El Museo Marítimo de Barcelona conmemora la tragedia del ‘Prestige’
El centro inaugura la exposición gratuita “Crónica de una catástrofe” en el vigésimo aniversario del peor desastre ecológico en España
Aves negras impregnadas de combustible, rocas bañadas de negro y miles de personas con trajes blancos limpiando costas: son algunas de las imágenes que dieron la vuelta al mundo tras la tragedia del ‘Prestige’, el petrolero que naufragó a 28 millas de la costa gallega el 13 de noviembre de 2002, causando el peor desastre ecológico de la historia de España. Veinte años después, el Museo Marítimo de Barcelona organiza una exposición para recordar las cicatrices de la marea negra de 63.000 toneladas de petróleo vertidas sobre el litoral gallego, también para homenajear a la marea blanca de 300.000 voluntarios de la ola de solidaridad que se desencadenó.
“Prestige: Crónica de una catástrofe” recorre este acontecimiento desde diversas perspectivas, como su impacto medioambiental, el conflicto judicial o la respuesta social, y se podrá visitar de forma gratuita desde este viernes 11 de noviembre hasta junio del año que viene. A través de mapas, imágenes y objetos de la época -como los manuales para desinfectar las playas de chapapote- la exposición pretende transmitir a las nuevas generaciones el impacto que tuvo este episodio histórico. También incluye un fragmento del documental Alegría que estrenará Ecologistas en Acción este viernes para conmemorar el 20 aniversario del hundimiento del barco.
Ana Díaz, licenciada en Ciencias del Mar, es la Comisaria de la exposición y tenía ocho años cuando ocurrió el incidente. Vestía una camiseta con el emblema de Nunca Máis, la plataforma ciudadana nacida del desastre ecológico que exigió responsabilidades a la Junta de Galicia, al Gobierno central y a la Unión Europea por lo sucedido; por ejemplo, las compensaciones que demandaron para los voluntarios que se intoxicaron mientras limpiaban el combustible vertido en las primeras semanas. “Aún recuerdo las manifestaciones que se produjeron y las pancartas de Nunca Máis en los balcones“, añadió en la presentación de la exposición.
El presidente del museo, Enric García Domingo, ha asegurado que su institución participa en el recordatorio de este episodio dentro de “un giro” que están dando los museos marítimos en todo el mundo: “El océano ya no es solo un lugar histórico donde ocurren hechos tecnológicos, sino también un espacio que necesita preservarse”. Por ello, a partir de noviembre el museo complementará la exposición con actividades dirigidas a familias y a estudiantes para reflexionar sobre la fragilidad del ecosistema marino y del consumo de combustibles fósiles.
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