L’Hospitalet se prepara para su mayor transformación urbanística

L’Hospitalet de Llobregat, la segunda ciudad más poblada de Cataluña, afrontará en los próximos años la segunda mayor transformación urbanística en esta comunidad, solo superada por la de la Sagrera. Cubrirá el kilómetro de Gran Via que actualmente discurre al aire libre desde la plaza de Europa hasta el río Llobregat y, un poco más al norte, Adif plantea la cobertura de seis kilómetros de vías ferroviarias, lo que le permitirá recoser la ciudad y dotar de nuevo espacio público a una densa trama urbana que ha quedado retratada por el coronavirus. El proyecto definitivo concluirá, con suerte, dentro de diez años.

Ambas son viejas reivindicaciones que han acumulado retrasos por la falta de acuerdos entre administraciones, la falta de compromisos o la falta de recursos económicos. La primera, la de la cobertura parcial de la Gran Via (unos 415 metros sobre una sección de un kilómetro) requerirá una inversión de 115 millones de euros y podría ver el inicio de obras el próximo año. Para la segunda, Adif, la sociedad pública que tendrá que hacer la actuación, deberá comprometer más de 600 millones de euros, de los que seis los ha reservado ya para redactar los proyectos constructivos. “Nuestra perspectiva es de diez años, hay que tener en cuenta que la edificación en el entorno de la plaza de Europa –el origen de esta reforma– todavía se está finalizando”, explica la alcaldesa de L’Hospitalet, Núria Marín, aunque asegura que antes de ese tiempo los habitantes ya podrán disponer de “metros cuadrados muy importantes y que son una deuda histórica que nos podremos sacar de encima”.

La reforma de la Gran Via permitirá liberar más de 108.000 metros cuadrados (el 8% de la superficie de L’Hospitalet) de suelo que el Ayuntamiento quiere asegurar para el desarrollo económico de la ciudad, tal y como planteó con la plaza de Europa. De hecho, el plan director urbanístico que ha aprobado recientemente la Generalitat es la continuidad a un proyecto que empezó en 1999 con la reurbanización de la plaza Cerdà. Después llegó el soterramiento parcial de la Gran Via que llevó a los desarrollos de la Ciudad de la Justicia y de la plaza Europa. El Ayuntamiento plantea zonas verdes, complejos de oficinas y hoteles y el desarrollo de un clúster biosanitario a la sombra de los hospitales de Bellvitge y del Duran i Reynals. “La cuestión es generar puestos de trabajo”, dice Marín.

Las obras de esa infraestructura, que obligarán a deprimir el paso de la Gran Via, tendrían que estar listas en tres años desde que se pongan en marcha, para después empezar a urbanizar el terreno. Fuentes especializadas en urbanismo señalan que lo importante es empezar la inversión para consolidarlo, que no haya marcha atrás y que después tome una velocidad acorde con la coyuntura económica.

Hay una parcela que tendrá que esperar: es la del cruce de las vías del tren que desde la estación de Sants toman la dirección de Vilanova i la Geltrú. Esas obras quedarán sujetas a la macroobra que prevé Adif y que permitirá tener otros 120.000 metros cuadrados de espacio.

“Esa será la obra más compleja que se haga en Cataluña en mucho tiempo”, dice Jordi Julià, ingeniero de caminos y exdirector general de Transportes de la Generalitat. Aunque también explica sus tres bondades: “Es clave porque permitirá redirigir, no como ahora, los trenes que vengan del lado mar o del lado montaña a los túneles que enlazan Sants con las estaciones de Catalunya o de Passeig de Gràcia, según necesidad de demanda; se harán dos intercambiadores nuevos (uno en la Torrassa con la conexión de las líneas R2 y R4 con las líneas 1 y 9 del metro); y además se soterrarán las vías. Las consecuencias son brutales”.