Estudiantes de 10 unidos por la Medicina: “A Selectividad hay que ir tranquilo, que no piensen que se juegan toda la vida”

Hace un año, Marta Bernadet y Ramon Bernadas no se conocían. Ella es de San Boi de Llobregat; él, de Sabadell. Pero el pasado junio, la Selectividad les unió: ambos obtuvieron la máxima calificación, un 10. Pero el vínculo ha continuado más allá, ya que ambos eligieron estudiar Medicina en la Universidad Pompeu Fabra, y durante este último año han compartido aula, prácticas, además de preocupaciones y alegrías. Los jóvenes explican a este diario cómo vivieron las pruebas hace un año y cómo les ha ido su primer curso como universitarios.

A un año vista, Marta recuerda la Selectividad como una mezcla de emociones: “Por un lado, presión y nervios porque es un examen que puede decidir tu futuro. Es agobiante. Pero también lo viví con tranquilidad, porque aunque sea tan importante, también quería hacer Fisioterapia, así que si no entraba en Medicina, tenía una alternativa. Ambas me gustaban por igual y me daba igual dónde entrar, cosa que me dio tranquilidad”, rememora la joven, que estudió en los Salesians de Sant Boi, pero cursó el Bachillerato en los Salesians de Sant Vicenç dels Horts. Para Ramon, el tiempo que ha pasado desde las pruebas “le pone más magia a la experiencia de la que realmente tuvo, porque fue estresante, pero también muy chulo”.

Para los que se presentan este miércoles a la Selectividad -las pruebas se celebrarán entre el 7 y el 9 de junio-, Marta tiene un consejo claro: “Hay que ir tranquilo, que no piensen que se juegan toda la vida en la Selectividad, solo es un examen y han hecho muchos hasta ahora. Lo que realmente cuenta es lo que está en tu mano, y eso es la mentalidad con la que llegas al examen”. Marta añade que, al final, es difícil que las pruebas sean un desastre “porque son fáciles y llevas todo el curso practicando para ellas”. Ramon, que estudió en la Escola Pia de Sabadell, añade otro truco: “Dormir bien, ello es básico para pensar críticamente durante el examen y reaccionar rápidamente”.

El joven explica que eligió Medicina porque combina dos de sus intereses: “la pasión por las ciencias, pero también el tratar a las personas y ayudarlas”. Ramon asegura que, hasta el momento la neurología le atrae, pero todavía es muy pronto para elegir especialidad. “Hay muchas que todavía no conozco”. Tampoco lo tiene claro Marta, que muestra interés por la traumatología y la fisioterapia. Ello le viene de su infancia, cuando la estudiante era una apasionada del fútbol, pero se lesionó las rodillas y se tuvo que someter a una intervención y una larga recuperación.

Primer examen suspendido

Como a la mayoría de jóvenes, la entrada a la universidad supone un gran cambio. También para estos dos estudiantes brillantes. “Te encuentras con un gran volumen de cosas a estudiar, pero al menos los exámenes están agrupados en un tiempo concreto y todas las asignaturas me gustan mucho”, tercia la joven. Para Ramon, uno de los impactos más grandes es tener que trasladarse cada día a Barcelona a estudiar.

Pero los caprichos del destino los unió en la misma aula. Ambos cursan juntos la carrera, e incluso coinciden en muchos grupos de prácticas porque tienen la misma inicial en el apellido. “Es muy gracioso, además somos amigos”, apunta Marta. “Al principio era muy curioso y lo comentábamos, ahora ya nos hemos acostumbrado”, añade Ramon. Sus destinos son tan coincidentes que incluso llegaron a suspender el primer examen: un parcial de Anatomía.

También juntos han estado realizando unas prácticas de una semana en el CAP Larrad de Barcelona y en el hospital del Mar, y planean este verano en hacer un viaje en Interrail con otros compañeros de clase.

Y, ¿Cómo se ven mutuamente? “Ramon es muy buena persona, es un trozo de pan”, dice ella. “Marta hace muchas cosas fuera de la universidad, está en muchas entidades. Es muy enérgica, activa y participativa”, remata él.

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