Sánchez y Aragonès intentan convencer a las bases de ERC sobre la fiabilidad de los acuerdos con los socialistas
Ambos líderes evitan comparecer tras su encuentro en el Palau, donde se ha firmado el traspaso de la gestión del Ingreso Mínimo Vital
Los socialistas y los republicanos siguen dedicados a lograr cerrar el acuerdo que permita la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat. Pero ambas partes saben que el sí de ERC en el Parlament depende también de lo que opinen las bases del partido independentista, a las que se les prometió ser consultadas. Ahí se inscribe que al encuentro de este miércoles entre los presidentes Pedro Sánchez y Pere Aragonès, en el Palau de la Generalitat, se le haya dado todo el lustre posible, convirtiendo una cita institucional en un elemento clave dentro de la estrategia para convencer a una militancia escéptica. El mensaje de que el PSOE cumple con los compromisos ha quedado ilustrado con que el hecho de que el propio jefe del Gobierno presida el traspaso del Ingreso Mínimo Vital, pendiente desde 2022, y ambas partes confían en que eso sirva de garantía para lo que venga.
“Si Sánchez cumple los acuerdos que hay pendientes, ERC podrá volver a tener confianza que futuros acuerdos también se cumplirán”, aseguró la líder republicana, Marta Rovira, en una entrevista en El Periódico de Catalunya, publicada justamente el día del encuentro entre ambos presidentes. Hace días que el Gobierno central ha ido concretando y calendarizando compromisos pendientes como el traspaso de Rodalies o la quita de la deuda del Fondo de Liquidez Autonómica, pero aún faltaba una imagen que lo condensara todo. La foto ha llegado este miércoles, además de una reunión entre ambos presidentes y cuyos equipos aseguran que ha girado en torno a evaluar el cumplimiento de la larga lista de pendientes.
La reunión entre ambos líderes ha durado una hora y ha sido la previa de la firma del convenio que sella el traspaso de la gestión del Ingreso Mínimo Vital a la Generalitat. Además de Sánchez y Aragonès, que no se veían desde diciembre del año pasado, han estado en el acto la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, y el consejero en funciones de Derechos Sociales, Carles Campuzano. Según ambas partes, la reunión entre presidentes ha transcurrido en “un clima cordial y de normalidad institucional”. Según la nota conjunta, ambos han hecho un repaso de la los acuerdos tomados en los últimos días y que “concretan y calendarizan” diferentes transferencias pendientes, como la de las Cercanías catalanas. “Los dos presidentes han analizado el desarrollo de estos acuerdos y se han comprometido a trabajar para culminar su cumplimiento en beneficio de la ciudadanía de Cataluña”, asegura el texto.
Ambas partes evitan referirse en el comunicado a la investidura de Salvador Illa y de las negociaciones abiertas entre ERC y PSC. De hecho, ninguno de los dos presidentes ha atendido a la prensa y han derivado las comparecencias a los titulares de Asuntos Sociales de sus respectivos Ejecutivos. En su intervención, Campuzano ha dicho que Aragonès sí ha hablado sobre los problemas de financiación con el presidente, pero ha querido desmarcarlo del punto más espinoso del pacto para investir a Illa: la reivindicación de un modelo propio, en la línea del concierto vasco. “Obviamente”, ha dicho en consejero, Aragonès le ha mencionado a Sánchez “cuestiones vinculadas con el déficit fiscal” a Sánchez, ya que son “imprescindibles” “estén o no en el marco de la investidura”.
Para el titular de Derechos Sociales, aunque Aragonès está en funciones tiene la obligación de defender los intereses de los catalanes hasta el último minuto y ha puesto en valor que se mantenga con normalidad el diálogo con el Gobierno central. “La recuperación de la dignidad de las instituciones del país y de la vía de la negociación política es el gran legado del president”, ha apostillado. La ministra no ha querido entrar en el detalle del encuentro entre presidentes o de si se había tratado específicamente el tema de la financiación, poniendo el énfasis en que se trataba de un encuentro meramente institucional. Saiz ha recordado que otros territorios como Castilla y León y Galicia también están en el proceso de lograr poder tener esa competencia -que ya tienen también el País Vasco y Navarra- y ha achacado al “encaje jurídico complejo” entre esa prestación y la de Cataluña -la Renta Garantizada de Ciudadanía- el retraso de cuatro años en la transferencia a la Generalitat.
Fuentes de la Generalitat han insistido en que Aragonès ha presionado porque haya más concreción en otros puntos aún pendientes, como la quita de la deuda de 15.000 millones de euros del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) y la financiación del proyecto de instalación en Cataluña de un centro tecnológico de producción de chips, el Innofab.
Al menos en el relato público de la reunión y al rosario de gestos de los últimos días, el elefante blanco en la sala sigue siendo la financiación autonómica. Rovira ha aceptado este miércoles que se ha “avanzado”, sin dar detalles en qué sentido. Mientras que los republicanos aspiran a una una financiación singular, en la vía del concierto vasco aunque con un fondo de solidaridad interterritorial, la propuesta del PSC, a día de hoy, sigue siendo a puesta en marcha del Consorcio Tributario, una figura contenida en el Estatut y que nunca se desarrolló
“El criterio que valoraremos es que implique para Catalunya más soberanía fiscal”, asegura la secretaria general de los republicanos. “Lo que reivindicamos nosotros en términos de soberanía es la llave de la caja, no solo la caja”, ha explicado, dando a entender que se busca poder tener la recaudación y decisión de adónde se destinan los recursos. “Si Sánchez tiene que garantizar que estos avances en financiación son sostenibles en el tiempo. Es decir, que después no se pueda dar marcha atrás por parte de otro gobierno”, ha apostillado.
Unos 8.700 militantes de ERC están llamados a la consulta, aún sin fecha, que definirá el futuro de la legislatura en Cataluña. La seguridad de que los acuerdos llegarán a buen puerto es clave en un colectivo muy diverso, donde convive un sector más inclinado al eje proindependencia con otro de mentalidad más claramente izquierdista. La confianza en la cúpula se ha visto afectada por la pugna interna por el poder del partido entre Rovira y Oriol Junqueras, como por los escándalos de los afiches contra los hermanos Maragall.
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