Un paso muy escandinavo
La historia del estado del bienestar muestra que se ha progresado con frecuencia a base de avances puestos en marcha durante épocas de crisis. El ingreso mínimo vital formará parte de ella.
Que José Luis Escrivá sea ministro de un Gobierno socialista es la prueba de que en España se pueden forjar alianzas entre amplios sectores de la población características de los países escandinavos.
Después de la crisis financiera mundial, los países del euro y alguno otro como Dinamarca, firmaron el Tratado de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza para asegurar su equilibrio presupuestario y establecer organismos independientes para velar por el rigor de las cuentas públicas. En España se creó la Airef y el Gobierno del PP eligió a José Luis Escrivá para presidirla. Gracias a la lucidez de sus análisis y de su rigor profesional, Pedro Sánchez tuvo a bien proponerle ser ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
Continuando el trabajo iniciado por la exministra socialista Luisa Carcedo, Escrivá ha conseguido que el ingreso mínimo vital sea una realidad. Se trata de un nuevo programa social que será permanente para afrontar la pobreza severa y la desigualdad entre las rentas más bajas con un planteamiento sofisticado que distinguirá entre 14 tipos distintos de hogares y que está condicionado a la búsqueda de trabajo.
Su objetivo es romper el vínculo entre la ausencia de recursos y la falta de acceso a oportunidades educativas y laborales. Es una herramienta para facilitar la transición desde la exclusión social hacia la integración plena en la sociedad.
La crisis provocada por el coronavirus ha hecho acuciantes un amplio abanico de ayudas públicas que contarán con el apoyo de Europa. El Gobierno ha tenido el sentido de oportunidad para instaurar este nuevo instrumento de alcance universal que aúna justicia social y eficiencia económica. Con él nos acercamos a los países con estados de bienestar más avanzados, los escandinavos, cuya clave reside justamente en entender que la prosperidad y la inclusión van unidas de la mano y que es del interés general dotarse de mecanismos universales para que todos tengamos las mismas oportunidades. Y también nos recuerda que o salimos juntos de esta o fracasamos todos.
Asimismo, sindicatos y patronales han estado a la altura de las circunstancias cediendo en sus posiciones y llegando a acuerdos cruciales para reducir al máximo el desempleo. Unai Sordo, secretario general de CC OO, ha declarado: “Algunas cuestiones que puso encima de la mesa la CEOE nos parecieron razonables”.
La capacidad de hablar y concertar mostrada por agentes sociales y Gobierno contrasta con la bronca parlamentaria de estos días. Mientras hay quien ha trabajado siendo consciente de que todos vamos en el mismo barco, otros están aprovechando cada ocasión para marcar diferencias con un tono que no estaría justificado ni en el caso de llevar por completo la razón y que el otro estuviera totalmente equivocado.
Después de la clara apuesta por la concertación, de la determinación para crear el Ingreso Mínimo Vital y de la capacidad para la defensa de los intereses españoles en Europa mostrados por el Gobierno de Pedro Sánchez, suenan a huecas tanto las críticas catastrofistas de unos como las peticiones de la luna que hacen otros.
El alma socialdemócrata del PSOE ha sabido, una vez más, dar un paso escandinavo, que como muchos otros que protagonizó en el pasado, nadie cuestionará dentro de un tiempo. La historia del estado del bienestar muestra que se ha progresado con frecuencia a base de avances puestos en marcha durante épocas de crisis. El ingreso mínimo vital formará parte de ella.
Eva Granados es viceprimera secretaria del PSC
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