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Montañas de basura se acumulan en la cuna del cava por una huelga de recogida

Municipios del Penedès quedan desbordados por la acumulación de desperdicios en la calle y Sant Sadurní d’Anoia decreta la alerta sanitaria

Marc Rovira
Sant Sadurní d'Anoia -
Penedes huelga basuras
Basura acumulada en Sant Sadurní d'Anoia (Barcelona).Carles Ribas

Sant Sadurní d’Anoia (Barcelona) parece vivir en la larga resaca de un Día de Reyes. Las papeleras, los cubiletes domésticos de reciclaje y las esquinas rebosan bolsas de basura, cajas, papeles, botellas, cartones y embalajes. La estampa invita a pensar en el despertar de un jolgorio intenso, pero los 12.840 vecinos de este municipio del Penedès, a unos 40 kilómetros de Barcelona, no están para fiestas. Desde hace dos semanas malviven entre pilas de basura por una huelga del servicio de recogida. La situación se ha ido agravando hasta el punto que el Ayuntamiento declaró el pasado miércoles una alerta por “riesgo muy elevado para la salud pública”. Se ha multiplicado la presencia de ratas y de insectos y la descomposición de los desechos produce la filtración de líquidos insalubres hacia el alcantarillado. Este viernes se convocó una reunión que sentó en la mesa a la empresa PreZero, que gestiona la recogida de residuos, a los trabajadores y a los municipios afectados. “La huelga sigue”, afirmó tras el encuentro Slimane Chatar, asesor sindical de los huelguistas.

La protesta de los basureros afecta a cinco localidades del Penedès, la principal zona productora de cava en el mundo. Además de Sant Sadurní, donde tienen la sede empresas como Freixenet y Codorníu, la huelga también impacta en Torrelavit, Olèrdola, Sant Quintí de Mediona y Sant Pere de Riudebitlles. En total, hay unos 22.000 vecinos afectados. Diego García vive en Sant Sadurní y cuenta los efectos de la acumulación de porquería en la vía pública: “El otro día me tuve que poner unos guantes hasta el codo y meter en un saco industrial las bolsas de orgánica que había tiradas en la calle porque teníamos un montón de gusanos blancos delante de casa”, cuenta.

Basura acumulada en la calle por la huelga de recogida.
Basura acumulada en la calle por la huelga de recogida. Carles Ribas

Los representantes de los trabajadores justifican el paro en la necesidad de garantizar las condiciones laborales de la plantilla, de una treintena de empleados. Aluden a que el contrato de adjudicación a PreZero congela los sueldos durante los próximos ocho años. Explican que salario medio está ahora en torno los 26.000 euros brutos, pero que existe una “doble escala”. Reivindican que el aumento del salario del 3,5% contemplado en algunos contratos debe ser transversal y aplicable a todos por igual. Además, también se pretende negociar un incremento conforme al IPC. Los consistorios replican que los huelguistas no han respetado ni los servicios mínimos.

El sistema de recogida puerta a puerta está implantado en varios puntos del Penedès desde hace 15 años, pero ahora no hay orden ni reciclaje que valga. En Sant Sadurní, bolsas de todos los colores dibujan una cordillera de desperdicios que se expande por la mayoría de viales. Las pilas de basura en la plaza del Ayuntamiento atraen a las cámaras de televisión, mientras los vecinos y comerciantes se apañan como pueden. “La brigada municipal ha tratado de recoger algo, pero no hay manera. Nosotros apilamos todo lo que podemos y luego vamos a tirarlo”, cuenta Francesc Rosell, propietario de una concurrida pastelería. ¿Y tirarlo, dónde? El consistorio, gobernado por Junts, decidió habilitar media docena de “puntos de emergencia” donde poder dejar la basura.

La medida provocó la creación instantánea de vertederos al aire libre en varios puntos del municipio. Francesc Pérez vive enfrente de uno de los descampados habilitados como basurero, justo al lado de un supermercado y cerca de un colegio público. “Esto parece una romería, y hay gente que aprovecha para tirar de todo ahí, hasta teles y ordenadores”, cuenta Pérez. “Si en lugar de habilitar estos descampados cada uno se hubiera tenido que tragar la basura delante de casa, la huelga ya estaría”, razona.

El volumen de residuos acumulados en los “puntos de emergencia” obligó al Ayuntamiento a contratar un servicio exprés de recogida, pese a la oposición de los trabajadores en huelga. El consistorio alega que la medida no afecta al derecho de huelga. A mediodía de este viernes, las excavadoras trataban de recoger la basura y cargarla en unos grandes contenedores metálicos. “Han hecho falta los Mossos d’Esquadra para evitar líos”, contaba Manel Fernández, un vecino que apuraba un puro y una copa de cava en un bar cercano. “Pobre gente”, lamentaba Maria Carmen Prieto viendo trabajar a las máquinas. Su pesar, decía, era por los trabajadores en huelga. “No hay derecho que no les suban el sueldo, esa basura que sacan la tendrían que ir a tirar delante del ayuntamiento”, consideraba.

“Pestazo terrible”

“Pues claro que echa un pestazo terrible, pero no se puede tener a los trabajadores explotados, hay que negociar con seriedad”, valoraba Julián Navas, otro vecino. “En el pueblo la huelga no se nota tanto, porque la basura no se acumula en la calle”, analizaba Nani Casanovas, residente en Torrelavit, 1.400 habitantes.

Empresa, trabajadores y ayuntamientos afectados se han emplazado a seguir negociando la semana que viene, con la mediación del departamento de Trabajo de la Generalitat. Mientras, en el Penedès, la basura sigue amontonándose.

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