La gran empresa se borra de las elecciones de la ’Cambra’ tras el empuje independentista
La plataforma Eines de País busca reeditar la victoria ante la lista unitaria Va d’Empresa, que evita hacer ruido para rebajar la movilización
El pasado lunes Onze de Setembre, a cinco días de las elecciones de la Cámara de Comercio de Barcelona, su aún presidenta Mònica Roca dispuso de unos minutos de gloria al final de la manifestación de la Diada convocada por la Assemblea Nacional Catalana (ANC). Fue solo una muestra de cómo la candidatura independentista Eines de País, de la que Roca forma parte, aprovecha el mayor número de espacios posibles para reeditar la arrolladora victoria de hace cuatro años. Todo lo contrario que sus adversarios, encabezados por el exejecutivo del sector asegurador Josep Santacreu, que han optado por una campaña de bajo perfil, sin apenas presencia pública, negando entrevistas y debates y con apenas mensajes en la red social profesional LinkedIn, apostándolo todo a los círculos próximos y a las campañas telefónicas.
Roca pide continuidad
La presidenta de la Cambra de Comerç de Barcelona, Mònica Roca, puso en valor el pasado viernes el legado que deja el equipo de la candidatura de Eines de País tras cuatro años al frente de la entidad cameral. En una rueda de prensa para definir el balance de esta legislatura —que Roca negó que fuese un acto de campaña ante la proximidad de las elecciones—, la presidenta defendió su gestión y pidió que el próximo equipo de gobierno que salga de los comicios dé continuidad a las transformaciones que han emprendido. “Confío en la sensatez de quien coja las riendas a partir de ahora, no creo que nadie vaya a venir y desmonte lo que se ha hecho, y espero que los cambios en la manera de hacer de esta Cambra se perpetúen”, expresó.
Estos cambios tienen que ver, según expuso Roca, con el acercamiento de la institución a todos los empresarios, mediante 45 proyectos y dando servicio a 56.000 empresas. Los proyectos han girado entorno al apoyo para la digitalización de las empresas, la creación de puntos de encuentro entre compañías, las ayudas a la internacionalización y el asesoramiento para la financiación y para la mediación de los conflictos. Roca también reivindicó el papel de la Cambra durante la pandemia: “Tuvimos que repriorizar, y ayudamos a más de 11.000 empresas a no cerrar durante la crisis”. “Desde la Cambra hemos fomentado el diálogo entre todos los agentes, aunque a veces no ha sido posible”, admitió. También destacó el haber dotado de una nueva mirada a los estudios de la Cambra, con el análisis trimestral de los Indicadores de Progreso y Bienestar, que miden la calidad del avance económico más allá del PIB, y la reforma integral de la sede de la Cambra en la Avenida de la Diagonal de Barcelona, que costó unos 7 millones de euros y revalorizó el inmueble en 14 millones. Entre las cosas que han quedado por hacer, Roca destacó la aprobación de la Ley de Cámaras, que está pendiente en el Parlament, o el proyecto de un edificio en el distrito 22@. “Nuestro granito de arena en esta institución centenaria deja una Cambra más cercana y presente entre el empresariado”, concluyó Roca. /JOSEP CATÀ
Quién ha acertado con la estrategia se sabrá el próximo miércoles 20 de septiembre, tras unas votaciones electrónicas (solo serán presenciales el último día) que empezarán cinco días antes. Están llamados a las urnas unos 430.000 empresarios, aunque la participación en este tipo de elecciones siempre ha sido exigua. En la convocatoria de 2019, con récord de votos, apenas lo hizo un 8%.
Aquellas elecciones cambiaron muchas cosas, en una derrota sin paliativos de la gran empresa catalana. Seat, Nissan, Agbar, El Corte Inglés o Saba Aparcamientos no lograron representación en la institución, superados en las votaciones por empresas mucho más pequeñas y desconocidas aún hoy pero que tenían un claro marchamo independentista en un momento de todavía fuerte efervescencia por el procés. Joan Canadell (que luego ingresó como diputado de Junts) y luego Roca presidieron la institución, en la que no han escondido sus preferencias independentistas, hasta el punto de legitimar el Consell per la República de Carles Puigdemont en una votación en el pleno cameral. Un poco más tarde aprobó reducir de 14 a 2 las denominadas sillas de plata, los asientos del pleno reservados para las grandes empresas que tenían presencia en la institución gracias a la aportación económica que realizaban.
Si la derrota de 2019 levantó ampollas, decisiones de ese calado convenció a una parte del empresariado tradicional barcelonés que era necesario consensuar una candidatura unitaria con opciones de recuperar la Cambra, antiguo cenáculo del poder empresarial barcelonés. Ese grupo se reúne bajo el lema Va d’Empresa, una forma de acusar implícitamente a la candidatura avalada por la ANC de estar motivados por cuestiones ajenas al mundo corporativo, la política. Con una lista única, piensan, evitan repetir los errores de 2019, cuando tres candidaturas contrarias a Eines de País atomizaron el voto y obtuvieron unos resultados infructuosos. La figura de Josep Santacreu, exconsejero delegado de la aseguradora DKV en España, también tendría que remar a su favor: tiene un perfil de ejecutivo profesional y a la vez nacionalista, con experiencia en la organización empresarial Femcat, de la que fue vicepresidente. La candidatura ha evitado atender a EL PAÍS para este reportaje.
Pero la gran empresa parece haber perdido el interés por la Cámara de Comercio. De las que no consiguieron representación en 2019 apenas Saba apuesta por volver en unas elecciones en las que la compañía más grande que opta a un asiento es Banco Sabadell (6.000 millones de capitalización bursátil), seguida de Colonial (2.965 millones), que en este caso sí que ganó en su epígrafe. El banco vallesano, como la compañía de aparcamientos, ha evitado situarse al lado de la candidatura de Santacreu, lo que sí han hecho Colonial, el grupo de piscinas Fluidra o Factorenergía, las empresas más reconocibles de Va d’Empresa, que opta a 46 de los 52 epígrafes elegibles por votos. De no ser por Saba, la constelación La Caixa estaría ausente de las elecciones, cuando en el último tramo del mandato ha sido una de las voces más críticas en los plenos contra la gestión de Roca.
Una lista independentista más transversal
De partida, Eines de País va más fuerte, al conseguir representantes para todos los asientos que se elegirán la próxima semana y con perfiles cada vez más transversales, incluso con personas vinculadas con ERC, como el expresidente de ERC Joan Puigcercós. Su desacomplejado discurso va a favor de la pequeña empresa y el autónomo y de ahí que defienda la tesis de “una empresa, un voto” pese a las quejas de las grandes empresas, que consideran ese sistema desincentivador. “Cada voto vale lo mismo, ese es el éxito de la democracia, sobre todo teniendo en cuenta que el 95% del tejido empresarial de Cataluña son pequeña y microempresa, que son las que necesitan más la ayuda de la Cambra”, defiende Toni Fitó, actual vicepresidente de la Cámara y el nombre que más suena para relevar a Mònica Roca si Eines de País logra la victoria.
Fitó asegura que la candidatura de Eines de País no aboga por la política sino por “las mejores políticas económicas” y defiende así su apoyo al Consell de la República: “Para nosotros la mejor política económica es contar con un Estado independiente, de ahí nuestro reconocimiento político al Consejo de la República, que, de hecho, tuvo más apoyos de los que tiene Eines de País”.
Además de las 98 candidaturas de empresas que copan los de Santacreu y los de Fitó hay otras 14 empresas (entre las que se encuentra Bonpreu y el citado Banco Sabadell) que han rechazado sumarse a ninguna candidatura, aunque llegado el caso tendrán que votar por algún presidente. Su papel podría decantar las elecciones, como también lo harán los seis miembros del pleno que representarán a las patronales Foment y Pimec, que previsiblemente votarán por Santacreu.
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