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La Costa de la Luz también será la del hidrógeno verde

Cádiz y Huelva trabajan ya para producir más de la mitad de la producción comprometida por España para 2030

Jesús A. Cañas
Valle Andaluz de Hidrógeno Verde
Cepsa instalará una de sus dos plantas del Valle Andaluz de Hidrógeno Verde en las inmediaciones de la refinería de La Rábida, en Palos de la Frontera (Huelva). CORTESÍA DE CEPSA

La Costa de la Luz no es solo un reclamo turístico con el que se conoce a las localidades costeras de Cádiz y Huelva desde hace años. Las horas de sol —de las más abundantes del país— que justificaron ese nombre han terminado por convertirse en la principal razón que justifica la revolución del hidrógeno verde que ya ha comenzado en la zona. Las dos provincias más meridionales de la península bañadas por el Atlántico están llamadas a convertirse en cinco años en los puntos de producción de dos de los cuatro gigavatios a los que España se ha comprometido para 2030, dentro de la estrategia europea para la descarbonización fijada para 2050.

La ubicación del Valle Andaluz del Hidrógeno Verde no es casual. Además de las horas de sol o el viento necesario para la generación de energía, el proyecto se asentará en dos de los polos petroquímicos más importantes de Andalucía: el de La Rábida de Palos de la Frontera, en Huelva, y el de San Roque (Cádiz). En ambos puntos tiene sus parques energéticos (refinerías) Cepsa, la artífice principal de una idea que, en los últimos meses, ha sumado nuevos apoyos empresariales e internacionales, impulsados además por la cercana presencia del puerto de Algeciras que garantizará la creación de un corredor marítimo con Róterdam ya pactado. “Nuestro objetivo es fomentar alianzas y colaboraciones para descarbonizar la industria andaluza, garantizar la movilidad sostenible y mejorar la competitividad de los importantes polos industriales con los que contamos en Andalucía”, asegura Joaquín Rodríguez, director de Hidrógeno de Cepsa.

La producción de hidrógeno dista mucho de ser nueva en La Rábida y San Roque, es una materia prima esencial para el refinado de petróleo y la producción de fertilizantes que se genera en ambos polos “En esta comunidad autónoma se consume el 40% del hidrógeno que se produce en España”, justifica Rodríguez. Pero distinto es el salto cuantitativo de que ambos puntos sean capaces de producir 300.000 toneladas anuales de este elemento químico y el cualitativo de que deje de ser gris, producido por combustibles fósiles, para pasar a ser verde, generado a partir de energías renovables. Ese cambio en la forma de producir la electrólisis que rompe las moléculas de agua en hidrógeno y oxígeno sin gases de efecto invernadero, es el que ha llevado a la Unión Europea a centrarse en el hidrógeno verde como el combustible más idóneo, ya que es fácilmente almacenable y no genera contaminantes por sí mismo.

El pasado mes de diciembre Cepsa anunció que quiere que la planta de La Rábida se ponga en marcha en 2026 y alcance su pico en 2028, mientras que la de San Roque está previsto que esté operativa en 2027. “Estamos ya trabajando en la ingeniería y la tramitación administrativa del proyecto”, avanza Rodríguez. La propia necesidad de energía limpia que precisa el hidrógeno verde obligará a la creación de una cartera de proyectos de tres gigavatios de energía eólica y solar, con una inversión adicional de 2000 millones de euros, con plantas solares y eólicas que se ubicarán en las inmediaciones de sus refinerías y de las que aún no han concretado su extensión. Lo que sí está confirmado es que el despliegue generará 10.000 puestos de trabajo, entre directos, indirectos e inducidos, de los que un millar de empleos serán directos. “Vamos a impulsar la capacitación de los nuevos perfiles laborales a través de nuestros propios centros formativos en los parques energéticos, así como de nuestras alianzas con distintas universidades de Andalucía”, según confirma el responsable de Hidrógeno de Cepsa.

El presidente Pedro Sánchez y el CEO de Cepsa, Maarten Wetselaar, señalan la maqueta del proyecto del Valle Andaluz del Hidrógeno Verde presentado el pasado mes de diciembre en San Roque.
El presidente Pedro Sánchez y el CEO de Cepsa, Maarten Wetselaar, señalan la maqueta del proyecto del Valle Andaluz del Hidrógeno Verde presentado el pasado mes de diciembre en San Roque.JON NAZCA (REUTERS)

El salto a la producción a gran escala de hidrógeno verde solucionará en gran medida las emisiones más contaminantes de los polos químicos de Huelva y Cádiz, foco de una queja histórica de vecinos de ambas zonas y ecologistas. De hecho, la compañía estima que evitará la emisión de seis millones de toneladas de dióxido de carbono al año, además de mejorar la calidad del aire al evitar también la emisión de otros gases y partículas. “Permitirá descarbonizar no solo nuestra actividad industrial y la de nuestros clientes que necesitan combustibles para una movilidad sostenible, sino la de toda la industria adyacente, lo cual supondrá una importantísima reducción de emisiones”, promete Rodríguez. De ahí que la compañía rubricase la semana pasada un acuerdo con Fertiberia, empresa española líder en la producción de fertilizantes y amoniacos, para el desarrollo conjunto de la pata onubense del Valle Andaluz. El acuerdo permitirá la fabricación de biocombustibles avanzados, amoniaco, AdBlue —un aditivo fabricado para reducir la contaminación del diésel— y fertilizantes sostenibles.

Aunque es justamente esa capacidad para generar combustibles que tendrá el proyecto el que se postula como salto esencial para el proyecto. El Valle Andaluz de Hidrógeno Verde será capaz de producir esos biocombustibles avanzados para la aviación (SAF), el transporte marítimo y terrestre pesado. “Tendrá un efecto multiplicador al ser utilizado en la producción de combustibles renovables que reemplazarán a los combustibles fósiles tradicionales”, asegura el directivo Rodríguez, que pone el ejemplo de cómo “el sector del transporte marítimo va a tener que pagar por sus emisiones de CO2 a partir de 2024 y la Comisión Europea está debatiendo unos objetivos de descarbonización muy ambiciosos para este sector de hasta el 80% en el 2050″.

En ese nuevo tablero de juego que promete el hidrógeno verde, España está llamada a ser una pieza esencial, gracias a la abundancia del sol y el viento en la península. Tanto que la Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA) ya estima que en el país el hidrógeno verde será más barato que el hidrógeno gris en 2026. Eso ha llevado ya a que de todos los proyectos que hay a nivel mundial sobre hidrógeno, el 20% estén en España. Y buena parte de todo ese futuro verde, concretamente más de la mitad, pasará por la costa andaluza en la que la luz pasó a ser algo más que un mero reclamo turístico.

El combustible verde, también en Sevilla

La revolución del hidrógeno verde que ya está en curso en Cádiz y Huelva también estará presente en la Zona Franca de Sevilla. Empresas vinculadas a energías renovables, como la solar, eólica y de hidrógeno, ya han comenzado a mostrar interés por implantarse en el recinto fiscal. De momento, ya está confirmada la presencia de la compañía andaluza Alener Solar, que desplegará una planta comercial de hidrógeno sobre los aparcamientos del Parque de Astilleros, con una inversión de 4,4 millones de euros. A eso se suma la construcción de una planta de procesamiento de amoniaco verde a partir de hidrógeno de Armonía Green Sevilla, SL, que ocupará una parcela 196.530 metros cuadrados y generará 1.200 empleos, tras invertir 1.250 millones de euros. Todo este interés de sectores de energías renovables ya ha hecho que la Zona Franca baraje opciones de ampliación hacia suelos de dominio público “conforme se vayan formalizando acuerdos que cubran las 125 hectáreas actuales”, según explican desde la institución.

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Sobre la firma

Jesús A. Cañas
Es corresponsal de EL PAÍS en Cádiz desde 2016. Antes trabajó para periódicos del grupo Vocento. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Sevilla y es Máster de Arquitectura y Patrimonio Histórico por la US y el IAPH. En 2019, recibió el premio Cádiz de Periodismo por uno de sus trabajos sobre el narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar.

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