Las obras de la gran biblioteca de Barcelona comenzarán este septiembre y finalizarán en 2027
El equipamiento del Estado, pendiente desde hace tres décadas, estará junto a la estación de França y costará 55 millones de euros
Ahora sí, ahora va en serio. Las obras previas a la construcción de la biblioteca pública del Estado en Barcelona, al lado de la estación de França, comenzarán en dos semanas. Lo han anunciado este viernes el Ministerio de Cultura, la Consejería de Cultura de la Generalitat y el Ayuntamiento. La biblioteca (que se ha llamado provincial, del Estado...) es de las asignaturas pendientes más antiguas de l...
Ahora sí, ahora va en serio. Las obras previas a la construcción de la biblioteca pública del Estado en Barcelona, al lado de la estación de França, comenzarán en dos semanas. Lo han anunciado este viernes el Ministerio de Cultura, la Consejería de Cultura de la Generalitat y el Ayuntamiento. La biblioteca (que se ha llamado provincial, del Estado...) es de las asignaturas pendientes más antiguas de la ciudad y se reactivó hace un año. “Más que la línea 9 del metro y la estación de la Sagrera”, ha afirmado el teniente de alcalde de Cultura, Jordi Martí, sobre dos obras que sacan los colores a las administraciones. Martí ha propuesto denominarla “biblioteca central urbana”. Y el ministro Miquel Iceta ha apostado porque tenga un nombre propio vinculado a la lengua y la literatura: “De consenso”.
En realidad, el retraso de la biblioteca del Estado es tan clamoroso que incluye episodios como el hecho de que el proyecto llegó a comenzarse a construir, en el antiguo mercado del Born, pero hubo que dar marcha atrás al encontrarse los restos de la Barcelona del siglo XVIII. En la presentación del proyecto, del ahora sí, las administraciones han recordado que de la gran biblioteca de Barcelona ya habló Jorge Semprún en 1989, cuando era ministro en el Gobierno de Felipe González. Lo que ha llovido: la de alcaldes, consejeros y ministros que han pasado por el Ayuntamiento, la Generalitat y el Ministerio... Barcelona es de las pocas capitales de provincia que no tiene biblioteca del Estado. Hay 53 y las excepciones son Bilbao, Pamplona, San Sebastián, Gijón, Maó, Mérida, Orihuela y Santiago de Compostela.
La presentación de este viernes ha estado marcada por la cordialidad entre las administraciones, con decenas de agradecimientos cruzados, incluidos a técnicos que llevan décadas con la carpeta de la gran biblioteca sobre la mesa. “El día 14 comienza la demolición de uno de los edificios que nos permitirá iniciar las obras”, ha proclamado el ministro Miquel Iceta sobre un equipamiento que financia el Estado pero gestionará la Generalitat. El Ayuntamiento ha cedido el solar. “A finales de 2023 comenzarán las obras del edificio y está previsto que acaben los trabajos en 2027″, ha añadido Iceta.
La inversión del proyecto es de 55 millones de euros, “la mayor inversión en una biblioteca en 125 años, cuando se construyó la biblioteca Nacional en Madrid”, ha asegurado el ministro. También será la más grande, con 16.000 metros cuadrados útiles en un edificio alargado, con cuerpos con volúmenes que crecen, que medirá 180 metros de largo.
La consejera Natàlia Garriga ha celebrado que se sume a la red de 430 bibliotecas públicas y que por fin Barcelona tenga una “biblioteca central, como tienen ciudades internacionales como Nueva York o Sidney”. Martí, a su turno, ha aplaudido el proyecto arquitectónico, “compatible con las bibliotecas públicas que admiramos en el mundo y en medio de la Ciutadella del Coneixement”, pendiente de desarrollar en el parque del mismo nombre y junto a la universidad. “Esta vez es la definitiva, lo tenemos todo de cara”, ha dicho y ha recordado que desde las palabras de Semprún hasta la actualidad la ciudad ha construido 40 bibliotecas.
El arquitecto Josep Maria Miró i Gellida, que ha realizado varias versiones del proyecto desde 2010, ha explicado que “la volumetría del edificio busca respetar su entorno”, con menor altura en la fachada de la puerta de la estación de Francia, pero que gana en plantas en paralelo a la cubierta de las vías. El arquitecto ha señalado que será un edificio “muy flexible, donde el espacio esté al servicio” de cómo puedan evolucionar las bibliotecas en el futuro.
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