Daniel Sirera (PP): “Ni haré alcaldesa a Colau ni me iré como hizo Manuel Valls”
El alcaldable popular en Barcelona busca reunir todo el voto de centro-derecha y derecha no independentista en torno al PP para ser decisivo
Daniel Sirera, de 55 años, alcaldable del PP por Barcelona, ha vuelto a la primera línea de la política tras la llamada de Alberto Núñez Feijóo, líder del partido, que le alertó de que se arriesgaban a quedar fuera del Ayuntamiento. En 2019, el PP logró dos concejales por solo 40 votos. Exdiputado y expresidente del PP catalán, Sirera busca atraer el voto constitucionalista de centro y derecha no nacionalista y tener la llave del Ayuntamiento. Media docena de personas le sal...
Daniel Sirera, de 55 años, alcaldable del PP por Barcelona, ha vuelto a la primera línea de la política tras la llamada de Alberto Núñez Feijóo, líder del partido, que le alertó de que se arriesgaban a quedar fuera del Ayuntamiento. En 2019, el PP logró dos concejales por solo 40 votos. Exdiputado y expresidente del PP catalán, Sirera busca atraer el voto constitucionalista de centro y derecha no nacionalista y tener la llave del Ayuntamiento. Media docena de personas le saludan en la Diagonal y en la avenida de Pau Casals mientras posa para las fotografías de esta entrevista. “Es buena señal”, dice este abogado.
Pregunta. Su prioridad es echar a la alcaldesa y candidata de Barcelona en comú, Ada Colau, de la alcaldía. ¿No ha hecho nada bueno?
Respuesta. Colau y Jaume Collboni [candidato del PSC] han puesto trabas a todo lo que significa riqueza, como los grandes eventos, a los emprendedores o a que vengan turistas. Barcelona en un caos circulatorio y la ciudad más insegura y capital de las ocupaciones de España. Es irreconocible. Yo reivindico la Barcelona del 92 y a Pasqual Maragall. Fue un gran alcalde.
P. Es raro que un popular elogie a un alcalde socialista. ¿Le llegó a votar?
R. No, pero fui concejal y vi su preocupación por la ciudad. Logró que todas las instituciones trabajaran para poner a Barcelona en el mundo. El PP colaboró. Lo que he visto en Collboni es otro partido socialista: ha sido corresponsable de lo que ha hecho Colau. Sin él, no hubiera podido.
P. Es curioso que PP y PSC coincidan en reivindicar la Barcelona del 92.
R. Reivindico la que atraía inversiones y talento. La gente quería venir y ahora les decimos a nuestros hijos que si quieren prosperar se tienen que ir de España. Por eso reivindico aquel espíritu y entiendo que Collboni lo haga. Pero él lleva años siendo primer teniente de alcalde y el PSC sigue gobernando en Barcelona.
P. Pues dicen cosas parecidas cuando hablan de ciudad limpia, ordenada y sin ocupaciones
R. Desde que Collboni dimitió hace un discurso muy cercano al PP. No es creíble: cuando ha podido hacer cosas no lo ha hecho.
P. Llevaba 15 años fuera de la primera línea política. ¿Cómo le convenció Feijóo?
R. Decido dar el paso cuando Feijóo me dice que el PP podría perder la representación en Barcelona. En septiembre, nos daban cero concejales y ahora entre tres y cuatro. Queremos ser decisivos en el futuro gobierno. Aspiro a concentrar a todos los electores de centro o centroderecha no separatista. Podríamos lograr el 18% de los votos y ser segundos por delante de [el ex alcalde y candidato de Junts, Xavier] Trias, Colau y de ERC. Y casi, empatado con Collboni. Intento convencer a los votantes de otras fuerzas políticas que no van a obtener representación para que nos voten.
P. ¿Por qué un votante de Ciutadans o Valents tendría que votar al PP?
R. O del PSC. En algunos distritos tenemos trasvase de votos. Queremos aplicar políticas que creen riqueza y empleo. Sin imponer una ideología. Yo soy un liberal. No podemos estar en contra de las terrazas, del turismo, de las motos, de los coches y luego no ocuparnos de la gente que lo pase mal. El Gobierno dice que es de izquierdas, pero no hace nada por ocuparse de las 1.400 personas que duermen cada día en la calle o de las 65.000 que viven solas en Barcelona puedan estar acompañadas.
P. Dice que no hará un Manuel Valls. ¿A qué se refiere?
R. A que no haré alcaldesa a Colau y a que no me iré al día siguiente. Quiero ser alcalde. No hay ninguna maldición bíblica que diga que el PP no pueda gobernar en Barcelona. En cuatro años estaré en disposición de serlo.
P. ¿Deja la puerta abierta a Collboni y Trias?
R. Quiero un gobierno sensato y sobre esa base estoy dispuesto a hablar. Hacen propuestas en las que podemos coincidir y en otras no. Mi programa va a ser fundamental en la política de pactos del PP. ¿Las condiciones? Tomar en serio la seguridad, la limpieza, la movilidad, bajar impuestos y acabar con la absurda burocracia.
P. ¿Revertiría o no las peatonalizaciones de las Superilles y el tranvía?
R. El tranvía colapsará Barcelona: hay que quitarlo y poner bus eléctrico. Y de cada superilla haré un informe sobre su impacto en la actividad económica, en el área social y en la movilidad. Veremos cuáles deben mantenerse, modificar o suprimir. Vivo en la calle de Valencia: seguramente la gente que vive en Consell de Cent está feliz, pero yo tengo el doble de coches, de atascos. El tráfico tiene que fluir para que haya menos contaminación.
P. Dicen que van a favorecer la construcción de 40.000 viviendas. ¿Eso es un brindis al sol?
R. O 50.000. Es viable: solo hay que cambiar lo burocrático. Hay sitio: en la Marina de la Zona Franca y en La Sagrera. El suelo y la posibilidad existe, pero para hacerlo se necesitan algunas reformas como eliminar el 30% de la reserva. Todo el mundo lo apoyó menos nosotros. Y poner facilidades a los promotores para que no tarden años en obtener permisos. Acaban renunciado.
P. ¿Cómo se hacen todas esas cosas sin bajar impuestos?
R. Es sencillo: lo hacemos en ciudades donde gobernamos. Barcelona es la ciudad española con los impuestos más altos, un 46% de media más. Pagamos impuestos de primera y tenemos servicios de tercera. Y debe revertirse. Si bajas los impuestos, se facilita la contratación y el consumo.
P. Dijo que las ocupaciones como las de la Bonanova no se solucionan ni con protestas ni porras extensibles en alusión a Vox. ¿Teme que les quite apoyos?
R. No. Al populismo de izquierdas no se le combate con el de derechas. Se hace con la ley y apoyando reformas legislativas, cosa que no hizo el PSOE.
P. ¿Por qué ha denunciado en el juzgado a Colau y a Aragonès?
R. Pedimos que investigue los hechos del 23 de marzo tras una orden de desalojo de una casa de la Bonanova. Los okupas robaron y soldaron vallas del Ayuntamiento delante de la cara de los policías. Dispararon balines a los vecinos. No podemos tolerar que se den instrucciones a la policía de no actuar frente a un delito.
P. El PP tuvo resultados catastróficos en 2019. ¿Se juega mucho el partido?
R. Se juega mucho Barcelona. El PP tiene las ideas muy claras. Hemos gobernado en Badalona y Castelldefels y cuando la gente lo prueba, repite. Tenemos que perseverar, que la gente nos perciba como un partido útil, con ganas de cambiar. Y estoy convencido de que las próximas elecciones serán un punto de inflexión para que el PP vuelva a ser homologable en el conjunto de Cataluña, para que mucha gente tenga un concejal del PP como mínimo en quien confiar.
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