Del ladrillo a la lechuga: Barcelona transforma suelo urbanizable en agrícola para blindar sus últimos huertos
El proyecto AgroVallbona busca mejorar y preservar el patrimonio de los barrios de Vallbona y Can Sant Joan de Montcada i Reixac
La Ponderosa es una finca de casi siete hectáreas de huertos en el barrio de Vallbona de Barcelona, en el extremo norte de la ciudad. Cultivada por la familia Ortuño desde hace décadas, es la última parcela de tierra agrícola en suelo urbano y el Ayuntamiento se dispone a blindarla para que no se pueda construir. El suelo sobre el que se asientan las lechugas, zanahorias, perejil, garbanzos y otras hortalizas es urbanizable sobre el planeamiento. De hecho, a finales de la década de 2000 se llegó a aprobar inicialmente (pero no definitivamente) convertirla en un nuevo barrio con 2.000 pisos. Ahora, el gobierno de la alcaldesa Ada Colau impulsa una modificación de planeamiento para que el suelo pase de equipamiento metropolitano (sin un techo a construir definido) a no urbanizable de uso agrícola.
El plan urbanístico es solo una de las patas de lo que Barcelona y la ciudad colindante de Montcada i Reixac han bautizado como AgroVallbona: “Un nuevo modelo de barrio basado en la agroecología urbana y la alimentación sostenible”, dicen las administraciones. Estamos a poco más de tres meses de las elecciones y puede sonar a anuncio electoral, pero el proyecto lleva años cociéndose. La preservación de La Ponderosa (el suelo es propiedad de Renta Corporación y de Adif) es lo más llamativo de un plan que afecta a la periferia de la periferia de Barcelona. Porque Vallbona (en el distrito de Nou Barris) es un barrio encajonado entre una veintena de carriles de vías rápidas, el río Besòs y las vías del tren a su paso por Montcada, pendientes de soterrar. Las alcaldesas de Barcelona y Montcada han presentado este sábado el proyecto. Colau ha calificado de “tesoro” y ha lamentado que “las ciudades vivan de espaldas al campo, cuando se necesitan”. Su homóloga de Montcada, Laura Campos, ha celebrado “blindar La Ponderosa de la especulación inmobiliaria, vinculándola a la economía social y solidaria, a la alimentación kilómetro cero y a la soberanía alimentaria”.
Barcelona no es el primer municipio que desprograma suelos urbanizables en enclaves de valor ambiental o singulares, pero es destacable por dimensión y por la condición de gran urbe de Barcelona. El revulsivo, aquí, o lo que ha acelerado que arranque la transformación es la disponibilidad del dineral (621 millones) necesario para iniciar el soterramiento de las vías después de décadas de reclamarlo Montcada y de retrasos, tantos que los vecinos ya han perdido la cuenta. Ahora, la licitación ya ha salido a concurso, el inicio de las obras está más cerca.
El plan, con actuaciones a corto, medio y largo plazo, contempla proteger patrimonios de gran valor como el Rec Comtal (un canal de riego abierto del siglo X del que todavía se abastecen los huertos y que proporcionó agua a Barcelona) o la centenaria Granja del Ritz, que produjo fruta, verdura y aves de corral para el celebre hotel con sistemas muy avanzados en la época. También incluye mejoras en el barrio de Can Sant Joan (popularmente, Bifurca, porque está en las estación Montcada-Bifurcació): mejorar La Muntanyeta, un mirador privilegiado que es también un barrio que tiene origen en viviendas de autoconstrucción, proyectos socioeducativos, un crecimiento en viviendas --“moderado”, según el plan- en el lado de Montcada, o de mejora de la conexión entre los barrios en una zona del área de Barcelona, el último tramo del Besòs, con enclaves castigados por la pobreza extrema.
Vallbona, con solo 1.400 habitantes en la franja baja de las rentas de la ciudad, también está troceado por las vías del tren. Para hacerse a la idea del abandono institucional, la plaza donde este sábado se ha celebrado una fiesta para celebrar el anuncio, no tiene nombre. Nadie la inauguró en su día. Los vecinos la llamaron durante mucho tiempo la plaza del Tetris, por las piezas metálicas cuadradas y rectangulares que se instalaron para sentarse. Sin respaldo, por cierto. El plan contempla otras actuaciones menos épicas pero necesarias: trasladar el campo de futbol del Racing Vallbona, el punto limpio o el casal. Está previsto también mejorar la conexión del barrio con el río, con un mirador. Pero no dice nada del poblado de barracas que hay en un extremo.
El comisionado de Política Alimentaria, Álvaro Porro, lamenta que “las ciudades han vivido de espaldar a lo rural”, al tiempo que celebra “que cada vez son más las ciudades que viran para mirar a lo rural, al sector primario y a la producción de alimentos”. AgroVallbona, sostiene “no es una seta, sino que forma parte de la estrategia iniciado hace años, con la firma del Pacto de Milán, o la capitalidad Mundial de la Alimentación Sostenible de 2021. Apostamos por una ciudad más saludable y que Vallbona se convierta en una referencia de ciudad por la agrocultura, más allá de su condición periférica″.
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