prefiere a la pequeña prisión de Samui, donde ingresó tras su arresto el 7 de agosto de 2023. “Siempre hay agua corriente, no hay cortes de luz, está limpia y además la cárcel está organizada por los funcionarios, y hay más orden que en Samui”, remarca.

Sus días comienzan a las 6.50 de la mañana, cuando los presos tienen que salir de sus celdas, y a las 8 se realiza un conteo en el patio en el que se canta el himno nacional y el del rey, se hace un rezo budista y se enumera una lista de 20 normas del centro. No hay más actividades establecidas hasta el rezo de las 4 de la tarde, después del cual los presos son contados de nuevo y vuelven a sus celdas hasta el día siguiente. Sancho cuenta que sigue manteniendo unas rutinas de ejercicio y de lectura. Al ser extranjero, no se le permite trabajar. Él es uno de los tres reos no tailandeses de su módulo, donde conviven más de 500 reclusos con penas superiores a los 25 años.

A los presos, que tienen que llevar el pelo corto y visten un uniforme azul, les sirven tres comidas diarias, aunque pueden pagar por otros platos que se cocinan en el módulo de mujeres y que Sancho califica de “excelentes”. En una ventanilla de la enorme sala de espera presidida por el retrato del rey Vajiralongkorn de Tailandia, los familiares de los presos pueden encargar los platos, con precios de entre 30 y 60 bat (0,85 y 1,70 euros).

Además, los reclusos, que disponen de una cantidad máxima de 500 bat diarios (unos 14 euros), tienen acceso a un economato en el que se puede comprar desde helados a pasta de dientes o café. Los paquetes de café, dice Sancho, son la moneda de cambio dentro de esta prisión y con ellos se puede pagar a los presos que se encargan de hacer masajes —tradición tailandesa— o lavar la ropa.

A pesar de que los abogados de la familia de Arrieta han recurrido la sentencia y piden la pena de muerte contra Sancho, lo que reclaman es que aumente la responsabilidad civil sobre el español. De este modo, la indemnización a la familia se incrementaría hasta los 840.000 euros, frente a los 112.000 estipulados.

El español, que se citó con Arrieta en Tailandia tras verse varias veces en España, defiende que el cirujano falleció durante una pelea, mientras la sentencia concluyó que premeditó su asesinato antes de su encuentro en Phangan el 2 de agosto de 2023.

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